JORGE COQUIS: UN “ÁNGEL SALVADOR” EN EL MUNDO DE LAS DROGAS
NOTI-AMÉRICA PERÚ
Por Manuel Rodríguez Romero
Región La Libertad
* Para saber lo que se sentía a los 17 años consumió marihuana y años después se volvió adicto a la cocaína, cuando estaba en la Fuerza Aérea del Perú
* Vivió un hondo drama y hoy su mayor satisfacción es arrancar de las drogas a jóvenes adictos, labor que desde Trujillo la extiende al mundo
Jorge, como cualquier niño, tenía ilusiones y sueños. Había nacido en Barrios Altos (Lima). A tierna edad bajó al Rímac, cerca del puente y la alameda, lugar de inspiración de Chabuca Granda, una de las grandes del criollismo.
En las épocas colonial y virreinal, el Rímac fue el principal suburbio de la ciudad de Lima. Durante la época republicana siguió siendo el tradicional barrio de San Lázaro o Abajo El Puente.
En este antiguo lugar Jorge Coquis Coz se hizo adolescente, y en 1969 hizo realidad uno de sus grandes sueños: ingresar a la Escuela de Oficiales de la Fuerza Aérea del Perú y permaneció en ella hasta 1975. Antes, a la edad de 17 años, por curiosidad había consumido marihuana, influido por “amigos”. “Lo hice para ver qué sentía”, confiesa. Muchos años después, ya a los 26 o 27 años, volvió a usar la marihuana, pero esta iba acompañada de otras drogas más fuertes, como la cocaína.
Por esas cosas extrañas de la vida, varios años después, se sumerge con fuerza en el mundo de las drogas, cuando aún era oficial de la FAP. Había dejado la marihuana, para usar drogas más fuertes como la cocaína y pasta básica.
Por entonces era un deportista de primer nivel en la FAP, que practicaba el pentatlón. En las competencias ocupaba los primeros puestos.
El patético caso del joven oficial es un ejemplo que demuestra que las drogas no sólo llegan a conquistar a gente no tan instruida, sino incluso a gente preparada y de buena formación familiar.
Al recuperar la autoestima logra salir de la tenebrosa etapa de su vida, para dedicarse, en adelante, a extender la mano generosa a quienes navegan en el submundo de las drogas y arrastran en el drama a sus familias.
Dejó Lima y decidió viajar a Trujillo a fin de pasar unas vacaciones, sólo por unos días. No es que siga de vacaciones, pero ya lleva 30 años en Trujillo, haciendo una encomiable y silenciosa labor humanitaria. Casi nadie sabe de la altruista labor social que realiza.
Coquis Coz sigue en el mundo de las drogas, pero ya no como consumidor, sino como el “ángel salvador” de jóvenes adictos, a los que arranca del mundo de la perdición para que reconstruyan su vida y la de sus sufridas familias. Esta tarea ad honorem, que se autoimpuso, le genera satisfacciones.
SALUD PÚBLICA
Como se sabe, la drogadicción es un problema de salud pública, en constante aumento. Las drogas son consumidas para evadir problemas. La adicción se produce a fin de hallar una situación de no dolor y no tanto una sensación de placer.
Pese a ser un gran problema de salud pública, el gobierno no tiene una política para contrarrestarla de manera efectiva, menos destina recursos, menos aún los gobiernos locales y regionales. Los esfuerzos son, en muchos casos, del sector privado.
Jorge Coquis, luego de cierto tiempo de oscuridad, vuelve a ver la luz. Esa luz, fue su guía para que el 23 de julio de 1990 ingrese a un centro de rehabilitación en Lima. Ahí conoció a profundidad los motivos que llevan a los jóvenes a consumir drogas.
Después de algún tiempo de residente, fue operador para ayudar a los internos. Luego de algunos meses pasó a ser director ejecutivo del centro de rehabilitación. Más tarde fue enviado a Trujillo en 1992 a dirigir una de las casas de rehabilitación de drogadictos.
