Mucho ruido y pocas nueces
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
¿Fue válido el alboroto formado por la renuncia del vicepresidente de la república? Me temo que la novelería no significó algo más que un bullanguero chisme coloquial. En nuestro país esta investidura pasa poco menos que desapercibida, no obstante que ha resultado curiosamente favorable cuando los vicepresidentes sustituyeron definitivamente al primer mandatario.
Exceptuando los casos en que los vicepresidentes han sobresalido por su protagonismo en actos de corrupción, los demás han consumido su tiempo sin pena ni gloria. Un buen ejemplo de lo insustancial del cargo lo dio el último vicepresidente, cuya utilidad no estuvo más allá de exhibir una imagen menos deslucida y más jovial que la normalmente adusta expresión del presidente.
Tenemos que aceptar que la presentación inicial del vicepresidente Sonnenholzner, que delineaba a un profesional en economía graduado en uno de los países más adelantados del primer mundo, y con una de las mejores economías de los últimos cincuenta años, acicateó nuestras esperanzas de que podía iniciar el rescate de nuestra alicaída economía, pues con semejante currículum no era para menos…… pero lo fue, nada cambió, y el obsesivo y retrógrado perfil recaudatorio de nuestra política económica siguió igual.
La llegada de la pandemia le permitió el marco perfecto para vender su encanto e imagen bonachona. La repartición de ayuda a los más pobres y las visitas a los hospitales, que inusitadamente estaban en impecables condiciones para la atención pública, pudo hacerlo también cualquier otro funcionario de menor categoría, total, la triste realidad del caos y las múltiples necesidades del mismo hospital se conocían más tarde, cuando sus profesionales daban cuenta de las penurias que tenían que sortear para cumplir con su trabajo. El punto es que resulta muy costoso contratar una dignidad tan alta, para repartir dádivas y disfrazar las carencias de los hospitales.
Pero esta intrascendencia no fue su culpa, sino de quien o quienes lo encaramaron a una posición para la que no estaba preparado. Y es que la juventud tiene sus fortalezas en el ímpetu, la audacia y la disposición, que son ventajas tempranas que ayudan a crecer y aprender, pero siempre requieren tiempo de vida para alcanzar la serenidad, sensatez y sabiduría que se adquiere con la adultez.
A pesar que su dimisión fue imprudente e irrespetuosa para el cargo, para el gobierno y para el pueblo mismo, porque es irresponsable creer que una dignidad como esa se puede regir por el antojo personal de hoy si y mañana no; alguna experiencia habrá adquirido, y si revisa sin soberbia y objetivamente lo vivido, estoy seguro que en unos diez años más habrá crecido lo suficiente para pretender otra aventura similar….. Tal vez la presidencia.
Gonzalo Gómez Landires. Ingeniero Agropecuario, Asesor técnico financiero en sector Agropecuario, Proyectos de explotación y desarrollo, Asesor de la Unión de Asociaciones Agropecuarias Nacional del Ecuador, Estudio de Especialización en Israel, Universidad de Florida y Universidad en Dallas Texas. Teléf: 09 6789 2180 Mail: gonzalo_gomez_landires@hotmail.com