El 31 de diciembre de 2019, China notificó a la OMS varios casos de neumonía de origen desconocido en Wuhan, en la provincia de Hubei. Una semana después, el 7 de enero, se determinó que estos casos fueron causados por un nuevo coronavirus. El virus se propagó muy rápidamente, primero dentro de Wuhan y la provincia de Hubei, luego al resto de China. A finales de enero, China ya tenía casi 10.000 casos confirmados de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus. A fines de febrero, tenía casi 80.000.
Pero ¿cómo se expandió COVID-19 fuera de China? El primer caso se confirmó en Tailandia el 13 de enero, y otros casos fueron notificados poco después en Corea y Taiwán. En las Américas, el coronavirus llegó a los EE.UU. el 15 de enero de 2020, cuando un hombre que había visitado Wuhan regresó a su hogar en el estado de Washington y dio positivo el 20 de enero. En Europa, el coronavirus llegó a través de Francia, cuyos dos primeros casos fueron confirmados el 22 de enero. Italia, el país más afectado en términos de pérdida de vidas, informó su primer caso el 31 de enero. Desde entonces el virus se ha propagado como reguero de pólvora.
Afortunadamente, al momento de escribir este artículo, ninguno de los países de América Latina se encuentra en la lista de los 15 países con más casos en el mundo. ¿Cuándo llegó el virus a nuestra región? El primer caso confirmado se informó en Brasil el 26 de febrero. Esto significa que el virus llegó a nuestras costas (o al menos fue identificado) más de un mes después de haber llegado a Europa y Estados Unidos. Este retraso es una bendición, ya que brinda a las autoridades gubernamentales, así como a la población, más tiempo para tomar medidas para enfrentar el virus, y estar preparados para lo que está por venir.
Fallecimientos en lugar de casos: ¿un indicador más confiable?
Si bien la gente ha tendido a centrarse en casos confirmados al observar la propagación de COVID-19, hay razones para pensar que esta medida subestima el número de infectados de manera importante. Además, el grado en que se subestiman los infectados dependerá de una serie de factores que varían de país a país, así como de algunos que varían a lo largo del tiempo. La disponibilidad de pruebas es un determinante obvio de los casos confirmados. Si un país tiene kits de prueba limitados, estará subestimando el número de casos. A medida que se desplieguen más kits de prueba, el número de casos confirmados puede aumentar rápidamente. Las muertes relacionadas con COVID-19, por otro lado, se miden con mayor precisión. A continuación se muestra la evolución de muertes relacionadas con COVID-19 en el mundo, así como en América Latina.
Fuente: BID