Hacia el aniversario 201 del Perú
NOTI-AMÉRICA PERÚ
Por Dany Cruz-Guerrero
¿Cómo recibe el Perú el nuevo aniversario patrio? La pandemia y la crisis económica global delimitan el horizonte de las expectativas que sobre la política nacional tiene la sociedad peruana en estos días.
La crisis política nos habitúa a la incertidumbre. De la incertidumbre, suelo que la humanidad pisa cada día, brotan la certeza, la confirmación de la fe: la confianza que nos abre al itinerario de cada nueva jornada con los otros. Así, los humanos del siglo XXI vivimos también un día a la vez, como nuestros antepasados. Grandes maestros del pensamiento crítico, la ciencia política y el arte de vivir humanamente entre semejantes concuerdan en que la política, en rigor, es uno de los logros intelectuales, teóricos y prácticos más dignos de la humanidad: apunta a la convivencia justa, sujeta a reglas claras, deliberativa, armónica, razonable y empática de la diversidad humana cuando forma comunidad a conciencia.
La crisis permanente que vive el Perú bicentenario desafía abiertamente la validez de esta noción acaso demasiado espiritualizada de la política. La corrupción, el socavamiento de las bases sociopolíticas de la nación, el autoritarismo burocrático, la discriminación institucionalizada, la exclusión sistemática que genera inequidad y desigualdad de oportunidades, la educación mediocre y pauperizante, etc., conforman la pseudopolítica que desafía permanentemente al Perú.
La pseudopolítica devasta y deteriora los fundamentos del Estado de Derecho. La administración pública es un botín para la pseudopolítica. Como todo lo tuerce y lo tergiversa para hacerlo funcional a sus intereses lesivos de lo público y lo comunitario, la pseudopolítica gana terreno en el Perú frente a un Estado débil y, sin embargo, resistente y resiliente. La sociedad peruana tiene que reponerse del luto y el duelo pospandémicos y del impacto de la pandemia sobre la salud mental.
Está por verse el impacto de la recesión económica global ocasionada por la transición de la economía pandémica a la economía de guerra que imponen Rusia y la OTAN. Como si el Perú fuera ajeno a los hechos del mundo, a nuestra clase política, en general, le falta una visión cosmopolita del Perú y, sobre todo, la voluntad para comprender la resistencia ante la adversidad como distintivo de la identidad peruana. Sectores productivos nacionales confiaban en la clasificación de la selección peruana de fútbol al Mundial Catar 2022 como un motor que dinamizaría la economía interna, pero Perú fue eliminado por Australia en un partido de mucha presión y desgaste físico-mental propio de una final.
Dicho esto, las políticas de reactivación económica no pueden depender del azar, como las apuestas. Si la economía es una ciencia al servicio del Estado, ¿a qué recurrir al azar? Es oportuno recordarlo a pocas semanas de conmemorar el aniversario 201 del nacimiento de la república peruana, no vaya a ser que la esperanza en el azar vertido a la política doméstica haga perder el sentido de la proporción y el equilibrio de poderes, aun cuando las alharacas y los envalentonamientos del Legislativo contra el Ejecutivo no tengan más justificación que un perverso afán de dominio ultraconservador. En cualquier caso, ya que los peruanos conmemoramos el triunfo de la gesta independentista y emancipadora, conviene preguntarse, ahora, ¿de qué servidumbres tiene que liberarse el Perú del siglo XXI?