Memetic Media innova en diseño y distribución y apuesta por el periodismo digital para el público joven en Paraguay Por Carolina de Assis/PN
*Este reportaje hace parte de un proyecto especial del Centro Knight sobre Innovadores en el Periodismo Latinoamericano y Caribeño.
Desde Asunción, la capital de Paraguay, un grupo de profesionales – entre periodistas, diseñadores, ilustradores y fotógrafos – se ha dedicado en los últimos tres años a construir nuevas narrativas periodísticas digitales dirigidas al público joven del país. Memetic Media, una asociación sin fines de lucro fundada en 2016, reúne tres proyectos mediáticos que tienen en común la innovación del formato, el lenguaje y el enfoque periodístico. La intención es enganchar a esa audiencia abandonada hasta ahora por los grandes medios, según los editores.
“Una apuesta por la juventud es una apuesta política”, dijo Juan Heilborn, cofundador y uno de los nueve miembros de Memetic Media, al Centro Knight. “Es la generación que deberá mejorar el país que tenemos y tratamos de darle puertas a la información relevante. Por otro lado, es un público que vimos huérfano, del estado, de las comunicaciones, de sus familias trabajadoras. Todo lo que está dirigido a ellos es consumo o represión. Y han demostrado con revueltas estudiantiles y universitarias, que son mucho más conscientes de que no quieren ser solo consumidores o productos”, comentó.
La apuesta de Memetic Media parece tener lastre: en Paraguay, que tiene cerca de 7 millones de habitantes, los adultos jóvenes de entre 20 y 34 años conforman el 26% de la población, según la Dirección General de Estadística del país. “Aún así, hay poca atención tanto de políticas públicas como de servicios, más allá de oferta de consumos y, ocasionalmente, electorales”, dijo Alejandro Valdéz, también cofundador de la asociación, al Centro Knight.
Según Valdéz, la audiencia inicial de Memetic Media consistió en “un público urbano, que viene en Asunción, que estudia y trabaja y cuya característica distintiva es que están insertos en organizaciones (movimientos, partidos, redes, comisiones, gremiales, estudiantiles sindicatos, ONG, colectivos emprendedores tech). Usan internet de manera heavy, muchos son líderes de opinión en sus áreas y tiene una visión cosmopolita. Un rango de edad de 23 a 35 años”.
Esta descripción puede ser aplicada a los propios miembros de Memetic Media – la media de edad de los miembros de la asociación es de 34 años, dijo Jazmín Acuña, también cofundadora, al Centro Knight.
Acuña, Heilborn y Valdéz son editores, respectivamente, de Kurtural, El Surtidor y Fotociclo, proyectos de Memetic Media que llevan elementos innovadores a la producción y presentación de investigaciones, y al reporteo periodístico y fotoperiodismo urbano.
Una cámara sobre ruedas
El fotógrafo Juan Carlos Meza es editor de fotografía de uno de los mayores medios de Paraguay, el diario ABC Color. Luego de cuatro décadas dedicadas a la fotografía, en 2013 su pasión por retratar Asunción hizo nacer Fotociclo– que terminó conduciendo a la formación de Memetic Media, dijo Valdéz, editor del proyecto.
Fotociclo nació del intercambio de ideas de varios profesionales y artistas que compartían un espacio de trabajo en el centro de la capital paraguaya, entre ellos Meza y Valdéz. “Es básicamente un proyecto de fotoperiodismo urbano, enfocado en la ciudad de Asunción, una ciudad como muchas ciudades latinoamericanas, muy conflictiva, y el Fotociclo pone la mirada sobre eso”, contó el editor.
El nombre mismo explica de qué se trata la iniciativa: Meza “se sube todos los días a ese motociclo, a esa moto de carga especialmente equipada para hacer fotos y transportar el equipo y llegar a los últimos rincones de la ciudad, hace fotos y el equipo se encarga de convertir esas fotos en historias”, explicó Valdéz.
Como sus principales características, el proyecto tiene una estrecha relación con la audiencia y una fuerte presencia en redes sociales, aspectos que se volvieron el núcleo de otras iniciativas de Memetic Media. “Vivimos 100% en las redes, es un proyecto que tiene la audiencia más grande de Memetic y la comunidad más consolidada”, dijo el editor.
Todos los días, al menos una foto de algún lugar de Asunción es publicada en los perfiles de Fotociclo en las redes sociales. Las imágenes resaltan la belleza cotidiana de la ciudad, pero también sus paradojas y sus deficiencias, y movilizan los sentimientos de los habitantes de la capital paraguaya respecto al espacio urbano que los rodea.
