Noti-America Rep. Dominicana
De acuerdo con los estándares de calidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las aguas residuales para consumo humano deben cumplir con este estándar. Las aguas residuales deben tener al menos el 95% de las bacterias negativas asociadas con coliformes fecales, y en el rango porcentual del 91% al 100% El interior se considera bueno en términos de potabilidad, porcentaje de calidad.
Contrario a los pronósticos e informaciones de contaminación del agua para el consumo humano, la que se sirve en el Distrito Nacional y en la provincia Santo Domingo cuenta con un 97 por ciento de potabilidad y está libre de contaminantes bacteriológicos en más de un 95 por ciento, por lo que cumple con los estándares internacionales para que se pueda tomar desde la llave.
Para el ingeniero sanitario Julio Suero Marranzini, los temas de calidad del agua que apoyó se han aplicado en la práctica. Reveló que nunca había comprado agua embotellada en su residencia, él, su familia y visitantes consumían el líquido directamente del grifo, debido a la confianza que generaba conocer y participar en el establecimiento del proceso de calidad y supervisión. Abastecimiento de agua en la capital.
En tanto que, el director de Calidad de Aguas de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), José Mateo Mota, revela que durante todo el 2020 la potabilidad mantuvo un promedio de 95.99 por ciento y la negatividad de coliformes fecales en un 96.06 por ciento, lo que hace que sea apta para el consumo humano desde la grifería.
Para Suero Marranzini, quien lleva 60 años trabajando en agua potable en República Dominicana, el índice de garantía para asegurar agua de alta calidad en el hogar es mantener el tanque de agua y el sistema de control y limpieza en el tanque de agua, e instalar filtros de carbón. Activar en el grifo donde se introducen los minerales para eliminar cualquier duda sobre la contaminación.
“El agua que se sirve en la capital es potable y la que entra a las casas por igual; ahora bien, lo que hay es que tener los controles de lugar para conservarla en esas condiciones, y esto se logra con cloro y carbón activado, éste último, un filtro doméstico”, precisó.
Desmonta la idea de que el agua de la ciudad está contaminada y que no es apta para el consumo, tras señalar que desde 1962 cuando comenzó el proceso de industrialización del agua, se dio paso a una campaña “tan radical y que se ha enraizado”, de que aquí toda el agua está contaminada.
“Eso se puede revertir con educación, una política del Estado que asegure 24/7 agua con una potabilidad no solamente desde el punto de vista organoléptico, sino, desde el punto de vista de sanidad, geológico y bacteriológico, ausente de colibacilos”, sostuvo.