¿Qué son las reacciones anafilactoides a la vacuna de Pfizer y por qué se han producido?
NOTI-AMERICA (REPUBLICA DOMINICANA)
REINO UNIDO_ Margaret Keenan, una entrañable anciana de 90 años de la ciudad de Coventry, se convirtió este martes en la primera persona del mundo en recibir la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer y la empresa alemana BionTech contra la COVID-19. Con su mascarilla y su simpático pijama, dejó una curiosa estampa que tardará en borrarse de las retinas de una ciudadanía que anhela un antídoto que frene el avance de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, esta esperanzadora imagen ha quedado eclipsada este miércoles por el anuncio del Gobierno británico de la reacción adversa de dos sanitarios al fármaco.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia en la que señala que las personas con un historial de reacciones alérgicas «significativas» a otras vacunas, fármacos o alimentos no deben recibir el compuesto de Pfizer contra la COVID-19. Este aviso llega después de que dos trabajadores del Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) presentaran «reacciones anafilactoides» tras recibir la vacuna, según ha informado el director nacional en Inglaterra de este organismo sanitario, Stephen Powis. Pero, ¿qué son estas respuestas? Son reacciones sistémicas repentinas y generalizadas, que afectan a varios órganos al mismo tiempo y pueden llegar a poner en riesgo la vida de quien las sufre.
«Una reacción anafiláctica es una reacción alérgica del organismo frente a una sustancia mediada por un anticuerpo que se denomina inmunoglobulina E (IgE), en el que el sistema inmune se equivoca y reconoce como potencialmente dañino algo que no tiene por qué serlo. Las respuestas anafilactoides se parecen mucho, pero no se puede demostrar que el proceso sea mediado por esta inmunoglobulina», explica la secretaria de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Carmen Cámara.
Estas respuestas se producen de manera inmediata y se manifiestan con dificultades para respirar, atragantamiento, urticaria, sensación de quemazón facial, bajada de tensión e incluso parada cardíaca, que puede provocar que el paciente quede inconsciente y caiga al suelo. El tratamiento, que debe ser inminente, es a base de corticoides y antihistamínicos y, si no hay respuesta, con adrenalina, detalla Cámara.
«Una respuesta poco habitual ante las vacunas»
En cuanto a la frecuencia con la que cabe esperar que aparezcan casos similares entre quienes se sometan a la vacunación, la inmunóloga observa que estas reacciones ante fármacos, incluidas las vacunas, «son muy raras, pero existen». «Que aparecieran es algo que puede ser previsible dentro de cualquier nuevo medicamento que está empezando a administrarse en la población», añade.
«Sí que parece, por lo poco que sabemos, es que ha ocurrido en dos individuos con historial previo de reacciones a otros medicamentos, puesto que los dos llevaban adrenalina para inyectarse. Tenían una predisposición clara a tener esta respuesta, no es en población normal. Aunque puede ocurrir en cualquier persona, es muy muy poco probable», agrega.
En la misma línea se pronuncia Susana Ranea, alergóloga de Doctoralia, que se reconoce perpleja ante la aparición de este tipo de respuesta, ya que la mayor parte de los componentes potenciales de una vacuna que pueden producir una reacción alérgica no se han utilizado en la de Pfizer, apunta. Por eso, incide en la necesidad de aclarar las condiciones en las que se han desarrollado estos casos.
«Hay que explicar en qué han consistido los síntomas, qué tipo de reacción han presentado, en cuánto tiempo ha ocurrido… porque es muy raro que entre 44.000 voluntarios no hubiera ningún caso y en una jornada de vacunación aparezcan dos», insiste. En cuanto a este último punto, sí cabe resaltar que el protocolo de los ensayos de Pfizer prohibía la participación de individuos con historial de respuestas alérgicas graves a otras vacunas o compuestos.
¿Ha actuado bien el Gobierno británico?
Estas reacciones adversas de los dos sanitarios han llevado al Gobierno británico a recomendar que quienes hayan padecido reacciones alérgicas graves en el pasado a vacunas, medicamentos o alimentos eviten recibir el compuesto de Pfizer por el momento. Una decisión que Cámara califica de «primera reacción en un momento sin precedentes» y que supone que el Ejecutivo británico matizará conforme se avance en el conocimiento de lo ocurrido.
«Es esperable que pasen cosas diferentes a lo que ha ocurrido en el ensayo clínico si escalamos y pasamos de 40.000 voluntarios a 40 millones de personas. Porcentualmente alguna reacción más habrá. Lo importante es que se maneje tan bien como en esta ocasión, que no ha tenido ninguna consecuencia. Por eso lo que hay que hacer es seguir las recomendaciones», ahonda.
Más crítica con la actitud del Gobierno de Reino Unido se muestra Ranea, que considera que estas indicaciones sobre quien debe esperar para vacunarse son demasiado «vagas» e «inespecíficas» y contribuyen a aumentar el «temor» y las reticencias de la población a recibir el fármaco de Pfizer, especialmente entre los alérgicos, que constituyen «hasta un 25% de la población». «No sé si es miedo o si saben algo más que no dicen», teme. «¿Qué es un alérgico grave? ¿Un asmático, un alérgico alimentario, uno que ha tenido una reacción a la penicilina que seguramente no lo es? Encuentro que las recomendaciones son demasiado generales, hay muchísima gente que no se quiere vacunar, que tiene miedo. Estoy recibiendo mensajes por todas partes sobre este tema con dudas. Nos estamos jugando mucho con todo esto como para tomar esta decisión», estima.
Fuente: 20 minutos
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