Vladimir Putin dio el paso y ordenó el ataque contra el este de Ucrania, según anunció en una solemne declaración realizada en televisión. El argumento utilizado por el mandatario del Kremlin ha sido el de defender a los separatistas prorrusos establecidos en Lugansk y Donetsk, las dos repúblicas sobre las que Putin había decretado el reconocimiento de su independencia, ante los enfrentamientos militares desarrollados en la zona.
Vladimir Putin anunció que la intención de la ofensiva es “desmilitarizar” y “desnazificar” el territorio ucraniano y no la de ocupar el país; además, manifestó que defiende el derecho de autodeterminación de los territorios ucranianos.
«Las repúblicas populares del Donbás se acercaron a Rusia con una solicitud de ayuda. En relación con esto tomé la decisión de realizar una operación militar especial. Su objetivo es proteger a las personas que son objeto de abusos, genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscaremos desmilitarizar y desnazificar Ucrania y llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos crímenes sangrientos contra personas pacíficas, incluidos nacionales rusos», dijo Putin en un discurso televisado, haciendo alusión a la disputa generada desde 2014 cuando se produjo la anexión de la península de Crimea por parte rusa.
Tras el mensaje lanzado por el máximo mandatario ruso, se han sucedido ataques y bombardeos rusos en hasta diez ciudades ucranianas, como la capital Kiev, donde se escucharon explosiones, como informó la agencia AFP, o la segunda ciudad ucraniana como es Kharkov, incluso en el territorio de Odessa, en el entorno del mar Negro, y en la ciudad portuaria de Mariupol. Los servicios de emergencia ucranianos confirmaron también que la ciudad de Lviv, en el oeste del país ucraniano, fue objeto de bombardeos rusos. Según diversos medios, Rusia anunció la destrucción de varios sistemas de defensa aérea de Ucrania, como confirmaron también fuentes oficiales ucranianas.
Militares de Bielorrusia han ayudado a Rusia durante unos ataques que «sufrió la frontera estatal ucraniana» esta madrugada, según informó el Servicio de Fronteras de Ucrania.
Los ataques de tropas rusas «con ayuda de Bielorrusia» han tenido lugar con artillería, equipos pesados y armas de tiro, indicó esta institución en un comunicado publicado en la red social de Facebook.
Además, se han visto tanques en Kharkov y Odessa, según revelan diversas fuentes como el corresponsal de TVE en Kiev; unos vehículos blindados que habrían entrado en territorio ucraniano sin prácticamente oposición.
Ante la terrible acción emprendida por Rusia, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, anunció que su país responderá con firmeza e instó a sus ciudadanos a quedarse en casa. Zelenski rechazó las acusaciones de Putin sobre la amenaza que suponía Ucrania y destacó la negativa del presidente ruso a dialogar: “He intentado tener una llamada telefónica con el presidente ruso, pero el resultado fue el silencio”, como recogió el medio Euronews. Ucrania decretó la ley marcial y el estado de emergencia en todo el territorio ucraniano excepto en las zonas con mayor presencia rebelde de Lugansk y Donetsk. Esta situación ha supuesto la autorización a los ciudadanos ucranianos para llevar armas de fuego de cara a utilizarlas en defensa propia y la instauración del toque de queda en el país.
«Putin acaba de lanzar una invasión a gran escala en Ucrania. Las pacíficas ciudades ucranianas están bajo ataque. Esta es una guerra de agresión. Ucrania se defenderá y ganará. El mundo puede y debe detener a Putin. El momento de actuar es ahora», señaló por su parte el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba, en la red social de Twitter.
De momento, no ha habido invasión de Ucrania, según algunos analistas este paso todavía no se contempla, aunque sí se han desarmado sistemas defensivos aéreos de Ucrania y esto facilitaría una entrada de la infantería en territorio ucraniano. Mientras tanto, se han producido medidas como el cierre del espacio aéreo ucraniano.
La OTAN va a estudiar una respuesta y la UE establecerá sanciones más duras para el país ruso, como se ha indicado desde diversas fuentes. Ucrania por su parte pidió una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el temor de una invasión inmediata. «Tan solo tengo una cosa que decir, desde el fondo de mi corazón. Presidente Putin, evite que sus tropas ataquen Ucrania y dé una oportunidad a la paz. Ya ha muerto mucha gente», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. Ante la ONU, Ucrania pidió que Rusia detenga la “guerra”, una intervención militar que, de momento, ha dejado 40 muertos y varios heridos, según fuentes ucranianas, sin especificar si son militares.
La condena internacional no ha tardado en llegar ante la ofensiva rusa. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, denunció el “ataque injustificado” que generará “sufrimiento y pérdida de vidas”. Según el presidente norteamericano, “Putin eligió una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano”. “Nos coordinaremos con nuestros aliados de la OTAN para garantizar una respuesta fuerte y unida que disuada cualquier agresión contra la Alianza”, afirmó el mandatario norteamericano que aseguró que “el mundo hará responsable a Rusia”. Mientras, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, condenó el “ataque imprudente y no provocado” de Rusia.
Por otro lado, como señaló la agencia Reuters y el medio Infobae, Joe Biden se reunirá con sus homólogos del G7 con la expectativa de fuertes medidas contra Rusia. Unas medidas punitivas que parece que no amedrentan a la Rusia de Vladimir Putin, que parece ignorar cualquier amenaza sancionadora. De hecho, Rusia firmó recientemente acuerdos económicos con China que pueden permitir al país ruso afrontar mejor las sanciones y relacionados con el suministro de gas ruso al gigante asiático y la distribución de carbón.
La ofensiva rusa ha dejado también preocupantes repercusiones económicas, como la caída generalizada de las bolsas internacionales y el aumento estratosférico del precio del petróleo. Así, el precio del barril de crudo superó los 100 dólares por primera vez en más de siete años.