Teherán y Caracas se han conchabado para hacer frente a las sanciones que lastran desde hace meses sus respectivas economías. Las petroleras estatales de ambos países, Petróleos de Venezuela (PDVESA) y National Iranian Oil Company (NIOC), firmaron un contrato que comprometía a Venezuela a intercambiar su petróleo pesado por el condensado iraní, una sustancia capaz de acelerar su producción, según reveló una investigación de la agencia Reuters.
La duración del contrato preliminar vence en seis meses, aunque podría prorrogarse. A cambio, Irán tendrá más suministro que comercializar en Asia. Unos términos que escenifican la estrecha cooperación venezolano-iraní en los últimos años en aguas internacionales, que se mantendrá en el futuro. Ninguno de los dos parece tender hacia un acercamiento al eje de Washington.
De hecho, Irán y Venezuela se alinean en contra de Estados Unidos en un pacto podría violar las sanciones impuestas desde Washington. Desde el Departamento del Tesoro han amenazado con el despliegue de las denominadas “sanciones secundarias”, unas normas económicas punitivas dirigidas a cualquier persona o entidad que mantenga vínculos comerciales con sendas petroleras. Este tipo de sanciones se traducen en la congelación de activos en suelo estadounidense o en multas directas.
La Administración Biden no ha movido ficha hasta el momento. Desde Washington están a expensas de verificar los informes y de lo que ocurra en los próximos meses. Pretenden ir con cuidado, más aún teniendo en cuenta la intención de reactivar el acuerdo nuclear con Teherán, un proceso encallado. Mientras que su predecesor Donald Trump optó el año pasado por incautar los buques persas en dirección a Venezuela. Estos portaban suministros y combustibles.
Para Caracas supondría un balón de oxígeno de cara a las negociaciones con la oposición. Le conviene estar lo mejor preparado posible para los primeros comicios con mínimas garantías en décadas, y eso pasa por levantar una situación económica devastadora. En este sentido se pronunció el ministro de Exteriores venezolano, Jorge Arreaza, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York donde expresó su compromiso de fortalecer el comercio bilateral, a pesar de los intentos de Estados Unidos de bloquearlo.
Las exportaciones de petróleo venezolano cayeron en un 38% durante 2020, su nivel más bajo en casi ocho décadas. Las sanciones de Trump hirieron de muerte a la economía del país latinoamericano, dependiente del ‘oro negro’. La llegada de Biden a la Casa Blanca no alteró los acontecimientos, ya que su Administración ha mantenido inalterado el régimen restrictivo no solo con Venezuela, también con Irán.
Las operaciones dieron comienzo la semana pasada con el envío de 1,9 millones de barriles de crudo pesado venezolano con destino Irán. El buque, no incluido en la programación organizada por PDVESA, fue identificado por la web Tanker Trafickers. Se trara del primer lote en forma de retribución por el envío preliminar de 2 millones de barriles de condensado, según Reuters.
Coordinador América Latina: José Antonio Sierra.