Rhonita y sus hijos, asesinados en ataque a familia LeBarón, son sepultados
Howard Miller, su viudo, califica de terrorismo la masacre del pasado martes; los niños son protagonistas en el sepelio de las víctimas miembros del clan LeBarón
Chihuahua.- Desde antes de las 10:00 horas, las personas se reunían en el panteón municipal de Galeana, perteneciente a Chihuahua.
Escoltadas por patrullas federales y estatales, poco a poco llegaron las camionetas con placas de diferentes estados de la Unión Americana para despedir a Rhonita María Miller, sus gemelos de ocho meses Titus Alvin y Tiana Gricel, el pequeño Howard Jacob (12 años) y Krystal Bellaine, de 10 años.
En las tumbas aledañas todavía quedaban flores de cempasúchil, rastro del Día de Muertos. Muchos niños corrían entre las tumbas del camposanto. Eran abrazados por la llovizna que apenas mojaba la tierra arenosa. De hecho, de alguna manera ellos eran los protagonistas, como más adelante se haría saber.
Para las 14:40 horas, la mayoría de los integrantes de las familias LeBarón y Langford ya estaban reunidos cuando bajaron tres féretros de madera sumamente discretos y ligeros: apenas quedaban huesos de las personas trágicamente asesinadas y calcinadas presumiblemente por el crimen organizado el lunes 4 de noviembre. Esto fue así, dado que a Ronitha la enterraron con los fragmentos de hueso que identificaron como parte de Titus y Tiana.
Be still my soul fue el primer cántico que se entonó en el entierro. Pese a no reflejar mucho en inglés, idioma original del himno, su traducción más aproximada al español sería «Ten sosiego, alma mía». Al comprender la letra, todo cobra sentido: «Ten sosiego, alma mía, cuando los más grandes amigos partan y todo sea oscuro en el valle de lágrimas».
Ofrendas
Adrián LeBarón, abuelo de los niños y padre de Rhonita, tomó un micrófono y pidió silencio a los presentes y orden a los medios de comunicación, entonces cedió la palabra a Howard Miller, viudo de Rhonita.
Las lágrimas no lo dejaron en su discurso. Calificó la emboscada como un acto de terrorismo y pidió a los representantes de los medios masivos en todo el mundo no dejar de observar el caso.
Posteriormente, Adrián LeBarón reveló que el 7 de noviembre se realizó un acto privado en memoria de todos los niños que fueron víctimas de esta masacre, que consistió en alabanzas y cientos de veladoras encendidas, como un recuerdo.
También, el abuelo de Howard pidió que se le escribieran cartas al niño, apreciado y querido por su comunidad. Leyó algunas en voz alta, y entre risas soltó nuevamente el llanto. A su nieta Krystal, sus compañeras de danza le escribieron mensajes de despedida en pequeñas piedritas rectangulares: «Espero verte otra vez, en un mundo diferente».
El simbolismo de los niños
Los adultos, a manera de despedida, colocaban a los pequeños sobre los ataúdes. En torno a las 16:00 horas, el entierro estaba por consumarse: Adrián LeBarón consagró las tumbas a quienes estarían sepultados en cada uno, pusieron lajas de piedra sólida encima y comenzaron a palear tierra.
A los niños se les pidió que ayudaran con un puñito de tierra o una flor. Asimismo, depositaron las misivas que previamente había solicitado LeBarón.
LOS DATOS
Familia Miller
Entre las víctimas se encuentra Rhonita Miller, quien es hija de Adrián LeBarón, uno de los líderes de la colonia de mormones y empresarios asentados en tierras de Chihuahua y Sonora. Ella fue acribillada junto a sus hijos Howard, de 12 años; Krystal, de 10 años; y los gemelos Titus y Tiana, de 8 meses. Su vehículo fue incendiado.
Familia Langford
El jueves fueron los servicios fúnebres de tres miembros de la familia Langford: Dawna y sus hijos Trevor, de 11 años, y Rogan, de 2 años, en La Morita, Sonora.
El funeral de Cristina Langford será privado y se llevará a cabo hoy.
«Se considerarán todas las hipótesis en caso LeBarón»: AMLO
Sobre la declaración de Adrián LeBarón, que mencionó que los asesinatos de sus familiares no fueron producto de una confusión, sino que fueron usados para enviar un mensaje, el presidente López Obrador fue cauteloso en su respuesta, pues dijo que son varias hipótesis, y no se descarta ninguna: «Hay un equipo que se ha integrado para la investigación, para indagar los hechos, desde luego para hacer justicia. Y están manejando todas las hipótesis, todas, no se descarta nada, pero están trabajando y recogiendo información», respondió.
López Obrador mencionó que esta declaración por parte de Adrián LeBarón, padre de una de las víctimas, se toma en consideración, así como todo lo que pueda ayudar a esclarecer los hechos, todas las hipótesis, pero enfatizó que el equipo especial está a cargo de esta investigación.
Ramón Verdín (DEBATE)