CONSECUENCIAS DEL MALTRATO PARA UN NIÑO CON AUTISMO
REDACCIÓN NOTIAMERICA (BCS, MÉXICO).-
Un niño de ocho años con trastorno del espectro del autismo y que cursa Primaria ha sido presuntamente maltratado por dos de sus profesoras y una auxiliar de enfermería de su colegio, el centro de Educación Especial Ramón y Cajal de Getafe, según ha informado la cadena Ser. Las tres personas están siendo investigadas, después de que los padres colocaran un dispositivo de grabación entre la ropa del niño y pudieran registrar momentos de su rutina escolar, en los que las docentes le amenazaban con tirarle agua por encima, pincharle en el culo o se burlaban de su forma de hablar, según se oye en el audio. Ante estos hechos, los padres decidieron denunciar. Sostienen que el niño no había dado muestras de agresividad hasta que llegó a este centro. Las tres trabajadoras han justificado su comportamiento, basándose en el protocolo de actuación del mismo.
Los niños con autismo son más vulnerables que otros menores. Cabe recordar que el trastorno del espectro del autismo se caracteriza por hacer referencia a un conjunto amplio de condiciones que afectan al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, dando lugar, a las personas que lo padecen, a sufrir dificultades en la comunicación e interacción con los demás, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta de la persona que lo presenta. Una de las opciones educativas que tienen los padres de niños con autismo es escolarizarlos en centros de educación inclusiva, lugares que tienen como objetivo atender las necesidades de aprendizaje de todos los niños con especial énfasis en aquellos que son más vulnerables a la marginalidad y la exclusión social, entre otros.
Consecuencias del maltrato para un niño con autismo
Las personas con autismo y con discapacidad en general, pueden ser más vulnerables, pero vulnerabilidad no significa determinación. Esto quiere decir que no son las características propias del TEA (asociadas fundamentalmente a dificultades en el ámbito social y comunicativo) las que determinan el acoso o el maltrato. Los niños y niñas con TEA son, ante todo, niños que comparten intereses y disfrutan de la compañía de sus amigos como los demás. «Pero, en muchas ocasiones, son percibidos como diferentes, convirtiéndose en objeto de burlas, acoso o maltrato por parte de sus compañeros o, incluso, de sus profesores. Es el grupo, el contexto social, el que convierte la diferencia en motivo de maltrato”
«El problema de la burla o el maltrato hacia estas personas viene de una sociedad que no empatiza con ellas, que no se pone en su lugar ni se para a pensar en sus necesidades e intereses. Y ese desconocimiento lleva solo a centrarse en las cosas en las que presentan dificultades, y no dejan ver las capacidades y habilidades que tienen las personas con TEA». Esto hace que sea muy fácil que se conviertan en objeto de burlas por parte de otros niños y niñas, dejándoles fuera de juegos, o no invitándoles a cumpleaños: «Simplemente, porque los niños con TEA son percibidos como diferentes, porque sienten y viven de otra manera».
Las situaciones de acoso escolar o maltrato acarrean consecuencias muy perjudiciales para los menores, tanto para su desarrollo cognitivo como socioemocional. «En el caso de los niños con TEA, las consecuencias que padecen son similares, pero los efectos son más graves y más duraderos, traduciéndose en problemas de aprendizaje (por el miedo a ir al centro educativo), dificultades sociales (disminuyen las relaciones sociales) o malestar emocional (aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud mental).
El neurólogo dijo que el autismo se puede identificar cuando los niños o adultos presentan menor contacto visual, falta de respuesta cuando los llaman por su nombre o indiferencia ante las personas responsables del cuidado.
Mencionó que algunos niños pueden desarrollarse de manera normal durante los primeros meses o años de vida, pero con el paso del tiempo pueden registrar cambios y se vuelven introvertidos, agresivos o pierden habilidades del lenguaje que habían adquirido.
Agregó que los niños con autismo tienen también dificultades de aprendizaje, pues cuentan con una inteligencia inferior a lo normal o, por lo contrario, pueden tener una inteligencia entre normal y alta, ya que aprenden rápido, pero tienen problemas para comunicarse, aplicar lo que saben en la vida diaria y adaptarse a situaciones sociales.
