¿Podrían dejar de matarnos?
La mañana del lunes sorprende con la noticia de la muerte de Fátima en Tulyehualco, ciudad de México. Fátima, de 7 años de edad, fue secuestrada al salir del colegio, su asesinó la violó, le rapó el cabello y le pintó la uñas para luego matarla y dejar el cuerpo en la colonia Los Reyes, Tláhuac. La niña tenía 5 días desaparecida. Aún se desconoce la identidad del asesino.
En México resurge la indignación ante otro feminicidio, aunque se calcula que a diario son asesinadas 10 mujeres. Por su parte, Perú no está lejos de esta realidad. Solo en 2020, ya hemos tenido 25 feminicidios.
A este número le agregamos la muerte de Diana Angulo López, ocurrida también este lunes en La Victoria, Lima. A Diana la mató a puñaladas su expareja Jack Junior Marquina. Ambos tenían un hijo de un año de edad. El asesino se encuentra detenido.
Fuente: Observatorioviolencia.pe
No solo las capitales son escenario de la violencia contra la mujer. En Lunahuana, Denisse Casas Rojas fue asesinada a golpes por su esposo Valdeir Dajairo Oporto el pasado 14 de febrero, día de los enamorados, después de que ella pidiera terminar la relación. En Arequipa, el 12 de febrero, Keilin Cañaza Condori de 24 años de edad fue encontrada muerta en un descampado. El presunto asesino, Ángel Córdova Mamani, era su pareja y se encuentra detenido preventivamente. Keilin también deja un niño huérfano.
Es 2020 y la cifra no para de crecer pero tampoco alarma. La violencia machista nos arrebata la vida de hermanas, de madres, de hijas sin que se hagan esfuerzos sustanciales para evitarlo. ¿Podrían facilitar la protección de las víctimas? O mejor aún, ¿Podrían dejar de matarnos? ¿Podrían detener la barbarie?
#NiUnaMenos
Autora: Sara Cecilia Pacheco