El proyecto creció con una comunidad online que se ha ido expandiendo en los últimos cuatro años, y también invirtió en crear lazos offline a través de ferias, exposiciones y “fotocaminatas”. Los tours son guiados por el fotógrafo o el editor de Fotociclo y por especialistas en arquitectura, urbanismo e historia, para que los amantes del proyecto puedan explorar Asunción y fotografiar la ciudad por sí mismos.
Esas actividades “van mucho más allá del espacio habitual del periodismo”, explicó Valdéz, y ayudan a consolidar la relación entre Fotociclo y su público. Esta conexión con la audiencia también tiene que ver con que el proyecto tiene mucho de arte: es street media, es performático (hay un carrito naranja muy particular recorriendo todos los días la ciudad, conducido por un fotógrafo que ya es una leyenda urbana)”, afirmó.
A fines de 2017, Fotociclo lanzó su primera revista impresa, donde reunió más de 150 fotografías y que fue financiada y “coeditada” por el público, contó Valdéz. El equipo responsable del proyecto revisó más de tres mil fotos tomadas por Meza que fueron publicadas en las redes sociales de Fotociclo para identificar los comentarios y los sentimientos expresados por el público sobre cada imagen para así decidir cuáles publicar. Después, los seguidores fueron consultados con preguntas a través de Historias de Instagram: ¿libro o revista?, ¿blanco y negro o a colores?, ¿cuánto precio tendría?, ¿qué periodicidad debería tener la revista? “Todas las preguntas que nos ayudaron a resolver cuestiones pragmáticas como forma de pagos o sistemas de envío o los temas”, dijo el editor.
El tiraje inicial de mil ejemplares se agotó en tres semanas – “un número que, para el minúsculo mercado editorial de Paraguay, es muy importante y significó mucho para nosotros”, contó Valdéz. La intención es que la revista sea anual y que se vuelva también un medio de difusión de las imágenes e historias registradas por Fotociclo. El próximo paso del proyecto es publicar un repositorio online con las cerca de 300 mil fotografías que Juan Carlos Meza ha registrado en los últimos cuatro años, lo que esperan hacer a fines de este año.
Para el editor, Fotociclo “cumplió un ciclo” con la publicación de la revista, y este es un momento para repensar el proyecto. “Es una audiencia muy comprometida, entonces ahora los comprometidos somos nosotros para generar espacios para construir, para cocrear historias juntos con esa audiencia, por lo tanto ahora estamos en un proceso justamente de rediseño del proceso del fotociclo, con la esperanza de hacer un periodismo más colaborativo con la audiencia”.
Periodismo de formato largo para entender Paraguay
A mediados de 2015, mientras Fotociclo fascinaba a sus seguidores en las redes y los hacía reflexionar sobre su relación con Asunción, el equipo a cargo comenzó a desarrollar otro proyecto, más cercano al periodismo investigativo tradicional.
Kurtural publicó series de reportajes largos que exploraron los fenómenos y conflictos que afectan Paraguay, sostuvo la editora Jazmín Acuña. “El proyecto nace de la necesidad de contar historias que no se rijan por la inmediatez y la brevedad, y que ofrezcan un ángulo distinto desde donde mirar y entender lo que ocurre en el país”, explicó.
Las series publicadas hasta el momento abordaron en profundidad desde las diferentes perspectivas una serie de temas que pueden parecer desconectados entre sí, como la violencia contra la mujeres, el panorama de la educación en el país y el deforestación del Chaco paraguayo. Todos los temas, no obstante, se conectan al tocar las tensiones sociales e injusticias estructurales del país.
“Nuestro mayor aporte es la profundidad con la que nos acercamos a los temas que abarcamos”, dijo Acuña. “En vez de tratar los hechos como situaciones aisladas, nos enfocamos en el contexto en el que se desarrollan los hechos. Ubicamos a estos hechos como parte de fenómenos o conflictos más amplios que definen al país”, explicó, agregando que hasta una serie sobre recetas de cocina típica paraguaya tiene un subcontexto periodístico relevante: la lucha por la soberanía de los alimentos.
Para explorar en profundidad fenómenos tan complejos, la producción de las series involucra a grandes equipos de reporteros, fotógrafos, editores de texto, visuales, creativos, entre otros profesionales; es un trabajo colaborativo intenso, contó Acuña. Ella citó como ejemplo la serie “Los desterrados no van al supermercado”, sobre el conflicto por la tierra en Paraguay.
