Purulencia en directivos, no en Instituciones
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
Autor. Gonzalo Gómez Landire. Un nuevo conflicto se suma a la extensa lista de manipulaciones, tráfico de influencias y abuso de poder por parte de algunos funcionarios públicos, esta vez se trata de un aparente sobreprecio en contratos de compra celebrados por algunos hospitales del estado. Esto por supuesto es un inconveniente más para el sistema nacional de salud, cuya imagen oscurecida por la ineficiencia de sus servicios y la sombra de la corrupción, ahora adiciona el agravante que el embrollo sucede en medio de una crisis sanitaria escalofriante y una no menos espantosa situación económica.
Desde las esferas oficiales se evidenció la preocupación por sanear estos desafueros, y se han realizado algunas acciones en procura de remediar esta desafortunada situación. Y eso estaría muy bien si se analizara correctamente la problemática y no se actuara solo por emociones, que la única manera de solucionar un problema es corrigiendo la causa que lo provoca, y la decisión que ha tomado el gobierno no va en la dirección correcta.
Con una reacción inusualmente rápida y obviamente sin un estudio adecuado por lo apresurado de la medida, el gobierno ha dispuesto disminuir algunas competencias de las instituciones regionales de salud, forzando un retroceso a la siempre inadecuada centralización administrativa, que no es la solución ni de lejos. No hay que esforzarse mucho para entender que el problema no está en las instituciones mismas, sino en los funcionarios que el gobierno escoge para dirigirlas.
Y el resultado no podía ser otro, porque el presidente ha mantenido el mismo esquema absurdo del gobierno anterior, prefiriendo rodearse de su propia gavilla buscando discreción y lealtad, sin importar preparación académica, experiencia, competencia, y mucho menos probidad. Algunos importantes cargos públicos que otrora se constituían como asesores del presidente por su dominio y conocimiento de la actividad asignada, ahora son conducidos solo por intuición y maña, desdeñando la preparación, la experiencia y la integridad, que debería exigirse a todo funcionario de gobierno, especialmente a los que ostentan autoridad con privilegio de decisión.
Si en las inevitables negociaciones políticas el ejecutivo tiene que ceder el control de alguna institución, debería exigir que quienes las dirijan tengan la calificación e idoneidad necesaria, y no permitir que se posesione a personajes que no presentan ninguna afinidad, ni preparación, peor experiencia con la actividad implícita. Desgraciadamente estos individuos incapaces y oportunistas, son los que determinan la ineficiencia del servicio público y la consecuente perversión del sistema.
Señor presidente, el problema no está en las leyes ni en las competencias ni en las instituciones, está en la desacertada elección de algunos funcionarios cuya incapacidad degenera en corrupción, y en la infame impunidad que se propicia sesgadamente. Sabemos que usted puede corregirlo, la pregunta es ¿quiere hacerlo?.
Gonzalo Gómez Landires. Es Ingeniero Agropecuario, Asesor técnico financiero en sector Agropecuario, Proyectos de explotación y desarrollo, Asesor de la Unión de Asociaciones Agropecuarias Nacional del Ecuador, Estudio de Especialización en Israel, Universidad de Florida y Universidad en Dallas Texas. Teléf: 09 6789 2180 Mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com