PDVSA se cae a pedazos de cara a elecciones parlamentarias
Por Yliana Duque y Luis Hernández (Frente de trabajadores petroleros)
PDVSA se cae a pedazos y la desidia gubernamental niega toda complicidad de cara a las próximas elecciones parlamentarias, con elocuentes discursos donde se culpa a los EEUU, y a otros factores que según la cúpula interfieren para desestabilizar al país.
*Trabajadores petroleros exigen homologación de los salarios sincerizados con la realidad hiperinflacionaria. *Pesionados y jubilados de PDVSA padecen por falta de recursos. *Pensionados protestan por mejoras y el gobierno no los atiende. *Gobierno niega acciones para beneficiar a jubilados petroleros.
Caos por falta de gasolina, gas, agua, alimentos, efectivo, una hiperinflación galopante y la presencia de grupos afectos denominados colectivos, delincia, mafias y corrupción en las fuerzas armadas es la fórmula creada por el socialismo implemetado en Venezuela.
Exponer la realidad de la principal empresa en Venezuela, como lo es Petróleos de Venezuela (PDVSA), no es una información nueva para la opinión pública Nacional e internacional, muchos conocen y padecen la realidad ciudadana por las carencias consecuencia de la destrucción de las refinadoras de combustible durante estos últimos 21 años.
Explosiones, falta de inversión, nueva maquinaria y tecnología que sumada a la pérdida de capital humano altamente calificado, han representado la peor decisión gubernamental.
Antonio Ledezma, el estallido de la refinería de Amuay en el estado Falcón no fue un “ataque terrorista”, como lo denunció el régimen de Maduro, sino “un pitazo” del ahora extinto expresidente Hugo Chávez quien hace 20 años despidió a más de 22 mil trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). (Declaracióndel 1° de noviembre de 2020, producto de supuestos ataques terroristas a las instalaciones de Amuay)
Los despedidos por órdenes presidenciales durante el primer período presidencial del fallecido Hugo Chávez, quien defendía su postura fundamentando que la empresa petrolera estaba en manos de la corrupción y de intereses ajenos a los de los venezolanos, asumiendo con ello el discurso de PDVSA para los venezolanos, porque el petroleo debía repartirse equitativamente entre el pueblo soberano, sin embargo el tiempo y la decadencia de la economía venezolana demostró que no resultó.
El portal digital El Universo reseñó para aquel entonces, abril del 2002, que Chávez “anunció los despidos como si estuviera en un juego de fútbol, sonando un pito y diciendo “offside” (fuera de juego), agregó: ‘Se convirtieron en saboteadores de una empresa que es de todos los venezolanos’.”.
20 años después de tantos desastres internos y daños en la estatal petrolera se muestra un panorama bizarro en comparación a lo propuesto por Chávez en un principio, con el deterioro y despido del personal que «realmente ejercía un desempeño profesional de altura, ya que ha sido comprobado a nivel mundial, por las corporaciones internacionales que han captado a más de 10.000 trabajadores petroleros despedidos injustificadamente», por estas y la inexistente gasolina en las estaciones de servicio en Venezuela, los trabajadores Petroleros emprendieron una fuerte campaña informativa de modo personal, para conseguir ser escuchados y defendidos sus derechos laborales, vulnerados por el gobierno de Chávez y ahora por el de Nicolás Maduro.
De acuerdo con Luis Hernández, vocero del Frente de Trabajadores Petroleros Rompiendo Cadenas, «La destrucción de PDVSA no sólo pasó por las manos de Rafael Ramirez, sino también por las de Manuel Quevedo, que durante su gestión como presidente de PDVSA, en tan solo 29 meses, la producción cayó alrededor de un millón de barriles por día», aseveró.
Asegura Hernández que con Quevedo la producción de PDVSA terminó de ser desmantelada, se dejó de producir gasolina, y con ello se confirmó que el populismo militar es destructivo.
Asimismo, agregó que Quevedo sólo copió a Maduro, hizo lo que la dirigencia del PSUV le decía que hiciera, «sin ningún raciocinio técnico, apartado de cualquier escrúpulo moral, sin importarle las consecuencias de que la destrucción le PDVSA traería sobre la ya destruida economía del pueblo venezolanos», sumiendo a las personas en la miseria más grande que ha vivido el país desde los tiempos de la independencia, añade.
Quevedo, al llegar a PDVSA dijo que había un «paro silencioso» de la gerencia y trabajadores, y propuso una línea de acción que involucraba a la «muchachada petrolera», haciendo referencia a una Gerencia joven con la que iba a poner en marcha la recuperación. Puras mentiras, para poner a la cabeza de PDVSA a sus compinches, a sus secuaces, en el robo más descarado de la historia en el mundo. Claro está, nada de esto funcionó para levantar PDVSA, si no que ocurrió todo lo contrario, y la destrucción fue mayor y mad rápida, lo que confirma la importancia del recurso humano y la meritocracia en la industria, afirmó.
EN CUANTO AL GAS
Luis Hernández, siempre ha denunciado la gravedad de todas las empresas dedicadas a la refinanciación de combustibles, destacando que el GAS, está tan abiertamente dañado como la GASOLINA.
En este sentido asegura que la paralización de las plantas de tratamiento de gas como la de JOSE causaría la no producción de propano que es el producto que se utiliza en los hogares como combustible en las cocinas.
El colapso o paralización de las plantas de tratamiento va a agravar aún más el nivel de vida de los más necesitados que son los que más consumen este producto.
Otro negocio más de los enchufados que no les importa el sufrimiento de los venezolanos. La venta a precios excesivos de este producto beneficia a las mafias que están dentro de PDVSA amparadas por la guardia nacional y el régimen.
Por los momentos, ante la proximidad de las elecciones parlamentarias, el gobierno se las juega ofreciendo llenado de bombonas de gas, que aunque son en alto costo, algunos servicios, otros como el gas comunal, lo ofertan a un precio accesible, no sin embargo con dificultades severas de distribución y solicitud del servicio.
Paralelo a esto, diversos estados en el territorio venezolano, se la juegan entre la carencia de gas y la destrucción indiscriminada del ambiente por la tala de árboles para el uso de leña que les permita cocinar, y en ese particular las autoridades no han asumido acciones en protección del ecosistema.
Son grandes males sin soluciones y poca actitud de cambio ciudadano para generar cambios en beneficio del país y de una mejor sociedad, prefieren recibir una caja de comida o un camión cisterna para saciar la sed, en lugar de exigir pagar por un servicio de agua por tubería y un empleo digno que les permita comer lo que deseen, no lo que les imponen.