En Trujillo hizo familia y decidió quedarse. Fundó a la vez una asociación civil, que durante muchos años se dedicó a ayudar a los jóvenes a salir de las drogas. Por razones de enfermedad, economía y pandemia, comenzó a limitar los esfuerzos que hacía, lo cual le “obligó” a usar la virtualidad gracias a la moderna tecnología.
Una experiencia valiosa en prevención de drogas y ayuda social a familias involucradas, la tuvo al trabajar en la Municipalidad Distrital de Jesús María, en Lima, donde estuvo cuatro años y luego retornó a Trujillo. Esta labor edilicia debería ser replicada por las municipalidades.
VOLAR AL MUNDO
Han sido las redes: web, Whatsapp, Facebook, las que le han permitido ampliar sus fronteras de ayuda social. Ahora llega a muchos países, y esto le ha generado alegrías. Ayudar a los demás le hace sentir un gozo especial.
Relata que su fan page de Facebook: “VIVE BIEN, VIVE SIN DROGAS”, creada el 11 de octubre de 2015, es un medio que ha logrado cerca de 13 mil seguidores. Es una de las pocas páginas virtuales de este tipo en el ciberespacio.
Desde cualquier parte del planeta, personas adictas y hasta familias se comunican con él pidiendo ayuda o simplemente leen sus consejos en las redes sociales. Jorge pasa muchas horas del día en Internet comunicándose con su audiencia, que cada vez son más.
La mano generosa de Coquis no sólo ayuda a los adictos a dejar el bajo mundo. A muchos incluso les ha conseguido trabajo o becas de estudio y de esta forma les hace útiles a su familia y a la sociedad.
Su testimonio prueba que sí es posible salir de las drogas. Para lograrlo, dice, se debe emplear un mensaje que vaya más allá de la abstinencia. La droga no sólo es cocaína, cualquier otra sustancia puede generar adicción, explica.
Un buen mensaje es hablar del adicto como un perdedor, puesto que pierde las cosas importantes de su vida, y trata de recuperarlas. Revela que ha tenido casos de familias con uno, dos y hasta tres hijos adictos. Todo un drama.
LABOR SOCIAL.
Jorge Coquis en sus redes sociales informa sobre los peligros del uso y abuso de las drogas, además informa sobre la prevención y acerca de las alternativas y lugares de tratamiento.
Hay casos que ameritan conseguir recursos, para ayudar a alguna familia con hijo adicto, a fin de lograr su internamiento. Siempre hay alguien de buena voluntad dispuesto a extender la mano, expresa.
Con mucha preocupación, Coquis señala que “el uso y abuso de las drogas, no solo se ha extendido en el Perú, sino que ya es un problema social y sanitario en la mayoría de los países en Sudamérica”.
Explica, además, que las drogodependencias constituyen un fenómeno de gran impacto en lo sanitario, social, económico, legal y político.
Confiesa que es importante llegar a un punto de reflexión, para que un adicto reoriente su vida y que la droga no merece la pena, pues hay otras cosas más importantes que la droga: El trabajo, las personas, la familia y muchas actividades.
Hace hincapié en las relaciones sociales en el inicio del consumo de drogas. Son las amistades con quienes se comienza a consumir y luego en el “mundo de la noche”, como se llama, en los bares y discotecas, que es el empujón final.
Jorque Coquis tiene un lema que siempre difunde: “Cuídate, que las drogas NO es un JUEGO” y otro: “LA DROGA NO LA USES”.
La advertencia está hecha.
Autor:
Como tú hermana de todo lo que has pasado con la familia wue no se sabia como ayudarlo, una vida muy infeliz, pero hace muchos años salio de este problemad de drogas, por eso lo llaman el Angel Salvador
Las drogas un gran flagelo social, que acaba con nuestros niños, jóvenes y adultos, debemos dar atención inmediata y unir esfuersos desde la familia, el estado y las instituciones .
Un gran testimonio que ayuda a enfrentar este problema y que brinda una luz de esperanza, gracias «Angel Salvador». en el mundo de las drogas.