Javier Larrondo, representante de Prisoners Defenders en España, pasó este lunes por los micrófonos de Atalayar en Capital Radio para hablar del informe que han hecho sobre las detenciones en el país cubano durante las últimas protestas.
Hemos tenido noticias esta semana de qué habéis ampliado a casi 200 las denuncias ante las Naciones Unidas por lo que podemos denominar como “desapariciones forzosas”, tras las protestas que han tenido lugar en Cuba desde hace una semana aproximadamente. Lo primero y más importante, ¿qué se sabe de esas personas? No se sabe si esas desapariciones han podido aclararse de alguna manera.
Estamos en ello. Existen unas decenas de personas que van siendo liberadas que han estado en situación de desaparición forzosa durante días, dependiendo de cuándo han sido liberadas, pero sí, el grueso de la lista todavía permanece en paradero desconocido. La circunstancia que ocurre en Cuba no es que haya 187 desapariciones, nosotros manejamos una lista de 187 al comienzo de empezar a documentar, pero ahora mismo tenemos una lista extravagante al respecto que sería más amplia. Además, he de confesar algo que está pasando, el régimen cortó internet en toda Cuba y tienen a todos los activistas que son el punto de repartición de la información muy limitados y muchos de ellos son de los miles de detenidos. La estimación que estamos haciendo desde ONGs es que hay miles de detenidos y cientos de personas que están siendo procesadas en juicios que son procesos policiales que se llaman atestado directo, que quieren hacer semejar como si fuera un juicio, pero no lo es. No es un juicio porque ni siquiera está garantizado el derecho a la defensa, ni el fiscal tiene que aparecer. El tribunal le pregunta al acusado en la vista sin saber de qué se le acusa y ni siquiera ve el expediente de acusación. En estos momentos hay cientos de personas que están siendo procesadas con penas de entre tres meses y cuatro años de cárcel por delitos de desorden público e incitación a delinquir, todo ello recordemos que es por manifestarse.
Cuando le han preguntado a Díaz-Canel sobre qué les ocurrirá a los que son detenidos de forma arbitraria ha asegurado que tendrán “la aplicación de la ley en su justa medida, respetando las garantías procesales”. ¿A qué suena esto?
Voy a exponer el respeto a las garantías procesales y las garantías que ofrece el Código Penal con un par de apartados para que te hagas una idea. Estamos hablando, por ejemplo, de que el artículo 135 del Código Penal dice que “si dejas de trabajar para el Estado, cuando estás trabajando en el extranjero, tienes ocho años de prisión”. En los artículos que van del 72 al 84 hablan de la “condena predelictiva, en los cuales se condena a una persona a prisión sin delito”, por eso se llama predelictiva, porque si no, sería delictiva y también lo definen, “si se le observa una conducta contraria a la moral socialista”, pues bien, esas son las garantías. Por otro lado, si nos vamos al a la Ley de Procedimiento Penal y vemos cómo es el atestado directo, que es un juicio exprés, que ni es juicio aquello es un chiste, simplemente el policía con un testigo policial llama al juez y se fija en 24 horas una vista. El juez que no conoce el caso solo conoce lo que dice el policía de palabra. El fiscal tampoco lo conoce y se le ofrece aparecer o no, y al abogado defensor ni se le llama. Se cita al acusado unas horas antes del juicio y en el propio juicio se le pregunta sobre la causa sin que él sepa absolutamente nada sobre de qué se le acusa. El juez actúa como fiscal, como abogado y como tribunal, e inmediatamente le da una sentencia que es oral porque no la entrega escrita, así lo permite la ley de procesamiento penal y en ese momento va cuatro, cinco o seis años a prisión. El límite para estas condenas es que cada una de las condenas de los delitos implicados no supere el año de prisión, pero si se te acusa de tres delitos diferentes vas tres años a prisión, si son cuatro delitos, cuatro años. Esas son las garantías procesales del sistema penal cubano.