“La riqueza de la creación de la serie radica por sobre todo en el intercambio. El proceso de realización de las crónicas y reportajes conllevó mucho debate, discusiones, pruebas, entre los participantes. Nos reunimos semanalmente a tomar decisiones colectivas sobre el rumbo que tomarían los trabajos de reporteo y la edición. En total, dedicamos aproximadamente seis meses a la realización de la serie”.
Además de los reportajes de formato largo, Kurtural pretende experimentar nuevos formatos para llevar sus historias al público. El más reciente experimento fue con una narrativa sonora, mediante un reportaje en audio incluido en el especial “Ipukuma la transición” (“Está demorando la transición”), publicado en el 29º aniversario de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner, que dominó el país entre 1954 y 1989.
El especial trata sobre la memoria, justicia y democracia en Paraguay bajo la sombra de su pasado autoritario, y para hablar sobre eso Kurtural invitó a personas que fueron afectadas por la dictadura. Según la editora, el formato de los reportajes en audio está poco explorado en el país, en ese caso se trató de “una nueva forma de acercar a la gente a lo que fue la dictadura, partiendo desde el cotidiano de la gente que vivió ese régimen”. Para Acuña, “la narrativa sonora genera mucha empatía y abre nuevas puertas para acercarnos a la gente en un país que es eminentemente oral”. Por ello, los podcast y los nuevos reportajes en audio también están en los planes de las próximas investigaciones de Kurtural, dijo.
Las tendencias del periodismo internacional, del periodismo de datos y de la verificación de datos también están en el radar del equipo de Memetic Media. El primero será incorporado cada vez más a Kurtural, explicó Acuña, y el segundo ya es parte del proyecto con la iniciativa #LaPrecisa.
Con la metodología basada en la experiencia del sitio argentino Chequeado, un pionero en la región, #LaPrecisa verifica informaciones de políticos paraguayos usando los datos abiertos y otras fuentes. La intención es hacer que el público tenga los elementos para evaluar y cuestionar los temas que forman parte del debate diario y que informan sobre la elaboración de las políticas públicas en el país.
Además de los discursos cuestionables de los políticos y los funcionarios del gobierno, #LaPrecisa comenzó a abordar también las noticias falsas, las llamadas “fake news”. “Elegimos contenido que circula en redes y chats que sean de dudosa procedencia y constatamos su veracidad”, detalló Acuña. “Lo que hacemos es difundir la verificación en las redes de Kurtural. Si encontramos que el contenido es efectivamente falso, le colocamos la etiqueta de «bolaterapia», que es una expresión paraguaya para calificar a todo aquello que sea mentira”
Según la editora de Kurtural, esta es la primera iniciativa de verificación de noticias falsas a nivel local en Paraguay. “Esta es una iniciativa bastante nueva, que surge a raíz de las próximas elecciones presidenciales donde notamos que ha crecido significativamente la difusión de información falsa”.
Recientemente, Kurtural comenzó a invitar al público a enviar contenido que crean que es falso para que el equipo del sitio haga la verificación. “Establecimos un canal en WhatsApp y también todas las redes de Kurtural para recibir inquietudes [de los lectores]”, explicó Acuña.
La idea es contribuir al combate de las noticias falsas y también a la visibilización del fenómeno de las noticias fraudulentas por medio del fact-checking (verificación de datos) como “elevando los estándares de rigurosidad a través del uso de datos, y motivando a la audiencia a ser más exigente y crítica con las noticias que consume”, sostuvo la editora.
Periodismo gráfico para difundir en redes
Uno de los socios en la difusión del fact-checking realizado por el equipo del sitio es el proyecto El Surtidor. Este fue el tercer proyecto creado por Memetic Media, en 2016, poco después de la creación de la asociación, que fue formalizada para albergar los proyectos ya existentes Fotociclo y Kurtural.
Algunas verificaciones de #LaPrecisa se difundieron en redes sociales enpiezas gráficas creadas por el equipo de El Surtidor, con la incorporación de “elementos de la cultura popular para volver más atractivo el factchequeo”, dijo Acuña.
La traducción de reportes periodísticos en piezas gráficas cautivantes es el núcleo de El Surtidor, que nació como un experimento, contó Juan Heilborn, editor del proyecto. “La hipótesis –basada en experiencias regionales– es que la periodismo gráfico tiene el potencial de circular mejor en un país con baja velocidad de internet”.