“Especialmente para los padres de familia, pues ellos son el entorno inmediato de los niños, así como a los pediatras y psiquiatras, quienes en ocasiones pueden llegar a confundir el TEA”, comentó.
Al poder confundirse con otros padecimientos, la detección y el tratamiento del autismo se dificultan, más aún cuando no está considerado como una enfermedad, por lo que no existe un tratamiento.
“Desde los primeros años de vida se debe tener un diagnóstico acertado para ofrecer ayuda. Al no haber tratamientos solo hay técnicas para adaptar a las personas con autismo al entorno tanto en niños como adultos”, manifestó.
Tanto las personas con ese trastorno, al igual que sus familiares, requieren apoyo para lograr su inclusión, pues en diversas ocasiones hasta los padres sueles ser discriminados “porque sus hijos hacen berrinches y se golpean la cara en ciertos momentos”, acentuó el experto.
“Falta mucha capacitación para atenderlo. A las instituciones les hacen falta programas para la detección temprana, porque entre más rápido se detecte van a tener mejor calidad de vida”, definió.
A pesar de que hace un año el Gobierno de la CDMX abrió la primera Clínica de Autismo, que ha atendido a unas 651 personas, el especialista considera falta mucho por trabajar en el país.
“Principalmente debe brindarse mayor capacitación a pediatras y psiquiatras para identificar este tipo de trastorno, así como trabajar con padres de familia para que sepan manejar situaciones con las personas con autismo”, finalizó.
Exhortan a la modificación de entornos para facilitar inclusión
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) considera necesario dejar de limitar el tema de la discapacidad a la atención de las deficiencias y contemplar la modificación de entornos a partir de las necesidades específicas de cada persona para logra su inclusión social.
La CDHDF señaló que el autismo ha sido concebido a partir del modelo médico de la discapacidad.
Consideran que con la entrada en vigor de la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad, la discapacidad se define como la interacción de las limitaciones inherentes a las personas con las barreras, debidas a la actitud y al entorno; lo cual evita la participación plena y efectiva en la sociedad de personas con discapacidad.
En el caso de las emociones, la capacidad de percepción y visión más importante no es hacia fuera sino hacia dentro de nosotros mismos.
Llamo ceguera emocional a la incapacidad que las personas podemos padecer a la hora de percibir y darnos cuenta de las emociones que estamos sintiendo bien en nosotros mismos o bien en los demás. Esto genera la posibilidad de relacionarnos bien con nosotros mismos o con los demás de manera emocionalmente sana y saludable, de ser felices.
Otra enfermedad emocional, mucho más frecuente es padecer miopía o astigmatismo emocional.
La miopía emocional la padecen las personas que no son capaces de percibir en profundidad y más hacia dentro las auténticas emociones que están sintiendo.
Puede que no veamos más allá de estas emociones pero si graduamos nuestras
“gafas emocionales” podemos percibir que estas emociones están en la superficie y que sean otras más profundas las causantes de las anteriores. Debajo de la ira o del odio, puede que resida un profundo miedo, desamor, tristeza tan profunda y fuerte que ello hace dejar de percibirla, evitarla.
El astigmatismo emocional es la dificultad visual que hace que tengamos una imagen desvirtuada de las emociones y ello genera mucha confusión emocional, equivocamos el estar tristes con estar enfadados, equivocamos la sonrisa falsa con la auténtica sonrisa
Amigos, a mi todo esto me está sirviendo mucho para cada día ir siendo más consciente, más consecuente y coherente tanto con mi mundo emocional como con el mundo emocional de los demás. Con frecuencia debo graduar mis gafas emocionales y también con frecuencia debo reconocer haberme comportado como un auténtico ciego emocional.
Cuando tenemos bien graduadas nuestras gafas emocionales o tenemos una buena vista emocional somos capaces de percibir la vida familiar, nuestro entorno laboral, con una amplia gama de colorido emocional. Nos permite disfrutar del paisaje emocional tanto interior como exterior.