MENTORÍA PEDAGÓGICA VIRTUAL COMO ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA EL DESARROLLO DOCENTE EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Por: Jesús Alberto Paiba Samamé (*)
La pandemia de la COVID-19 ha obligado a suspender la educación presencial formal, en casi todo el mundo, toda vez que una medida de prevención sanitaria recomienda evitar aglomeraciones que generen mayores contagios del coronavirus. Por esta razón, los ministerios de educación de los países de América Latina y el Caribe vienen implementando – desde marzo del presente año -, los programas de educación a distancia, a través de diversos canales de comunicación, por ejemplo, radio y televisión; así como, plataformas virtuales, herramientas digitales y dispositivos móviles, con conexión a internet. De acuerdo con el informe “Perspectivas sobre políticas docentes en América Latina y el Caribe. Aprendizajes de la Estrategia Regional de Docentes de la OREALC/UNESCO 2012-2016”, publicado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), existen aproximadamente cerca de 9 millones de docentes en educación básica en la región, los mismos que en este momento, vienen asumiendo el desafío de la educación a distancia, en tiempos de pandemia.
El ejercicio de la práctica docente, a raíz de las medidas adoptadas por los gobiernos de la región, demanda utilizar con creatividad nuevas herramientas y canales de comunicación que permitan asegurar el servicio educativo – derecho humano fundamental-, para contribuir con el desarrollo de las personas, indistintamente de su origen o condición socioeconómica. Si consideramos el actual escenario en el que se viene ofreciendo el servicio educativo, tanto a nivel público como privado, y de acuerdo con los diversos niveles y modalidades de formación educativa, sin duda, este servicio es muy heterogéneo; por ejemplo, el Ministerio de Educación del Perú refiere que actualmente existen más de 8.5 millones de estudiantes, de los cuales 1.7 millones no cuentan con conectividad en sus hogares. En ese contexto, las zonas rurales son las más afectadas, puesto que menos del 2% de sus escuelas tienen acceso a Internet, lo que limita la democratización de la educación.
En otros países de la región, la realidad sobre conexión a internet como soporte para ofrecer el servicio educativo es también muy variado. De acuerdo a los datos de las pruebas PISA 2018 (OCDE), el 85% de los alumnos argentinos tienen conexión a internet en su hogar. En comparación con los países de la región es más baja que la reportada en Brasil (91%), Chile (90%) y Uruguay (88%); y supera los valores de México (72%), Colombia (72%) y Perú (58%). Según el informe ‘Estado de la Banda Ancha en América Latina y el Caribe” (CEPAL 2016), aunque la conexión a internet ha aumentado, la región aún está lejos de alcanzar niveles de conectividad de países desarrollados. Además, en términos de calidad del servicio, no hay ningún país en América Latina y el Caribe que tenga al menos el 5% de sus conexiones con velocidades mayores a 15Mbps, una velocidad que en países avanzados es cercano al 50%. Los países que tienen más porcentaje de hogares con acceso a internet actualmente son Costa Rica, Uruguay, Chile y Argentina, todos estos con un 60% de conectividad y Argentina, con un porcentaje superior al 55%. Los países que tienen las cifras más bajas de acceso a internet por hogar son Guatemala, El Salvador y Nicaragua, todos ellos con menos del 20% de conectividad, según cifras de la CEPAL.
Mentoría pedagógica virtual
Una estrategia interinstitucional que podría contribuir con el fortalecimiento de las competencias pedagógicas para el desarrollo docente en América Latina y el Caribe, sería la mentoría pedagógica en la modalidad virtual, considerando el actual escenario en el que se imparte el servicio educativo en los países de la región. Cabe señalar que la mentoría ha sido definida por varios autores. Así, por ejemplo, Soler (2003), señala que “La estrategia de la mentoría es un proceso por el cual una persona con más experiencia (el mentor) enseña, aconseja, guía, y ayuda a otra (tutelado) en su desarrollo personal y profesional, invirtiendo tiempo, energía y conocimientos”. Por su parte, el Council of Graduate Schools of Michigan University (1999), define la mentoría como “Relación formal e intencionada, entre una persona con mucha experiencia y habilidades en un área o ámbito determinado, y una persona novata en dicha área o ámbito, a través del cual se desarrollan procesos de orientación y guía”.
Buenas prácticas de mentoría pedagógica
De acuerdo con el boletín virtual “EduTrens” (agosto 2017) del Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey (México), existen a nivel internacional interesantes prácticas de mentoría en el terreno educativo. Por un lado, tenemos a “Laboratorios pedagógicos” gestionado por la Universidad del Norte (Colombia), donde el CEDU (Centro para la Excelencia Docente) desarrolla esta iniciativa de formación y apoyo a los profesores de la universidad interesados en innovar sus clases. Se les proporciona una red de mentoring múltiple, con asesores del CEDU, colegas con los que conforman una comunidad de investigación de aula y alumnos en prácticas que apoyan a los docentes con sus necesidades en el uso de la tecnología o el diseño de materiales didácticos. Por otro lado, destaca “Aula Mentor”, programa de mentoría en línea, gestionado por el Ministerio de Educación de España. El programa abarca una red de más de 400 aulas de apoyo en diferente tipo de entornos educativos (escuelas, embajadas educativas de países latinoamericanos, consejerías públicas, ONG, etc.). Obtuvo el reconocimiento como una de las 14 buenas prácticas educativas en un estudio de la Unión Europea.
Como se puede apreciar, la mentoría pedagógica virtual es una valiosa estrategia educativa interinstitucional que puede ayudar a fortalecer la formación de los docentes de América Latina y el Caribe. Gracias a las tecnologías de la información y de la comunicación, ahora no existen límites para gestionar proyectos educativos interinstitucionales, incluso a nivel internacional. Por ello, considero que este tipo de iniciativas, si bien nacen de las mismas instituciones educativos o ministerios de educación, también podrían contar con el apoyo y concurso de entidades de otros sectores. Dicho de otro modo, la mentoría pedagógica virtual también se podría nutrir de la sinergia que se genere, entre las entidades educativas y otras instituciones de la sociedad civil como colegios profesionales, las ONG, empresas privadas, colectivos ciudadanos, entre otros. Desde esta tribuna, mi reconocimiento a todos los maestros y maestras de América Latina y el Caribe, que con mucha creatividad, vocación de servicio y en medio de la actual emergencia sanitaria, trabajan con pasión y profesionalismo docente.
(*) Catedrático del Área de Humanidades de la Universidad Tecnológica del Perú (Sede Chiclayo, Perú). Asimismo, se desempeña como consultor en temas relacionados con gestión del talento humano, desarrollo docente, presentaciones efectivas y redacción académica y administrativa. Correo electrónico de contacto: jesus_paiba@hotmail.com