El duro golpe a la delincuencia
NOTI-AMÉRICA PERÚ
Por Manuel Rodríguez Romero
Una buena noticia resulta, sin duda, el traslado de 13 cabecillas de peligrosas bandas criminales, que estaban en el penal El Milagro, a penales de máxima seguridad, ubicados en distintos lugares del país.
Es una buena noticia, teniendo en cuenta que la casi totalidad de extorsiones se hacen desde los penales y El Milagro no es la excepción. En consecuencia, es una medida que aliviará en parte la afrenta de la ola criminal que experimenta Trujillo, aunque habría que esperar un tiempo prudencial para ver si hay resultados positivos.
La medida en consecuencia era necesaria y urgente y ha sido dispuesta por el más alto nivel del Poder Ejecutivo, a raíz de las reiteradas peticiones del gobernador regional de La Libertad, César Acuña. El traslado de los presos más peligrosos, jefes de bandas criminales, no será una solución total, pero sí permitirá disminuir las cifras de extorsiones y sicariatos.
Los presos han sido trasladados a las cárceles de Challapalca, Ancón, Juliaca y Cochamarca, donde esperamos que no gocen de los “beneficios” que tenían en El Milagro. El objetivo del traslado es desarticular a estos peligrosos delincuentes de sus compinches (internos y externos), con quienes se coluden virtualmente para perpetrar sus condenables delitos.
Los presos de alta peligrosidad pertenecen a las bandas de Los Pulpos, Los Malditos de El Triunfo, La Jauría, Los Justicieros, Los Compadres, Los Canallas de La Esperanza y los Injertos Cibernéticos del Norte.
Para que la medida sea efectiva debe aplicarse un estricto y riguroso control en el uso de celulares, que es la herramienta para las extorsiones. Todos sabemos de la fragilidad del control en el penal El Milagro y la forma en que los visitantes logran ingresar celulares a sus familiares presos, muchas veces con la indecorosa anuencia de los empleados del INPE.
Es inconcebible la fragilidad con que actúa el personal del INPE, que tiene a cargo la administración de los penales. ¿Quién no sabe que a las cárceles se ingresa con cierta facilidad drogas y armas? Ahora se conoce que inescrupulosos han instalado antenas clandestinas de Internet a fin de facilitar la comunicación con fines de extorsión, en la parte externa del perímetro del penal de varones. Esto es gravísimo. ¿De esto no sabían antes los del INPE?
Es tiempo que las cárceles, sin dejar de ser drásticas, cumplan un rol reformador del preso y no sigan siendo escuelas donde se perfecciona el delito.