La Casa Blanca cierra filas ante escándalo por acusaciones de violencia doméstica
Responsables de la Casa Blanca defendieron el domingo la gestión que ha hecho el gobierno de Donald Trump del escándalo por denuncias de violencia doméstica que provocó la renuncia de dos de sus colaboradores esta semana.
Luego de que el mandatario declarara el sábado que falsos señalamientos pueden «destruir» vidas, miembros de su equipo defendieron tanto el papel de Trump como el de su jefe de personal, John Kelly, en medio de la polémica.
«Creo que el presidente, como todos nosotros, está conmocionado por estas denuncias», declaró a la ABC Kellyanne Conway, asesora de Trump, al ser preguntada sobre Rob Porter, quien se vio obligado a renunciar el miércoles a su cargo de secretario de personal de la Casa Blanca tras las denuncias que presentaron dos exesposas por agresiones físicas y maltrato psicológico, hechos que él niega.
Conway dijo que el presidente presionó al trabajador en el momento en que tuvo evidencias creíbles contra él, una actitud respaldada por otros altos asesores de la Casa Blanca. Aunque «dejamos el beneficio de la duda a la gente», aseguró en un intento de justificar el extenso apoyo a Porter.
Preguntada por la periodista de CNN Jake Tapper sobre el tuit que escribió Trump el sábado, en el que decía que muchas vidas pueden ser «destruidas» por denuncias que pueden ser falsas, Conway aseguró que «no había motivo para no creer a las mujeres», especialmente porque habían dado pruebas al FBI bajo amenaza de sanción.
Trump no mencionó a las dos exmujeres o al supuesto abuso doméstico.
Pero más allá de Trump, la gestión del caso salpicó también a otros altos cargos de la Casa Blanca, pues varios medios informaron que John Kelly, jefe de personal de la Casa Blanca, conocía el caso de Porter desde noviembre.
– «Hizo un buen trabajo» –
Otro colaborador del presidente, el asesor parlamentario Marc Short defendió el domingo en un plató de la NBC a Kelly: «Se enteró de la magnitud de la acusación el martes por la noche y Porter presentó su dimisión el miércoles por la mañana».
«Hizo un buen trabajo (…) pero no puede haber tolerancia a la violencia doméstica ni a la violencia contra las mujeres», matizó Short.
El asesor parlamentario también se refirió a las palabras de Raj Shah, portavoz adjunto del presidente, que el jueves reconoció que la Casa Blanca podría haber manejado mejor el escándalo, y aseguró que se debían a una «probable falta de comunicación entre las diferentes ruedas» del ejecutivo.
Pero para el representante demócrata Sean Patrick Maloney, que fue jefe de personal de Bill Clinton, no hay duda de que John Kelly lo sabía. «Optó por ignorarlo», dijo en ABC.
El incendio en la Casa Blanca se hizo más grande aún el viernes, cuando el redactor de discursos David Sorensen dimitió denunciado por violencia doméstica por su exesposa, acusaciones que también niega.
Trump echó más gasolina al fuego el sábado cuando tuiteó: «Las vidas de algunos están siendo destrozadas y destruidas por una mera acusación. Algunas son verdaderas y otras, falsas. Algunas son viejas y otras, nuevas. No hay recuperación para alguien acusado falsamente -la vida y la carrera se han ido. ¿Ya no existe eso del debido proceso?».
Sin hacer referencia al escándalo, el presidente escribió el domingo también en Twitter: «Hay tantas cosas buenas sucediendo en los Estados Unidos y los medios de las mentiras falsas no están interesados. ¡Una y otra vez las mismas historias negativas!».
Varias mujeres han acusado al mandatario estadounidense de conductas sexuales inapropiadas antes de que jurase el cargo, denuncias que Trump rechaza.
En enero, The Wall Street Jounal informó que el presidente había pagado a una exactriz porno para obtener su silencio antes de las elecciones sobre un supuesto encuentro sexual con Trump, otro hecho que se encargó de negar un funcionario de la Casa Blanca.