Bajo la consigna Nazi fascista ¡Ana Karina Rote”, Padrino López anunció un ejercicio cívico militar con la intención de derrotar a las fuerzas militares norteamericanas, en caso de lo que supone una inminente invasión, luego del supuesto ataque con ondas electro magnéticas al moribundo sistema eléctrico venezolano.
El ministro endosó a sus maniobras el grito de guerra caribe, proferido por la Alemania nazista a su llegada al poder en el año 1933 y reiterada hasta el cansancio por el ministro de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, durante todo el desarrollo de la segunda guerra mundial.
Ana Karina Rote, cuya traducción significa “Sólo los caribes somos gente”, es la síntesis racista de la supremacía de un grupo humano sobre el resto de sus congéneres. La Historia se encargó de actualizarla “Sólo los chavistas somos gente”. Así de sencillo.
El chavismo se apoderó del saludo caribe nazista en 1988, cuando aún no existía Wikipedia y quizás por descuido, el futuro comandante eterno saltó la consulta en el texto de bachillerato de Siso Martínez, o de manera consciente lo rescató con sus infames intenciones de racismo al revés.
Como si fueran colectivos del pasado, los guerreros caribes la gritaban al atacar a otras tribus originarias para asesinarlos o esclavizarlos. El grito se escuchó desde las islas antillanas hasta Santo Domingo.
Esa especie de chavismo originario no contaba con los opositores de entonces, llamados otomacos, un pueblo aborigen que no se doblegaba ante los genocidas caribes y por el contrario, los ponían en retirada. Como en estos tiempos de liberación, también evadían atacarlos.
El grito “sólo los caribes somos gente y los demás nuestros esclavos” revela la supuesta supremacía racial anticipada a la del nazismo, el comunismo o el socialismo por muchos siglos y el desprecio por la libertad y la vida de los demás.