MAG, apenas una ficha de apuesta
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
El presidente Lasso ha entrado de lleno al cabildeo político, buscando la integración de una fuerza de poder en la asamblea que le confiera la gobernabilidad necesaria para acometer desde el inicio con los proyectos planificados para la reactivación nacional. Esto es normal y está bien que apure las maniobras para alcanzar los objetivos fijados; pero está mal, muy mal, que para alcanzarlos haya optado por convertir al Ministerio de Agricultura en una suerte de ficha de casino que pueda ser canjeada con quien apueste a su favor.
Esto es terrible para el sector agropecuario y para el gobierno mismo, porque significaría que el presidente no ha logrado entender la importancia y la urgencia de rehabilitar este sector productivo que es determinante para la salud del estado ecuatoriano; y no solo por su elevado aporte al producto interno bruto, sino también porque es generador de empleo y oportunidades laborales para aproximadamente 5,5 millones de ecuatorianos que se desenvuelven y fijan sus expectativas de vida en este importante sector.
Señor presidente electo, el sector agropecuario tiene dos subsectores bien diferenciados: el primero y que todos reconocen es el dedicado a la producción para exportación, y que aporta al estado con divisas traídas del exterior; este segmento es muy importante para la salud económica del gobierno y tiene sus problemas puntuales y particularizados, como la actual afectación sanitaria de la palma africana, la comercialización de la pitahaya, o como la variación temporal de los precios del banano; pero a pesar de los contratiempos este segmento productivo se mantiene vigoroso y sigue siendo en conjunto, altamente rentable. Pero no es el caso del subsector de la producción para consumo interno cuya situación es de verdadera calamidad, porque debido a la desatención de los gobiernos, esta actividad perdió su rentabilidad, y sus productores están trabajando sin utilidades desde ya hace mucho tiempo; con el agravante que este subsector está conformado por pequeños y medianos productores, cuya condición social y económica no les permite tener acceso a financiamiento Bancario, y por ende, sin opción a la tecnología necesaria para mejorar sus indicadores de rendimiento agrícola.
Tanto se ha agravado la situación, que la crisis está provocando un descalabro social de consecuencias alarmantes, puesto que la pérdida de rentabilidad empuja al campesino al abandono de sus tierras y con ello la pérdida de oportunidades laborales, que aunque informales, mantenían el equilibrio de la mano de obra básica y calificada en labores agrícolas.
Presidente Guillermo Lasso, no más apuestas ni intrigas sobre el Ministerio de Agricultura, el rescate del sector agropecuario es una urgencia impostergable, y para lograrlo necesita nombrar un profesional agropecuario calificado, con la técnica, competencia, experiencia y la probidad suficiente para que cumpla con eficiencia la responsabilidad encomendada, y eso no se consigue intercambiando fichas como en el casino.