México, el país con más soldados de Latinoamérica
NOTI-AMERICA.COM | MÉXICO
Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Ejército mexicano creció nueve por ciento en número de tropas disponibles al alcanzar este año 412 mil soldados en activo, colocando al país como el primero en América Latina con mayor número de efectivos militares, por encima de Brasil y Colombia, que cuentan con 360 mil y 293 mil elementos, respectivamente, de acuerdo con datos actualizados del Instituto Internacional de Investigación para la Paz (SIPRI), con sede en Estocolmo.
México, además, está entre los cinco países de la región con mayor gasto militar, sólo por debajo de Brasil, y también encabeza la lista de los que más han aumentado los recursos económicos a su Ejército en los últimos cinco años. Este incremento, sin embargo, de acuerdo con SIPRI, no se ha traducido en una modernización de equipo militar o el reemplazo del material existente, ni siquiera en mayor entrenamiento.
El Ejército mexicano ha sido bien calificado en rankings internacionales como el de la plataforma estadounidense Global FirePower, que en su edición 2024 reconoció la cobertura militar que se tiene en el territorio nacional de caminos, vías de tren y aeropuertos, pero lo reprobó en cuanto a equipamiento, como la reducida flota de helicópteros de ataque y helicópteros en general, así como de submarinos, tanques de guerra y tecnología.
De acuerdo con David Saucedo, especialista en Fuerzas Armadas, la inyección de recursos a la Secretaría de la Defensa (Sedena) creció más de 40 por ciento desde que López Obrador llegó al gobierno en diciembre de 2018, pero la mayoría de estos recursos fueron destinados a las obras públicas que le fueron encargadas al Ejército.
“Ningún otro país de Latinoamérica incrementó el dinero para sus militares como México, en tan poco tiempo, pero, efectivamente, no se invirtió en profesionalizar al Ejército, ni siquiera en robustecerlo o equiparlo bien para enfrentar de manera efectiva al crimen organizado, sino en las obras públicas, como el Tren Maya, que se le encargaron”, consideró Saucedo en entrevista.
De acuerdo con los datos de SIPRI, fueron 37 mil 80 soldados los que México sumó a sus tropas en activo desde el año 2019, cuando inició el gobierno de la Cuarta Transformación (4T). Desde entonces, los militares han asumido el control de las Aduanas, de la construcción del Tren Maya, del Tren Transístmico, del Banco del Bienestar, del nuevo aeropuerto capitalino Felipe Ángeles, así como de la custodia y traslado de las vacunas contra el Covid-19 y la implementación de programas emblemáticos, como Sembrando Vida. Además, obtuvieron el derecho de recaudar de manera autónoma las ganancias generadas, por ejemplo, por el Tren Maya, que no solamente será construido, sino también administrado por los militares.
“El discurso del presidente López Obrador como candidato, al criticar al Ejército mexicano por violaciones a derechos humanos y prometer su regreso a los cuarteles, quedó atrás, cambió radicalmente y lo que hizo fue desinstitucionalizarlo para convertirlo en un brazo de la 4T, militarizar el país para que se garantice la continuidad de su proyecto de transformación”, agregó David Saucedo.
En la opinión pública, sin embargo, no se percibe la militarización como algo peligroso. El Ejército y la Marina son las instituciones del país con mayor nivel de confianza de la población, con 63 por ciento de aprobación, seguidos de la Guardia Nacional, con 60 por ciento, según la última Encuesta Nacional de Cultura Cívica. Además, 77 por ciento de los mexicanos está de acuerdo con un gobierno encabezado por un líder fuerte y 40 por ciento con un gobierno encabezado por militares.
El Ejército se prepara para enfrentar, en un par de meses, una de sus pruebas más relevantes; la llegada de una mujer a comandar las Fuerzas Armadas.
Claudia Sheinbaum asumirá el 1 de octubre la presidencia de México y con ello se convertirá en la primera mujer en comandar las Fuerzas Armadas. Para los especialistas se trata de una situación muy relevante ya que normalmente las estructuras militares de México han sido renuentes a permitir que las mujeres alcancen puestos de alta responsabilidad.
”Lo trascendental radica en que en la Sedena no existen generales mujeres, no ha habido una secretaria de la Defensa mujer o una secretaria de Marina mujer; tampoco en la Guardia Nacional hay mujeres comandantas, lo que habla de la renuencia”, explicó Saucedo.
La próxima mandataria se ha reservado para septiembre el nombramiento de quienes encabezarán la Defensa y Marina, pero en su conferencia del 24 de junio pasado destacó que para ser titular de estas dependencias se deben cumplir ciertos requisitos de rango. Al ser cuestionada sobre si una mujer podría estar al frente de instituciones como el Ejército, Sheinbaum apuntó que esto podría no ser posible. “Normalmente son almirantes y generales de división. Hasta el momento, no hay generales de división mujeres ni almirantes mujeres. Y hay que también respetar a la propia institución”, explicó la mandataria electa.