¿La IA ha destrozado el mercado laboral?
NOTI-AMERICA.COM | MÉXICO
Hubo un tiempo en que el mercado laboral era principalmente local. Las empresas publicaban pequeños anuncios en los periódicos, recibían un puñado de solicitudes y hacían su selección a partir de ahí. Cada etapa del proceso, desde el costo de la publicidad hasta la redacción y el envío de las solicitudes, pasando por la revisión de las mismas por parte del personal, implicaba unos costos marginales significativos. Había fricciones: los solicitantes de empleo tenían que gastar dinero para enviar las solicitudes o, en el caso de algunos puestos, tenían que presentarse en persona para solicitarlos. El sistema no era escalable desde ninguno de los dos lados.
Desde la perspectiva actual, el mercado laboral de antaño puede parecer un paraíso perdido. Ahora que estos costos se han eliminado prácticamente por completo, los departamentos de recursos humanos reciben cientos de solicitudes para cada puesto. Los solicitantes pueden enviar fácilmente su documentación en línea a empresas de todo el país o incluso de otros continentes. Pueden hacer clic en «solicitar» en LinkedIn o Indeed sin siquiera leer el anuncio (y muchos lo hacen).
Las entrevistas a distancia eliminaron la necesidad de estar físicamente presente. En la década de 2010 surgieron sistemas de rechazo automatizados para gestionar la avalancha de solicitudes digitales, que escaneaban en busca de palabras clave y profesionalidad superficial, como evitar errores ortográficos en las cartas de presentación y los currículos. Ahora, con la IA, cualquiera puede generar materiales de solicitud pulidos, llenos de las palabras clave adecuadas, adaptados a las descripciones de los puestos de trabajo y que pasan estos filtros. El resultado son documentos de aspecto impecable, pero a menudo sin alma, que no impresionarían a ningún ser humano, pero que el sistema automatizado lleva a la fase de la entrevista, a menudo sin ninguna revisión humana.
Hasta ahora, las empresas no se han adaptado realmente. No pueden prescindir de los sistemas automatizados, ya que eso sumiría al personal en una avalancha de basura generada por la IA. Pero tampoco pueden depender únicamente de ellos, ya que los filtros descartan cada vez más las solicitudes auténticas y escritas personalmente en favor de contenidos genéricos al estilo de LinkedIn optimizados por la IA.
