LAS VACUNAS Y RUSIA PONEN A LA ‘COMISIÓN GEOPOLÍTICA’ EN EL PUNTO DE MIRA por María G. Zornoza
ESPANA | NOTI-AMERICA.COM
LAS VACUNAS Y RUSIA PONEN A LA ‘COMISIÓN GEOPOLÍTICA’ EN EL PUNTO DE MIRA
por María G. Zornoza
www.aquieuropa.com
La Comisión geopolítica que lidera Ursula von der Leyen y escuda en la arena exterior Josep Borrell se encuentra bajo la lupa. La alemana y el español explicarán sus polémicas sobre la campaña de vacunación y el viaje a Rusia, respectivamente, esta semana en el Parlamento Europeo. También crece la tensión entre las capitales, algunas de las cuales ya han mostrado abiertamente sus discrepancias con los dos líderes por sus últimos movimientos.
La Comisión geopolítica se juega parte de su credibilidad estos días. Ursula von der Leyen atraviesa las horas más bajas de su mandato por la campaña de vacunación, en la que ha encadenado varios errores que le han valido fuertes críticas de sus instituciones hermanas, el Parlamento y el Consejo Europeo.
Los eurodiputados han sido muy críticos con la falta de transparencia en las negociaciones y contratos rubricados entre el Ejecutivo comunitario y los gigantes farmacéuticos para adquirir las vacunas contra el Covid-19. Por su parte, algunas capitales, como Hungría y otras aunque no públicamente, han achacado a Bruselas la demora en las llegadas de las dosis provocadas por los retrasos de Pfizer y AstraZeneca.
La alemana explicará todo ello el miércoles en el Pleno de Bruselas. También rendirá cuentas sobre la madre de todas las meteduras de pata: la sugerencia de que usaría el Artículo 16 del Protocolo de Irlanda para controlar las llegadas de vacunas al Reino Unido procedentes de la UE. Lo que a efectos prácticos significaba el regreso de la tan poco popular en Bruselas frontera entre ambas irlandesas. Aunque la torpeza fue enmendada junto antes de que la ley entrase en vigor, el daño político y sobre la imagen de la presidenta ya estaba hecho.
Las vacunas no dejan de ser un elemento geopolítico. El Reino Unido está sacando rédito interno por sus buenas cifras en la campaña de vacunación nacional, muy por delante del bloque comunitario. Un éxito que aprovechan los ‘Brexiters’ para clamar las ventajas de su “take back control” (recuperar el control).
Con la estrategia de vacunas, la UE quiere transmitir sus valores de unidad y solidaridad tanto a nivel interno como externo. El gigante de las doce estrellas ha negociado en nombre de 27 países y 440 millones de ciudadanos, lo que da mucho poder en el diálogo con los laboratorios y la posibilidad de conseguir precios más bajos. Si la campaña de vacunación sale bien será un éxito del proyecto comunitario que ayudará a reforzar la confianza de los ciudadanos en la UE. Pero si continúa enfrentando tantos obstáculos, amenaza con tener el efecto inverso en la población.
Además, la Comisión geopolítica es la mayor valedora de Covax, la alianza internacional para garantizar las vacunas a los países más desfavorecidos. Sin embargo, hasta la fecha, las dosis adquiridas por la Unión no han salido de su suelo hacia los países vecinos o en desarrollo.
Muchos de ellos han dado un paso adelante comprando las vacunas rusa o china. Con ello, las dos potencias quieren aumentar su marco de influencia en el exterior. Esta vez haciendo uso de un ‘soft power’. Con los primeros pasos de la Administración Biden para reparar la alianza transatlántica, la UE se encuentra en la encrucijada de sus relaciones con Pekín, pero especialmente con Moscú.
La Comisión geopolítica ha encajado un buen revés tras la visita de Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE, que concluyó este fin de semana en Moscú. El viaje estuvo marcado por los desplantes de Rusia, las provocaciones, una rueda de prensa muy “agresiva”, el anuncio de expulsión de diplomáticos europeos y la incapacidad del jefe de la diplomacia europea de enfrentar los desmanes de su homólogo ruso Sergey Lavrov.
El español salió noqueado de ese encuentro, en el que su anfitrión le arrojó en la cara que la UE no era “de fiar” y que era un socio “arrogante”. Las capitales del Este, que abogaban por cancelar la visita como forma de protesta por la condena del opositor Alexei Navalni, están muy enfadadas y ya han anticipado que someterán a Borrell a un fuerte escrutinio sobre el viaje durante el próximo Consejo de Asuntos Exteriores, que tendrá lugar el 22 de febrero.
El Alto Representante se enfrentará antes a las valoraciones de la Eurocámara con un debate previsto para el próximo miércoles. El eurodiputado estonio del Partido Popular Riho Terras ha pedido su dimisión calificando las palabras que Borrell ha transmitido en su blog tras el viaje como “lágrimas de cocodrilo”.
El Alto Representante se ha mostrado en este blog todo lo crítico y contundente que no fue junto a Lavrov, al menos en público. Pide una reflexión profunda sobre las implicaciones de las últimas acciones rusas en la relación con la UE porque marcarán el “panorama político del siglo XXI”. Borrell se ha mostrado ahora más entusiasta a la imposición de nuevas sanciones contra el Kremlin, una decisión que deben tomar los 27 ministros de Asuntos Exteriores por unanimidad, tras una rueda de prensa “agresiva”, algo que era “esperado” pero “lamentable” desde una “perspectiva estratégica rusa”. El español concluye su viaje constatando que «parece que Rusia se desconecta progresivamente de Europa y ve los valores democráticos como una amenaza existencial».
Es cierto que Borrell, por las meras limitaciones en las competencias de su mandato, tiene las manos bastante atadas a la hora de ejercer una diplomacia firme. Al fin y al cabo habla en nombre de 27 capitales que tienen intereses y visiones geoestratégicas muy dispares. A pesar de los últimos desplantes, por ejemplo, Alemania, Austria y Francia siguen defendiendo la construcción del gaseoducto NordStream 2, lo que aumentará la interdependencia energética con Rusia y será motivo de discrepancias entre la UE y Estados Unidos.
Por lo pronto, Borrell cuenta con todo el apoyo de la presidenta de la Comisión Europea, que veía este viaje un paso «necesario», ha señalado Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo comunitario. El portavoz de Borrell, por su parte, ha defendido en la rueda de prensa diaria que la visita cumplió con el objetivo inicial de trasladar un «mensaje firme» y sopesar el estado de forma de la relación UE-Rusia. “No se arrepiente. Es un diplomático y la diplomacia va sobre esto. Incluso con interlocutores difíciles”, ha apuntado Peter Stano.