Los 5 minutos de tu vida: Elevator Pitch
¿Has oído hablar de lo efectivo y eficaz que puede ser un discurso breve, pero que transmite un mensaje intenso y claro?
Imagina que un día te subes a un ascensor y te encuentras con un empresario, un inversionista o un cliente con quien podrías realizar el negocio de tu vida, sería genial, sobre todo una oportunidad que sabes que nunca más volverá a repetirse.
Sin embargo, tienes entre treinta segundos y cinco minutos para romper el hielo y decirles unas cuantas palabras que despierten su interés por tu producto o servicio, ¿qué dirías, cómo lo harías?
En esto más o menos consiste el elevator pitch o elevator speech, una fórmula que, según la leyenda, proviene de los 30 segundos que tardaba el ascensor desde la planta baja hasta el piso donde Warren Buffett tenía su despacho. Esos segundos era el único tiempo que concedía el empresario estadounidense a los potenciales candidatos que querían convencerle de alguna inversión.
Es normal que imagines que ante esa situación presentes un ataque de nervios o tensión que no te permitiría hablar tranquilamente. Pero despreocupa, en la actualidad el elevator pitch no se realiza en los ascensores, basta con una buena presentación donde incluyas algunas ideas y formas prácticas de sintetizar y dar a conocer tu proyecto, para obtener el apoyo deseado.
Lo que si queda claro es que la exposición debe ser breve y aunque te parezca poco tiempo, en 60 segundos puedes decir tranquilamente entre 150 y 220 palabras –un párrafo de diez líneas–, así que en tres minutos puedes prepararte casi un folio de texto.
Otras recomendaciones que están dentro del elevator pitch para realizar la presentación de tu vida, es que a pesar de ser breve y parecer un discurso improvisado e informal, no debes dejar nada importante fuera y estar preparado para poder responder cualquier duda.
Debes transmitir tu mensaje con entusiasmo y naturalidad, ser convincente y atrapar la atención de tus oyentes en los primeros 10 segundos. Por lo que es recomendable buscar un inicio que genere impacto visual y emocional.
Otra sugerencia es incluir una historia o anécdota para que a través de la misma tus interlocutores puedan saber quién o quiénes son las personas que están elaborando el proyecto.
Sintetiza tu idea describiendo tu producto, servicio o empresa en tres palabras claves, y dale sustento con datos específicos de cifras o estadísticas, volumen de negocio, etc.
Además, dale una sutil idea de lo que deseas lograr dentro de unos cuantos años y deja abierta la posibilidad de una próxima reunión para conocer más detalles sobre el proyecto.
En resumen, para una buen elevator pitch debes: tener claro lo que ofreces, quién eres, de dónde vienes, cuál es tu experiencia, en que consiste tú proyecto y que te hace diferente a los demás (propuesta de valor) y que le ofreces a tus inversores o clientes.
Anné Cruz
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