Monseñor condenado por pornografía infantil
(ANSA) – CIUDAD DEL VATICANO, – El ex diplomático del Vaticano, monseñor Carlo Alberto Capella, fue condenado hoy a 5 años de prisión y 5 mil euros de multa por posesión, transferencia y transmisión de material de pornografía infantil.
Así lo resolvió la corte de la Santa Sede.
El Promotor de Justicia vaticano (fiscal) había pedido 5 años eclesiásticos y 9 meses de prisión y 10 mil euros de multa. El fallo coincidió con el castigo a prisión pero redujo la sanción pecuniaria.
En los fundamentos de la sentencia, leída por Presidente de la Corte Vaticana, Giuseppe Dalla Torre, después de casi una hora de deliberaciones de la Cámara del Consejo, se afirma que monseñor Carlo Capella fue reconocido «culpable» del delito de «divulgación, transmisión, distribución y posesión» de pornografía infantil. A los cinco años de reclusión y cinco mil de euros se llega, prosigue el fallo, a partir de la mínima pena para estas circunstancias de cuatro años de prisión y de cuatro mil euros de multa, que se aumentan por la «continuidad del crimen y equilibrada por circunstancias atenuantes» observadas en el «comportamiento en juicio del acusado». La confiscación del material incautado también se decidió en la sentencia y Capella también deberá afrontar, además, las costas judiciales.
El ex diplomático del Vaticano admitió las acusaciones en su contra, pero en las declaraciones finales del proceso pidió comprensión: «espero que esta situación pueda considerarse un incidente de excepción en mi vida sacerdotal, a la que amo aún más».
Capella fue acusado de haber poseído, divulgado, difundido y ofrecido material de pornografía infantil, con el agravante de la gran cantidad. No negó su responsabilidad en el asunto, y él mismo ha explicado que se trató de «actos compulsivos de consulta indebida en Internet».
Asimismo, explicó en el proceso que su comportamiento se debió a «un estado temporal de crisis interna» durante su asignación diplomática en Washington en 2016.
Ayer explicó a los jueces que su misión en Washington, donde tenía poco trabajo y amigos, le causó «un conflicto interior, un sentido de vacío y de inutilidad».
Posteriormente, el uso indebido de una plataforma social para el intercambio de fotos y el contacto con otros usuarios, lo llevaron a sumergirse en una espiral de horror de la cual hoy siente «repugnancia», admitió ante los jueces de la Santa Sede.
En la primera audiencia de ayer se tomó el testimonio de dos testigos solicitados por la defensa del acusado: el psiquiatra Tommaso Parisi, quien ha tratado monseñor Capella y destacó su buena disposición para la terapia, así como el ingeniero de la Gendarmería Vaticana Gianluca Gauzzi, responsable de las operaciones de custodia y análisis de medios computarizados incautados al prelado.
Este último detallo cómo se encontraron y extrajeron fotos, películas y material de pornografía infantil, afirmando que monseñor Capella buscaba imágenes de jóvenes de entre 14 y 17 años.
También especificó que casi todo el material se encontraba en un servidor Cloud de Estados Unidos, al cual el smartphone utilizado por el acusado transfería los contenidos.
Hasta este episodio, Capella era un diplomático vaticano con una buena carrera que había pasado por las sedes de India, Hong Kong y en la Secretaria para las Relaciones con los Estados en el Vaticano hasta recalar en la nunciatura de Washington.
El condenado, de 51 años, había sido arrestado en abril pasado por el Vaticano, después de haber sido convocado de regreso desde Washington en septiembre de 2017, tras ser acusado de pedopornografía por las autoridades estadounidenses y canadienses. El caso de Capella había provocado tensiones entre Washington y el Vaticano. Es que el gobierno estadounidense había pedido levantar la inmunidad del diplomático, solicitud que fue rechazada por la Santa Sede, que lo convocó de regreso e inició enseguida acciones para juzgarlo.