Neuroeconomía; Conducta neural de la elasticidad precio de la demanda Por: Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D
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Neuroeconomía; Conducta neural de la elasticidad precio de la demanda
Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D sanchez.juandiego@gmail.com
Doctor en Ciencias Empresariales, abogado, profesor e investigador
Es conocida la teoría de la elasticidad precio de la demanda, la cual en esencia, detalla la relación inversa que existe entre el precio de un bien y su correspondiente cantidad demandada, siempre y cuando se cumpla el principio referente a que el bien en cuestión, sea en efecto elástico, es decir, presente una sensibilidad al precio pactado para el producto en cuestión. Esta relación establece un patrón conductual, en el cual, a medida que el precio de un bien se incrementa, su cantidad demandada, tiende a bajar. La proporción o magnitud del cambio, depende completamente de la sensibilidad del bien o servicio en cuestión, según establece la doctrina económica.
Ahora bien, el análisis económico, así como sus preceptos conductuales, suelen ser precisados de manera muy lineal, y casi de forma apodíctica, no obstante, estas predefiniciones dadas para la conducta económica, no deben perder perspectiva, pues desde el momento que se involucran personas con decisiones reflejadas en patrones de comportamiento, claramente entran en juego diferentes factores exógenos y endógenos, que precisan en última instancia la conducta económica de los individuos, la cual, no necesariamente resulta tener una explicación tan simplista de las decisiones finales a nivel de compra y consumo.
La conducta económica individualizada, es decir, el comportamiento de compra y consumo que precisa las decisiones humanas, encuentra su lógica más básica y quizás casi existencial, en el análisis neural del funcionamiento del cerebro humano, así como de las regiones generadoras de activaciones específicas en el establecimiento de las decisiones finales que precisan un determinado patrón de conducta, el cual es observable en el movimiento de las variables microeconómicas (individuales), así como las macroeconómicas (grupales), tema que permite dar pie a un estudio más profundo de algunas teorías de corte económico, tal es el caso del dogma señalado en la elasticidad.
En línea de lo anterior, es de interés el análisis que pueda concretarse en función de las regiones o áreas cerebrales, y su asociación a funciones y acciones conductuales en particular. Primeramente puede recurrirse a la teoría, no tan precisa, de los tres cerebros, la cual indica la existencia de un cerebro instintivo (mal llamado reptiliano), un sistema límbico y un neo córtex, los cuales se distribuyen a manera de capas desde adentro hacia fuera en el sistema craneal. El primero controla los impulsos básicos del ser humano, sin pensamiento o razonamiento alguno, el segundo las emociones, particularmente ligado a la segregación de químicos que determinan las emociones específicas del ser humano, y el neocórtex (también llamado cerebro neomamífero), mismo que gestiona las ideas complejas y el pensamiento analítico. Por otra parte, puede también hacerse mención a la teoría, de la hemisfericidad cerebral, la cual precisa que se observan dos hemisferios, el derecho ligado a la asimetría, colores y hasta cierto punto con carácter más emotivo, mientras que el izquierdo señala tener un enfoque más dado hacia la linealidad, la asimetría y los números. Ambos se encuentran conectados por el denominado cuerpo calloso, encargado de balancear el funcionamiento del cerebro como uno solo.
Adicionalmente, y en total ligamen a la toma de decisiones humanas, no solamente en materia económica, sino también personal, puede precisarse el concepto de la sinapsis, el cual señala las conexiones y espacio entre neuronas, estableciendo tres estadios específicos, la presinapsis, la sinapsis media, y la postsinapsis. En la primera se da una impresión no concreta, en la segunda un esfuerzo cognitivo por comprender una idea, y en la tercera, una completa concepción analítica, resaltando en esta la racionalidad. Cabe señalar que la sinapsis está ligada a las decisiones racionales, y parece ser contraria a la generación de neuroquímicos, los cuales más bien definen los estados emocionales de las personas, mismos que suelen activarse a medida que la sinapsis tiende a disminuir.
Finalmente en términos neurales, puede definirse la existencia de los lóbulos cerebrales, divisiones específicas del cerebro humano, muy ligadas a funciones ejecutivas conductuales específicas. Destaca el lóbulo frontal, encargado del sentido común, la lógica y la inhibición, entre otros. El lóbulo occipital, ligado a la visión, los lóbulos temporales con connotación de memoria emocional, con ligamen al olfato y al audio, y el lóbulo parietal con conexiones al córtex motor y enfocado en el análisis de textos y números. Claramente, la afectación de estas regiones cerebrales tiene un ligamen directo a las decisiones humanas, más aún en materia económica.
Es de interés el análisis y explicación de la conducta neural ligada a la teoría de la elasticidad económica, que según se señala antes, implica un movimiento contrario entre precio y cantidad demandada de un bien o servicio. Con base en esto, debe señalarse que el precio, desde un enfoque neuro conductual, se liga de forma directa al lóbulo parietal y al lóbulo frontal, con una activación directa en procesos sinápticos y quizás con un cierto ligamen al hemisferio izquierdo, es decir, el precio parece ser un elemento, que en principio, denota generar activaciones racionales, basadas en la lógica y con una concepción lineal entre el valor monetario pagado y el bien recibido, patrón que parece ser cierto, siempre y cuando se mantengan otras variables inmutables (ceteris paribus).
Siendo así, podría interpretarse que el lóbulo frontal, en conjunto con el parietal, realiza una simple ponderación en la cual establece una ecuación directa, donde al notar que el precio disminuye, la capacidad de adquisición del mismo bien es mayor, lo que en principio señalaría que la elasticidad precio de la demanda responde de forma directa a un proceso racional, donde el precio se pondera de forma postsináptica, más sin embargo, la cantidad adquirida, parece generar neuroquímicos que implicarían una relación inversa a la sinapsis, particularmente aquellos asociados al deseo (dopamina) y la satisfacción (serotonina).
Entonces, la elasticidad precio de la demanda encuentra su fundamento, inicialmente, en una ponderación postsináptica, más sin embargo, se genera una activación sináptica media, en la cual el cerebro plantea una relación inversa, donde a menor precio pagado, la posibilidad de una adquisición mayor de la cantidad del bien o servicio aumenta, lo que implicaría la segregación del químico de la dopamina (deseo), lo que conllevaría consigo una disminución de la capacidad sináptica, que en conjunto con una activación del lóbulo parietal, en uso de la inteligencia matemática, el cerebro procede a valorar y comparar la relación económica de cantidad – precio, precisando así los beneficios de una mayor compra, decisión tomada por el lóbulo frontal.
Es en lo anterior donde quizás la teoría de la elasticidad pierde su validez absoluta, esto pues, este concepto suele ser basado en la denominada maximización de los beneficios personales en la compra, que precisa la adquisición de la mayor cantidad al menor precio, no obstante esto pierde contundencia frente al comportamiento neural, esto pues, el cerebro no precisamente define el beneficio máximo como la cantidad mayor, sino como la satisfacción de mayor preponderancia, es decir, la generación más potente en serotonina, que no necesariamente implica la mayor cantidad, sino la gratificación de más valor, la cual señalaría una especie de punto de equilibrio entre una relación tetra partita de cantidad-precio-serotonina-sinapsis, y no basada únicamente por el bien en cuestión. Siendo así, puede precisarse que el comportamiento elástico de un bien parece estar definido, no por el precio y la curva de demanda, sino por la relación inversa entre sinapsis y neuro químicos del consumidor, quien en esencia es un ser integral y sus decisiones conllevan activaciones cerebrales y decisiones humanas.