“El ‘Elon Musk de la genética’ quiere revivir al mamut lanudo para salvar la Tierra”
NOTI-AMERICA (REPUBLICA DOMINICANA)
EE.UU.- «Dios crea al dinosaurio. Dios destruye al dinosaurio. Dios crea al hombre. El hombre destruye a Dios. El hombre crea al dinosaurio». La frase es de la película ‘Jurassic Park’, pero bien podría aplicarse al proyecto de George Church, un biólogo de la Facultad de Medicina de Harvard que se ha propuesto resucitar al mamut lanudo en los próximos cinco años.
Su idea va más allá de elucubraciones. De la mano del empresario Ben Lamm, ha presentado este lunes la empresa Colossal, que arranca con 15 millones de dólares de capital para devolver al mamut lanudo a la tundra ártica miles de años después de su extinción. La diferencia con el clásico de Spielberg es que aquí no hay afán de lucro —al menos, sobre el papel— por parte de sus impulsores, sino el convencimiento científico de que la «desextinción» de animales es clave para preservar los ecosistemas terrestres.
El objetivo de Colossal es poner en práctica un método de «conservación disruptiva», que pasa por introducir sustitutos de «especies extintas y esenciales» a sus hábitats originales para restaurar ecosistemas perdidos con potencial para frenar e, incluso, revertir los efectos del cambio climático, según explica la compañía en una nota. Es el caso de la tundra ártica, donde antes pastaban grandes herbívoros como el mamut lanudo y que, tras la desaparición de estos, se está calentando y liberando dióxido de carbono.
«Los mamuts son una solución hipotética a esto», explicaba Church en una conferencia en la National Geographic Society en 2013, en la que presentó al mundo su revolucionaria propuesta. Por aquel entonces, estaba estudiando cómo reconstruir los genomas de especies extintas mediante la técnica de edición genética CRISPR y se preguntaba si sería posible revivir una especie extinta reescribiendo los genes de un pariente vivo.
En especial, se interesó por el papel de ingenieros de ecosistemas de los mamuts, que pueden acabar con el musgo que hoy domina la tundra, derribar árboles y fertilizar el suelo con sus excrementos. Es lo que los ecologistas rusos ya están ensayando en Siberia con bisontes, alces o búfalos a fin de recuperar lo que se perdió con los asentamientos humanos. La hipótesis de Church es que los mamuts pueden realizar esta función de forma más eficiente.
«Nunca antes la humanidad ha podido aprovechar el poder de esta tecnología para reconstruir ecosistemas, sanar nuestra Tierra y preservar su futuro a través de la repoblación de animales extintos», defiende Lamm, consejero delegado de Colossal. Además de él y de Church, la empresa tiene entre sus filas al pionero de Internet Andrew Busey, que ocupa el cargo de jefe de producto. Asimismo, cuenta con inversores de diversa índole: desde Climate Capital, un fondo privado que respalda los esfuerzos por reducir las emisiones de CO₂; hasta los gemelos Wiklevoss, visionarios del Bitcoin y conocidos por acusar a Mark Zuckerberg de robarles la idea de Facebook.
«Escepticismo en la comunidad científica»
El proceso que tienen por delante los científicos a sueldo de George Church no es sencillo. Para empezar, necesitarán conseguir un embrión de elefante, algo inédito hasta la fecha. En caso de no poder ‘cosechar’ un embrión de elefante, se optará por obtener células madres del paquidermo, para luego convertirlas en embriones en el laboratorio. Después, deberá eliminarse el ADN de elefante del embrión y reemplazarlo con el obtenido de un fósil de mamut.
Incluso si se rompiera la barrera técnica, quedaría por delante la frontera ética. «Lo primero de todo es que no vas a tener un mamut. Vas a tener un elefante peludo con algunos depósitos de grasa», opina Love Dalén, profesor de genética evolutiva en el Centro de Paleogenética de Estocolmo, en declaraciones a la cadena 7News. A su juicio, es peligroso mezclar ambas especies porque son tan diferentes como humanos y chimpancés. «Tenemos muy pocas pistas sobre qué genes hacen que un mamut sea un mamut. Sabemos un poco, pero no sabemos lo suficiente», valora.
«Tenemos muy pocas pistas sobre qué genes hacen que un mamut sea un mamut. Sabemos un poco, pero no sabemos lo suficiente»
Además, el primer ‘mamufante’ nacería sin padres. Este es otro aspecto importante a tener en cuenta, según explica a ‘The New York Times’ la filósofa de la London School of Economics Heather Bushman: “No tienes una madre para una especie que, si es como elefante, presenta vínculos entre madre e hijo extraordinariamente fuertes y que duran mucho tiempo. Una vez que hay un pequeño mamut o dos, ¿quién se asegura de que seguirá siendo atendido?”
Fuente: www.elconfidencial.com
Por : Cerso Felipe Castillo Carrión Facebook e Instagram @cersocastillo