Las artes gráficas son un elemento importante en el equipo de Memetic Media – los cofundadores Heilborn y Alejandro Valdéz son diseñadores de formación. Así, decidieron producir una pieza de periodismo gráfico para ver qué sucedía, y el experimento tuvo una gran repercusión en el público joven, relató el editor de El Surtidor. “Fuimos entendiendo que, a diferencia de los videos, las gráficas no necesitan de mucho ancho de banda para circular, algo fundamental en un país con pobre acceso a la red como el nuestro”, explicó
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), el 51% de los paraguayos tenía acceso a internet en 2016.
De este éxito inesperado, salieron más confirmaciones: la primera, “que el público joven era una franja ignorada totalmente por los medios locales, no solo en lenguaje sino en lo temas”, dijo Heilborn. Y la segunda, que las piezas gráficas abren una nueva posibilidad de distribución. “En vez de pedir a la gente que venga, lo que probamos es ir nosotros a los espacios donde está ese público: sus celulares a través de las redes y servicios de mensajería”, explicó el editor.
Los temas que cubre El Surtidor son escogidos por el equipo, formado por Heilborn, un reportero y dos ilustradores, en reuniones semanales. La idea es siempre incidir sobre los temas del momento y las tendencias de los debates en redes. La investigación varía según el tipo de pieza gráfica que se producirá, dijo el editor: “En algunas ocasiones, las fuentes son investigaciones de la sociedad civil con datos contundentes y los cotejamos con especialistas. Otras, vamos tras las fuentes de primera mano. Otras, son datos de investigaciones para Kurtural. Y por último, están las piezas editoriales propias, en las que tomamos postura sobre algunos temas”.
Cada semana se publican al menos tres piezas gráficas en las cuentas de redes sociales de El Surtidor – la idea a mediano plazo es hacerlo de forma diaria, dijo Heilborn. Estas cuentan historias, como la de la primera comandante aérea de Paraguay, que dejó de volar como consecuencia del machismo en la profesión, que recuerdan episodios importantes de la historia del país, como el Marzo Paraguayo, un mes de protestas en 1999, y contextualizan noticias, como el asesinato de una campesina en medio del conflicto por la tierra que involucra a terratenientes brasileños y a funcionarios públicos paraguayos.
Aunque muchos de los temas son serios, la irreverencia es una de las marcas de El Surtidor – muchas piezas llevan cierta dosis de burla, por ejemplo, al abordar la declaración de un político paraguayo o al describir los principales criterios de búsqueda en Google de los usuarios del país.
“Las referencias a la cultura popular y la cultura pop (que son parecidas pero no lo mismo) y cierto desenfado e irreverencia hacen muy diferente nuestro acercamiento al de los medios tradicionales”, comentó Heilborn. “Recordamos siempre lo que Eliecer Budazoff nos decía: hay que huir de la solemnidad como de la peste”.
El enfoque diferenciado también incluye los temas y el ángulo desde el cual son presentados. “El periodismo enfocado en derechos no es muy habitual aquí, y hemos identificado temas que son sensibles y necesarios que tienen muy buena acogida, como el género, ambiente, no discriminación, el problema de la tierra, la alimentación, etc.”, dijo el editor. “Nos preguntamos en determinado contexto noticioso ¿qué necesita saber nuestro público en este momento que nadie les está diciendo? Y le damos información que de otra manera no le llega”.
Además de las piezas estadísticas que se difunden en las redes, El Surtidor tiene un sitio que reúne series gráficas animadas, el contenido más innovador del proyecto, de acuerdo con el propio editor. Se trata de “una narrativa visual diseñada para mobile en la que se combina información textual con lenguaje muy simple, ilustraciones que proveen información, la dimensión del movimiento y el tiempo, permitiendo abordar temas en mayor profundidad sin complicar la narrativa”, explicó Heilborn.
Entre la ilustración, el GIF y el video animado, esas narrativas visuales son también una alternativa al video en un contexto de poca banda de internet, y el formato fue pensado justo para adecuarse al acceso a la tecnología del público objetivo, según el editor. “la estructura en cómo le llega la información al usuario se asemeja mucho a libros infantiles, y eso no lo había visto en periodismo digital ni analógico. Cuando estábamos desarrollando este formato, era una incógnita si iba a funcionar. Pero la recepción superó las expectativas, y nos ganamos una nueva audiencia”.
Las series animadas hospedadas en el sitio pueden ser compartidas en redes sociales y en aplicativos de mensajes – los espacios por excelencia de contenido producido por El Surtidor. La “distribución multiplataforma”, dijo el editor, también es otro aspecto innovador del proyecto: “Primero distribuimos contenido en tres redes sociales, una web, dos app de mensajerías mobile. Incluidos sticker propios de telegram. Luego volvimos a lo analogico, imprimimos posters y calcos, está en imprenta un fanzine, está planeada una revista impresa este año, exposiciones, talleres y conferencias. Vamos donde está la comunidad, e interactuar con las personas que nos valoran”.