¿Qué se le puede pedir a la Unión Europea? ¿Qué se le puede pedir a la comunidad internacional para que interceda en estos casos? Pueden tener algún efecto este tipo de reclamaciones desde fuera.
Sin duda tiene un efecto. Si Camila Acosta está en libertad es exclusivamente porque el Gobierno cubano tiene muchísimo que perder por mantenerla en prisión. La presión internacional a un gobierno que tiene una economía tan débil y una debilidad ideológica absolutamente degradada que cualquier iniciativa, desde la izquierda socialdemócrata como el PSOE, partidos socialistas franceses o europeos en general, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Servicio Exterior Vital, las Naciones Unidas, Noruega, Canadá; todos esos organismos tienen una capacidad radical de influencia sobre el Gobierno cubano para proteger a las personas, de manera que su posición es muy importante. También es un tema delicado porque el si la Comisión Europea lanza unas palabras agresivas, puede restarle poder a la hora de negociar cosas importantes respecto a lo que está pasando con los activistas, de manera que tienen que mantener un equilibrio. Lo que no se puede hacer es lo que hizo Josep Borrell diciendo que la culpa es de Trump, eso no se puede hacer porque es mezclar churras con merinas. Aquí hablamos de un tema de derechos humanos fundamentales y básicos, y no podemos mancharlo con otros temas que son de política general. Ahora mismo lo que tenemos es un régimen que está actuando como un como un criminal y debemos centrarnos en eso.
Privación completa de la libertad y de la vida de las personas, dicen que hay un proceso y no hay un proceso, son falsas verdades por tanto son mentiras. La comunidad internacional sí que debería actuar. ¿Hay posibilidades de que se pueda conseguir alguna actuación por parte de la comunidad internacional?
Yo creo que sí. Vamos a ver, creo que, en el PSOE, por ejemplo, que es importante a nivel europeo, hay un ambiente de mucha repulsa hacia lo que está pasando. Lo que pasa que hay una especie de sensación de prudencia que considero es excesiva. La prudencia puede ser buena, pero no hay que manchar la prudencia mezclando churras con merinas. Uno puede hacer diplomacia, pero no ocultar la verdad, porque el sometimiento al dictador ocultando la verdad es una hipoteca para mañana. De manera que uno puede no utilizar las palabras más enérgicas, pero sí hacer uso la verdad en todo momento. Espero que el PSOE coja poco a poco el camino porque si no estamos perdidos. Además, la socialdemocracia en España necesita desligarse de estos regímenes para poder crecer como la derecha se desligó de Hitler, de Franco y de Pinochet. No verás a nadie del PP defendiendo claramente a Pinochet, ni defendiendo a Franco, no pueden porque saben que ese es un terreno baldío y la izquierda tiene que hacer lo mismo. Ahí es donde veo posibilidades y la Comisión Europea y países como Canadá, Noruega y Naciones Unidas deben dar respuestas más enérgicas.
El PSOE y el Gobierno español pueden empezar por llamar dictadura a lo que es una dictadura, si llamas a Raúl Castro dictador no le estás llamando nada que no sea. No creo que eso perjudique las relaciones entre España y Cuba.
Para mí estás cosas no son las claves del asunto.
Pero en Cuba no existen las elecciones, no se vota…
Al igual que hacen los sucedáneos de juicios también existen los sucedáneos de las elecciones. Pero eso es algo que deben decir los partidos de la oposición. En mi caso que yo me dedico a los derechos humanos no pido, en este caso, al PSOE que califique simplemente que llamen a las cosas por su nombre. Estamos preocupados porque hay miles de detenciones en Cuba, el maltrato que hemos visto hacia los ciudadanos se debe defender y eso sí se puede defender, no hace falta nada más. Si se emplea un lenguaje claro, estas defiendo los intereses de las personas. El Gobierno cubano está torturando a su pueblo y no se puede permitir que el Gobierno de Cuba haga estas cosas al mismo tiempo que tu negocias, se debe procurar llevar un balance entre las dos cosas.