EL RETORNO INEXPLICABLE DE SANTIVÁÑEZ COMO MINISTRO DE JUSTICIA

NOTI-AMÉRICA PERÚ

Por César Ortiz Anderson

En el país del “no pasa nada”, el nombramiento de Juan Santiváñez, que salió por la puerta falsa con este gobierno y Dina Boluarte rápidamente lo nombró asesor del despacho presidencial y también de la SUCAMEC, que es la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil, nada menos. Si esto no fue concertado previamente con el Congreso de la República, se trataría de una provocación del Ejecutivo al Legislativo, ya que Santiváñez había sido vacado meses atrás por el Congreso, luego de su cuestionada gestión en el Mininter.

La censura entonces fue por su deficiente gestión como titular del Interior, además de las diversas investigaciones por tráfico de influencia, abuso de autoridad, encubrimiento. Actualmente está impedido de salir del país hasta el mes de noviembre del año 2026.

Al analizar el nombramiento de Santibáñez como ministro de justicia, tenemos que recordar lo que dijo Boluarte en su último mensaje a la nación por Fiestas Patrias, en el que se refirió a la necesidad de una reforma en el sistema de justicia. Además, no es casualidad que ambos cuestionen y ataquen a la Fiscalía y al Poder Judicial.

Ante ello ya se pronunciaron algunos congresistas en sus redes sociales, como Ruth Luque, del Bloque Democratico Popular, que criticó el retorno de Santiváñez, a pesar de su vacancia hace pocos meses por su deficiente gestión. Ahora, gracias a Boluarte, retorna al gabinete. La congresista Luque señala que las cosas siempre pueden estar peor: estamos hablando de un sector donde el gobierno ha demostrado su talante antidemocrático y autoritario. El regreso de Santiváñez solo confirma que el autoritarismo y la impunidad continuarán siendo la orientación de este gobierno.

Foto: Presidencia de la República.

La presencia de Santiváñez muestra que no tendrán ningún reparo ni problemas para conseguir sus propios objetivos. La importancia que tiene para Boluarte la continuidad de Santiváñez en el gobierno quedó demostrada cuando lo nombró jefe de la Oficina General de Monitoreo Intergubernamental en Palacio de Gobierno, donde despachaba con ministros y otras altas autoridades. El error de Boluarte al nombrarlo ministro de Justicia solo generará críticas de diversos sectores. Ante ello queda claro que la presidenta continúa burlándose del país, y además queda claro que Santiváñez goza de la simpatía de la mandataria. No existe otra explicación para su permanencia en el poder, pese a todos los cuestionamientos.

Finalmente, es cierto que no existe un impedimento ni legal ni constitucional “expreso” para que un ministro censurado luego sea nombrado en otra cartera. Incluso hay un antecedente en este gobierno con Pedro Castillo: el de Betssy Chávez, que fue censurada como ministra de trabajo y después Castillo la nombró ministra de Cultura, y posteriormente jefe del Gabinete, toda una vergüenza ajena. Ya faltan ocho meses y algo más para que tanto el Ejecutivo como el Legislativo alcancen su objetivo: llegar a julio del 2026.

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