Una pretendida «Ley Antibloqueo pretende desaparecer las gobernaciones y suspender la Constitución», así se menciona en varios comunicados emitidos por fuentes oficialistas.
Cual cuento entre «policias y ladrones», el régimen asoma la grave posibilidad de efectuar una verdadera cacería de brujas.
Según, las informaciones que se filtran por las redes, La Ley Antibloqueo entregada por Nicolás Maduro a la ANC plantea suspender la Constitución, declarar un Estado de guerra y dividir el país entre patriotas y enemigos.
«Con estas acciones el gobierno deja al descubierto que derrocaría en su totalidad a la democracia y daría paso a un sistema de gobierno totalitario y dirigido por las fuerzas militares».
La advertencia la hizo el politólogo de la Universidad Central de Venezuela Daniel Arias, en nota de prensa, en que remarcó que Maduro dejó claro que «solo aceptaría convivir con aquellos elementos políticos que se declaren opositores pero aliados de su régimen.
Esto explica por qué algunos candidatos a diputados que se dicen opositores corrieron a presentarse como aliados de Maduro en la lucha contra una supuesta injerencia extranjera», especificó.
Aunque Juan Guaidó realiza un llamado a consulta popular, sin ser tomadas con fuerza popular, las recientes encuestas muestran fragilidad en unas elecciones enmarcadas por las carencias y la falla severa de combustible y servicios públicos, mismas que han desmejorado al venezolano.
El experto señaló que la Ley «le permite a Maduro reformar el Estado bajo el pretexto de defensa nacional e implica la posible aplicación del viejo planteamiento de Hugo Chávez denominado la geometría del poder, para establecer cualquier tipo de reforma territorial».
«Esto acarrearía la desaparición de alcaldías y gobernaciones para crear un gobierno directo bajo el dominio militar o para crear el estado comunal», alertó Arias.
En cuanto a la materia económica, la norma «permitiría una privatización masiva de las empresas públicas bajo la figura de las asociaciones estratégicas. Esto solo beneficiaría a los países que apoyan a Maduro entre ellos China, Rusia, Turquía, Irán, Siria y Cuba».
La presente campaña mediática asoma un marcado divisionismo que alenta unas elecciones parlamentarias sin buenos pronósticos, con los discursos entre oficialistas que culpan a Guaidó de no haber gasolina en el país por el bloqueo, y la realidad de la destrucción de las empresas de Petroleos de Venezuela (PDVSA), refinadoras de petróleo paralizadas a causa de mala praxis y falta de inyección de capital para mejorar la producción de hidrocarburos.
Aunado a esto las multiples protestas de diversos sectores que plantean homologación de sueldos y mejoras laborales sin ser escucadas y atendidas por el gobierno, oscurece aún más el panorama electoral.