Quedarse dormido varias veces en el día puede ser síntoma de Narcolepsia
Nota de Prensa
Este trastorno del sueño no se cura, suele diagnosticarse tras 10 años de su padecimiento y puede afectar el trabajo, las labores de casa e incluso los momentos de intimidad.
Para muchas personas, quedarse dormido en el día puede ser síntoma de cansancio, fatiga y hasta flojera; pero cuando es recurrente, puede ser el síntoma de sufrir de narcolepsia, una enfermedad que causa episodios repentinos de sueño, en los que se pueden llegar a producir alucinaciones y hasta la pérdida repentina del tono muscular.
El doctor Oscar González, neurólogo del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), explica que la narcolepsia «es uno de los trastornos del sueño y vigilia, que se caracteriza por una somnolencia excesiva, ataques repentinos de sueño, presentando dificultad para mantenerse despierto durante períodos largos, sin importar las circunstancias. Se acompaña también de frecuentes pérdidas del tono muscular o lo que denominamos cataplejía».
Síntomas de la Narcolepsia
Explica el especialista que, los cinco síntomas principales son: somnolencia diurna excesiva, parálisis del sueño; sueño nocturno, perturbado por excesivos despertares; alucinaciones hipnagógicas, que se refieren a la visión de imágenes vívidas, acompañadas por sonidos y la sensación de ser tocado en los momentos de transición vigilia-sueño (hipnagógica), o en la transición al despertar (hipnopómpica) y, finalmente, la cataplejia o pérdida brusca del tono muscular y caída al suelo, frecuentemente desencadenada por risa, con preservación de la conciencia.
Una condición irreversible
La Narcolepsia suele reportarse entre los 10 a 30 años de edad, tanto en hombres como mujeres, y aunque se desconoce si la causa es un factor genético. «Los antecedentes familiares aumentan de 20 a 40 veces la posibilidad de padecerla», según expone González.
«Una vez instaurada la narcolepsia es persistente el resto de la vida. Hay que diferenciarla de otras patologías, así como trastornos del sueño, que influyen en mantenerse despiertos durante el día.»
En Europa, Japón y los Estados Unidos, la incidencia es de 0,2 a 1,6/1.000 y los síntomas se pueden controlar con medicamentos, cambios en el estilo de vida y además del apoyo de la familia y el del entorno del afectado.
El doctor González advierte que el no diagnosticar este tipo de trastorno puede ocasionar problemas en diferentes áreas al paciente, como por ejemplo, provocar problemas graves en lo profesional y lo personal; ser percibido como perezoso o letárgico, e incluso puede que su desempeño escolar o laboral decaiga.
Este trastorno también interfiere en las relaciones íntimas, pues los sentimientos intensos, como la ira o la felicidad, pueden desencadenar signos de narcolepsia como la cataplejía, por lo que los afectados evitan las interacciones emocionales.
También puede ocasionar un daño físico si se duerme mientras conduce; incluso mientras está preparando la comida. De allí la importancia de su diagnóstico clínico, el cual se apoya en un buen interrogatorio médico, acompañado de estudios como la polisomnografia que registra las ondas cerebrales, los niveles de oxígeno en la sangre, la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como los movimientos de los ojos y las piernas durante el estudio; además de la prueba de latencia múltiple de sueño, que se usa para la evaluación de la somnolencia diurna excesiva –hipersomnia – y la narcolepsia.
Advierte Gonzalez que, es frecuente que pasen 10 años desde su comienzo hasta el diagnóstico; por lo que, ante la somnolencia excesiva diurna de un paciente, es necesario consultar al especialista.
Otros trastornos que pueden producir una somnolencia diurna excesiva crónica ameritan la realización de diagnósticos diferenciales, mediante estudios de imágenes cerebrales, pruebas en sangre e incluso de orina pueden confirmar el diagnóstico.
El doctor González señala que en la actualidad, el GMSP cuenta con la tecnología para los estudios necesarios y con un grupo de profesionales capacitados para alcanzar diagnósticos certeros, quienes acompañaran al paciente en todo el proceso de diagnóstico, aplicación del tratamiento, recuperación, mantenimiento de su salud y de la devolución de la calidad de vida al paciente, gracias al abordaje multidisciplinarios de la patología.