El desafío de la sustentabilidad
Al enfocarse en la distribución en las redes, los proyectos de Memetic Media no consideran como eje central de medición de audiencia los números de visitas en sus sitios, explicó Valdéz. “En promedio, alguna de nuestras historias llegan a 300 mil personas a la semana en las redes sociales, de las cuales al menos unas 50 mil interactúan (reaccionan, comparten, comentan) y terminan yendo a la web unas 15 mil”, afirmó.
El editor de Fotociclo y cofundador de Memetic Media dijo que aprendió de Jeff Jarvis, un periodista estadounidense y uno de los principales pensadores del periodismo en la era de internet, que “más allá de esos números, es más importante poder nombrar a tu comunidad con nombre y apellido, y que respondan, valen más 200 personas que vengan al lanzamiento de una serie que los 50 mil likes en las redes. Por ello estamos trabajando en implementar diferentes iniciativas que nos permitan relacionarnos más directamente con la comunidad, para producir y financiar historias que sean relevantes”.
Para generar comunidad y acercar los proyectos a la audiencia y viceversa, Memetic Media pretende fortalecer iniciativas online, como establecer un canal directo para recibir sugerencias de historias, preguntas, sugerencias y denuncias y así desarrollar reportajes con la colaboración del público por medio de tecnologías como el mapeo colectivo. Offline, la idea es continuar priorizando las actividades presenciales, como las fotocaminatas y las presentaciones de sus series de reportajes.
Otro proyecto es abrir al público una Mediateca, un espacio en Asunción donde trabaja el equipo de Memetic Media y que está compartido con la organización por los derechos digitales TEDIC. La casona fue construida en los años 1930 y ya albergó una vez a la Fotoferia, feria de fotografía de Fotociclo. El proyecto está inspirado en laCasa Pública de la brasileña Agência Pública, ubicada en Rio de Janeiro y que realiza exposiciones, cursos, conferencias y actividades colectivas. La intención es establecer “un espacio de referencia que será abierto a la comunidad, alrededor de la cual implementaremos diferentes acciones y que se sostendrá también gracias al programa de socios que estamos ahora diseñando y que se implementará en los próximos meses”, contó Valdéz.
La generación de comunidad es el principal interés de Memetic Media, también por el objetivo de contar con la contribución de la audiencia en el financiamiento de las iniciativas de la organización. La sustentabilidad es el mayor desafío, según Valdéz, y Memetic Media busca superarlo con la diversificación de las fuentes de ingresos, que es la clave para la independencia editorial y el buen periodismo, dijo el editor.
Actualmente, la asociación, que no tiene fines de lucro, se financia gracias a la cooperación internacional, con fondos de la Fundación Rosa Luxemburgo, de Alemania, y Diakonia, de Suecia; alianzas con organizaciones locales, como TEDIC, de tecnología cívica, y Fundación Texo, que apoya al arte contemporáneo; acuerdos comerciales con empresas privadas que patrocinan proyectos como el Banco Sudameris, que financió la serie #Artífices, de Kurtural; y la consultoría en servicios de comunicación visual.
La audiencia de Memetic Media también contribuyó al financiamiento de las iniciativas de Fotociclo, como las ferias y la revista impresa lanzada a fines de 2017. Pero el objetivo principal es que el público se vuelva el principal financista de los proyectos de la organización, contó Valdéz.
“Nuestro objetivo es que nuestro periodismo sea tan esencial para el lugar donde estamos, para el contexto en el que nos desarrollamos, que sea la propia audiencia la que pueda sostener esto. Nuestra hipótesis, y también conociendo la experiencia de otros medios de la región, es que cuando la audiencia es la principal financista, la posibilidad de independencia es mayor”, afirmó. “Entonces es como un círculo virtuoso: tenemos que generar comunidad para que esa comunidad nos permita financiar proyectos periodísticos de nivel, y la información relevante nos va a permitir aumentar la audiencia, por lo tanto, la influencia en los temas que se discuten en nuestro país”.
La serie «Innovadores en el Periodismo», que es posible gracias al generoso aporte de Open Society Foundations, cubre tendencias en medios digitales de noticias y las mejores prácticas en América Latina y el Caribe. Este es una ampliación de nuestra serie anterior y libro electrónico, Periodismo Innovador en América Latina, al mirar a las personas y equipos que lideran en la región iniciativas innovadoras de reportería, narración de historias, distribución de contenido y financiación.
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