Tiempo de reflexión de Amor…
NOTI-AMÉRICA (MÉXICO)
Este tiempo de contingencia sanitaria ha sido en todos los casos y personas, como ver a través de un fabuloso caleidoscopio la gama de colores, sensaciones y emociones que permean nuestro sensible paso por este tiempo de reflexión de Amor.
Un tiempo único en el que cada quién, desde su trinchera, ha experimentado cúmulos increíbles de vivencias y sucesos que en la vorágine de la cotidianidad jamás hubieran sucedido así de manera tan palpable y vívida.
¡Siempre habíamos pedido más!
Más horas de sueño, más tiempo con la familia, más momentos para conectar con nosotros mismos; más tiempo para leer un libro o una revista que siempre dejábamos postergada, más momentos para cocinar sin prisa o aprender a hacer ese pastel de carne que hace mamá y que le queda tan rico, más tiempo para ver una serie de alguna plataforma que nunca se puede ver porque siempre hay trabajo pendiente; más tiempo para limpiar mi closet y tirar todo lo que ya no me queda y que ocupa lugar, más tiempo para arreglar aquel rincón lleno de cacharros que dejó para luego, para “cuando tenga tiempo”; más tiempo para arreglar mis plantas llenas de hierba mala y de hojarasca; más tiempo para, por fin, acabar esa plática que tenemos pendiente con alguien que ahora también ya tiene más tiempo para conversar.
¡Más tiempo para mí!, para hacer una meditación en forma, conectar conmigo, ayudarme a crecer, respirar, sentirme cómoda, simplemente sentirme plena y feliz y arrancar mi día como el mejor de los días.
Más tiempo para oír música; esa que nunca tengo tiempo de prestarle atención a la letra, a la tonada, a la melodía, a mi silencio escuchando música sin prisa; sin gritos, sin llamadas, sin egos.
Más tiempo para organizar una reunión vía Zoom con mis amigos; con mis compañeros de trabajo, con mis personas favoritas; con mi familia a la distancia; con mis amores y así, charlar sin prisa y sin rumbo pero ¡con mucho amor!
Más tiempo, para trabajar con mis alumnos a distancia y hacerles saber a ellos y a sus padres que no están solos en este nuevo reto cibernético de las clases en línea, que ampliaron el espacio entre nuestros cuerpos y cerraron el espacio entre nuestros corazones y almas, con la intención de ser uno solo y fundirnos en espacios de amor donde lo que importaba aparte de aprender, era conectar en empatía y solidarizarnos con lo que estaba ocurriéndonos para alcanzar juntos aprendizajes significativos y plenos de Amor y complicidad.
Un verdadero y real tiempo de reflexión de Amor en el que sólo somos uno; donde no podemos escondernos; donde no hay a donde huir; donde mi trabajo pasa a un segundo plano y mi prioridad es encontrarme con la dualidad de mi luz y de mi sombra; donde al final del día sólo soy yo frente a todos y ¡caray!, ¡qué experiencia tan magnífica hemos tenido todos!
Unos más, unos menos, porque conectar no es fácil, pero al final el tiempo de reflexión de Amor nos permitirá cambiar; y eso está bien. Todos tenemos la magnífica oportunidad de recibir el regalo del presente cada mañana, y sin temor a equivocarme nuestras nuevas mañanas nos permitirán centrarnos en un nuevo tiempo de Amor.
Prof. Patricia Escobedo Guzmán
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