Juan Huamán: el discapacitado solidario que clama en iglesia por el fin de la pandemia
REGIÓN LA LIBERTAD
Por Manuel Rodríguez Romero
TRUJILLO.- La pandemia del COVID-19, que asola al mundo con miles de muertos e infectados, es la causa de muchos y conmovedores dramas. Las personas discapacitadas tal vez sean las que más carguen la pesada cruz de esta crisis, condenados a la indiferencia y exclusión de la sociedad.
El centro de Trujillo fue escenario de una conmovedora escena protagonizada por un discapacitado congénito, que luego de dos meses de estar confinado, decidió salir a la calle para vender sus escobas. No había otra salida, tenía que ganar algunos soles para sobrevivir pero antes tenía que ir al encuentro con Dios.
La singular escena fue captada por el periodista trujillano Pedro Borjas, siempre listo para disparar la cámara de su celular. Observó que alguien, cogiéndose de la puerta de la iglesia Belén, en la esquina Almagro-Ayacucho, oraba y clamaba al Señor y la Virgen de la Puerta, pidiendo que termine la cruel pandemia.
Su nombre es Juan Huamán, un discapacitado que cuando tenía 4 años de edad fue abandonado en una de las avenidas de San Isidro en Lima. Fue encontrado por la Policía. Como no tenía ningún familiar, fue criado en la Comisaría, donde los policías le dieron albergue y alimentación y hasta le enseñaron a leer y escribir.
Cuando cumplió 29 años decidió trabajar y dejó Lima y vino a Trujillo para demostrar que puede trabajar y cubrir sus propias necesidades vendiendo escobas. El recorría las calles pero generalmente se le veía cerca de la iglesia Santo Domingo, con un fardo de escobas. Vive en un humilde cuartito. Desde hace algunos años, el dinero que ahorra de su modesto trabajo lo destina a dar chocolatadas navideñas a los niños pobres de zonas marginales de Trujillo.
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