Con carácter bienal desde el año 1991 y anualmente desde 2014, los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos se reúnen en una cumbre con el propósito de encontrar respuestas a los desafíos conjuntos de la región. El 2020 ha sido una excepción, pues ha sido el primer año en que el evento no ha podido celebrarse de forma presencial.
Organizada en un principio para el tercer trimestre de 2020, Andorra propuso el pasado mes de julio –a título de organizador– el aplazamiento del encuentro hasta el primer semestre de 2021 con el fin de que pudiera producirse con carácter presencial. La decisión contó con la aprobación de la propia organización y de los 22 Estados miembro.
La Cumbre presencial no dará comienzo hasta el próximo 22 de abril, no obstante, los primeros encuentros telemáticos que conforman las actividades preparatorias del evento ya han tenido lugar. En el primero, organizado por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), se trató cuestiones “de vital interés” para el futuro de la región tras la COVID-19. La mejora de la productividad, los nuevos modelos de negocio ante el nuevo entorno digital y su inserción en las cadenas globales de valor fueron algunas de las cuestiones que estuvieron sobre la mesa.
La primera jornada estuvo marcada por el debate, y se dividió en tres partes: las estrategias de Gobierno para la transformación digital de la producción, la industria 4.0 y la manufactura del futuro, así como el repaso sobre las grandes empresas digitales latinoamericanas. En este espacio participaron expertos, entre los que destacan autoridades del Gobierno de República Dominicana, de Ecuador, de México o de Chile. Asimismo, participaron representantes de instituciones financieras, organizaciones empresariales y empresas de Iberoamérica.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, manifestó que “una de las lecciones más importantes que podemos sacar de esta crisis, es que la digitalización no es una opción sino una necesidad”. Señaló, además, que “las mejores reservas estratégicas de un país son sus tecnologías y capacidades de innovación y aprendizaje”. Garamendi advirtió que la digitalización empresarial “debe ir acompañada de la digitalización de la administración pública, para agilizar todo tipo de trámites y fomentar la internacionalización a través de canales digitales”.
Rebeca Grynspan, titular de la Secretaría General Iberoamericana, recordó la importancia de “revalorizar lo público, que no se limita a lo estatal, sino al valor agregado de lo regional y multilateral”. En su opinión, la recuperación económica será muy desigual en la región y muchas personas podrían quedarse atrás. Grynspan aseguró que “en Iberoamérica hay varias pandemias para las que necesitamos diversas vacunas, no sólo para el virus, sino también para la formación, la capacitación, el trabajo, la nueva fiscalidad o el entretenimiento y, para ello, debemos poner en valor la transformación digital”.
La secretaria de Estado de Comercio del Gobierno de España, Xiana Méndez, cerró la sesión señalando que “las pymes en la región suponen el 99% del tejido productivo y son las que encuentran más obstáculos a la hora de conseguir financiación y de salir adelante y, para ellas, la colaboración público-privada es clave para mejorar sus condiciones y lograr mantenerse operativa». Méndez hizo mención del Plan Nacional de Recuperación, Transformación y Resiliencia 2021, en el que se contempla la asignación de fondos para la modernización y digitalización del ecosistema de las empresas ante la necesidad de apoyar el tejido empresarial y garantizar la competitividad industrial tras la COVID-19.
La segunda jornada acogió, por su parte, el tema de “La transformación digital, un escenario de futuro en Iberoamérica”, donde coincidieron autoridades gubernamentales de países centroamericanos; los máximos representantes de instituciones como CENPROMYPE, COMTELCA o ASIET; así como los presidentes de las organizaciones empresariales de República Dominicana, Honduras, Guatemala o Panamá.
En este último espacio se abordaron las tecnologías digitales como una herramienta fundamental para “cortar las brechas de productividad existentes” y una fuente de oportunidades para emprendedores y PYMES que desarrollan nuevos modelos de negocio, además de la presentación de varias iniciativas públicas de transformación digital de la producción. Muchas de las ideas convergieron con sus homólogas de la primera jornada, sobre todo, la obligada colaboración entre las empresas públicas y privadas, así como la cooperación interregional que proporcione una respuesta común a una era post-COVID marcada por la incertidumbre.