Un recuento de Navidad
NOTI-AMÉRICA PERÚ
Por Alejandro Ruiz Robles
DÍAS Y NOCHES DE ENSUEÑO
Con el fin de año viene la Navidad y con ella, la magia para intentar ser mejor persona a través de mostrar nuestras intenciones de mejora, perdón, cambio y transformación; todo en aras de ser positivo para convivir en familia y amigos.
La importancia que le damos a estos en nuestra vida se las mostramos con nuestro afecto, atenciones, presentes o palabras.
La realidad de nuestros días es tocada por una esencia especial que convierte la rutina en encanto y los problemas en soluciones; nada abruma más a las personas que el saber si les gustará a los otros los obsequios que les daremos.
Y con esas sensaciones de alegría me pregunto ¿por qué esperar a esta época para mostrar una actitud positiva en beneficio de quienes nos rodean?
LO DISTINTO
Si eres religioso tendrá un sentido místico, si quieres beneficios recibirás bonos anuales y presentes, si deseas momentos sensibles seguro es que recibirás visitas o llamadas que te permitirán experimentarlos; es decir, el universo conspirara para mostrarte momentos únicos para los cuales te has preparado durante un año.
Y ese es el sentido de la Navidad: compartir instantes especiales que te llenen en el presente y hagan que los anheles en el futuro.
Es cierto, siempre habrá detalles que puedan sorprenderte e incluso, puedan acarrear aspectos negativos, pero tu actitud por demás positiva estará dispuesta a sobreponerse.
Si en tus manos está el encanto de transformar lo negativo en positivo, ¿por qué no convertirlo en un hábito?
¿Y MIS OBSEQUIOS?
De niños sabíamos que por nuestra conducta seríamos premiados por el Niño Dios, Santa Claus, nuestros padres o familiares con algún presente; de adultos sabemos que disfrutar de la convivencia de los demás y ser partícipe de la alegría de quien es importante para nosotros o de quien gozamos de su estima es un verdadero regalo de la vida.
Dentro de nosotros sabemos que las atenciones de las personas no son por generación espontánea… ¡algo hicimos que en ellos hemos generado una empatía!
Si por el hecho de ser como somos hemos generado vibras positivas en otros, fomentémoslas al actuar.
Es tan trillado hablar del poder de una sonrisa, pero vale la pena reflexionar ante ello y preguntarnos ¿Qué tan frecuente sonreímos a quien comparte con nosotros?
Y ¿QUÉ APORTO?
“Quiero un coche”, “quiero una muñeca”, “quiero…”, “quiero…”, “quiero…”, pero ¿y yo qué doy?
Siempre es grato recibir sea o no que hayamos pedido; sin embargo, ¿en qué momento damos de nosotros?
Dar es una acción generosa de nuestra parte hacia el mundo, que involucra una acción de compartir a la cual, no siempre la acompaña una acción en consecuencia.
Entregar lo mejor de nosotros es un compromiso de excelencia que implica un convencimiento de lo que somos y lo que damos a quien así valoramos.
De tal manera que, nosotros sabemos la importancia que tiene cada persona para nosotros y con esa convicción es que ofrecemos lo mejor que tenemos.
Si damos amor es porque nos amamos; toda vez que, por lógica, no podemos dar lo que no tenemos.
Si no sabemos recibir el amor que nos ofrecen, con el tiempo quienes nos participan de éste, lo canalizarán a quien si lo valore.
Alguna vez te has preguntado si ¿amas con la reciprocidad de quienes te aman?
Si la esencia de estas fiestas son la paz y el amor, ¡abrázate con la convicción de que tú eres la respuesta a tus necesidades y satisfácelas!
Que en cada uno de nosotros esté el deseo de encontrar el amor frente al espejo y la paz que ello conlleva. Después de todo, en cada uno de nosotros está el hacerlo realidad.
¿HAS PENSADO CÓMO VESTIRÁS TU ALMA PARA NAVIDAD?