Las capitales europeas, descoordinadas en su salida del confinamiento Por: María G. Zornoza
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Austria será el primer país europeo en poner fin al confinamiento. Lo hará tan pronto como la próxima semana con la apertura de pequeños comerciales. La apertura y reactivación económica y social se desarrollará de forma paulatina. Entretanto, Dinamarca y Alemania también esbozan sus planes para comenzar a aliviar el confinamiento en sus países, lo que ha precipitado la acción de la Comisión Europea, que presentará mañana sus directrices para coordinar la estrategia de salida al aislamiento por el Covid-19.
El próximo martes, justo al final de las festividades de Semana Santa, Austria se convertirá en el primer país europeo en ver la luz al final del túnel del Covid-19. Sebastian Kurz, canciller austríaco, ha anunciado la apertura de pequeños comercios –de hasta 400 metros cuadrados- el próximo 14 de abril. Dos semanas después, harán lo propio grandes tiendas. Y aunque la reactivación de restaurantes y bares no tiene una fecha todavía, podría producirse a mitad del próximo mes.
El país, que cuenta con poco más de 12.000 personas contagiadas por coronavirus y 220 fallecidos, seguirá manteniendo las medidas cautelares de higiene y seguridad. En línea con lo que se prevé en otras capitales, esta vuelta a la normalidad se presenta progresiva y paulatina.
Dinamarca también prepara su apertura tras el regreso del parón vacacional. Pero las medidas irán destinadas a guarderías y centros que acogen a menores de 11 años. Gradualmente, el 10 de mayo se abrirán las aulas para adolescentes de hasta 16 años, así como todo tipo de tiendas o gimnasios. El país escandinavo mantendrá los controles fronterizos hasta al menos este día.
Aunque todavía no es oficial, Alemania estaría preparada para iniciar una nueva fase de salida el 19 de abril, cuando terminan las actuales medidas de confinamiento y tras el regreso de las vacaciones escolares. Según recoge la agencia Reuters, el Gobierno de Angela Merkel rebajará a partir de este día las medidas de aislamiento –que han sido más laxas que las aplicadas por Italia, España, Francia y Bélgica- con un plan de seguimiento a posibles cadenas de infección y medidas cautelares como la recomendación del uso de mascarillas. Berlín también impondría cuarentenas obligatorias a todas las personas que entren al país.
Entretanto, la nueva fase pilla a la Comisión Europea con el peso cambiado. Bruselas insiste en que es “muy importante” la “coordinación de las medidas de regreso a la normalidad» porque de lo contrario «socavará la eficacia de las duras decisiones tomadas” hasta la fecha. Así, el Colegio de Comisarios adoptará y revelará en su encuentro del miércoles unas directrices con los puntos clave para que las capitales coordinen su respuesta. “El momento es ahora porque hay países que ya están preparados para dar los primeros pasos en su salida del confinamiento y es importante que se realice de forma coordinada”, ha apuntado Eric Mamer, portavoz del Ejecutivo comunitario.
Dinamarca y Austria han informado de sus planes a Bruselas y al resto de socios comunitarios. Pero la realidad evidencia que cada Estado miembro actúa y actuará bajo su propia hoja de ruta nacional. Las disrupciones pueden crear problemas a largo plazo en las fronteras, comercio o recuperación económica.
Es cierto que la situación es de lo más diferente en cada país. Mientras España no vislumbra la fase post-aislamiento todavía, Suecia nunca llegó a cerrar bares y restaurantes. Y mientras Roma y Madrid suman más de 30.000 fallecidos por Covid-19, Letonia solo cuenta con una. La respuesta a la pandemia ha ido en grado a la repercusión que está ha dejado en cada Estado miembro. Pero Bruselas insiste en la necesidad de seguir una estrategia común, que evite disrupciones de todo tipo en el futuro en suelo comunitario.
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