Viena acoge una nueva ronda de conversaciones entre Irán y los países firmantes del pacto nuclear (Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania y China), mediado por la Unión Europea. Esta semana se plantea vital para poder llegar a acuerdos tácitos entre las partes. A pesar de que a priori los países están dispuestos a retomar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) las últimas polémicas que implican a Irán y Estados Unidos no facilitan el camino.
Desde los últimos contactos, el contexto en el que se enmarca esta nueva ronda parece haber cambiado radicalmente. La filtración de una grabación en la que el ministro de Exteriores iraní Mohammad Javad Zarif, hacía múltiples declaraciones sobre el funcionamiento interno del régimen, así como del papel que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) desempeña dentro de la política exterior del país ha acabado salpicando también a la vida política estadounidense, en concreto al ex secretario de Estado John Kerry.
En estos audios se presenta la figura del ministro de Asuntos Exteriores iraní como un personaje supeditado en todo momento a los deseos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, por lo que supone un duro golpe para la figura negociadora de Zarif durante estas conversaciones.
Por otro lado, existe un amplio sector radical en Irán que se posiciona abiertamente en contra de volver al pacto nuclear de 2015. Estamos ante unas semanas decisivas, ya que a mediados de junio se celebran en Irán elecciones presidenciales, en las que podría ganar un candidato radical, contrario al acuerdo nuclear.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha manifestado en múltiples ocasiones estar a favor de volver al pacto nuclear, pero exige primero el pleno cumplimiento de Irán de sus obligaciones, sobre todo en cuanto al enriquecimiento de uranio, un material de doble uso, civil y militar. Este es el principal punto de desencuentro entre ambos países, ya que la República Islámica exige que sea el país norteamericano quién de el primer paso levantado todas las sanciones económicas, ya que fue éste el que se retiro del pacto nuclear de manera unilateral en 2018.
Israel, el gran aliado de Estados Unidos en Oriente Medio, se ha impuesto como otro de los grandes impedimentos para recuperar el JCPOA. El Estado judío ha manifestado de manera abierta su disconformidad con la decisión del país norteamericano de recuperar el pacto nuclear con Irán. Israel ha declarado estar a favor de la política de “máxima presión” que el expresidente, Donald Trump, había aplicado al país persa desde 2018.
Es más, altos funcionarios israelíes entre los que se encontraba el consejero de Seguridad Nacional de Israel, Meir Ben-Shabbat viajaron hasta Washington para discutir la vuelta al pacto nuclear con Irán. Mientras tenían lugar las conversaciones de Viena paralelamente se llevaba a cabo la reunión entre Meir Ben-Shabbat y el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.
“Los funcionarios estadounidenses e israelíes discutieron su grave preocupación por los avances del programa nuclear de Irán en los últimos años. Estados Unidos puso a Israel al corriente de las conversaciones mantenidas en Viena e hizo hincapié en el gran interés de Estados Unidos en mantener estrechas consultas con Israel sobre la cuestión nuclear en el futuro”, versa el comunicado hecho publico por la Casa Blanca.
Asimismo, ambos países han acordado establecer un grupo de trabajo interinstitucional para prestar especial atención a la creciente amenaza de los vehículos aéreos no tripulados y los misiles guiados de precisión producidos por Irán y suministrados a sus representantes en la región de Oriente Medio.
Mientras tanto al otro lado del Océano, los contactos indirectos entre las delegaciones estadounidenses e iraníes prosiguen. El embajador chino ante la ONU en Viena, Wang Qun, ha declarado que “vemos importantes avances, pero también importantes diferencias». El diplomático ha expresado que «la secuencia de las medidas para restablecer el JCPOA tiene su valor. Primero hay que determinar lo que está bien y lo que está mal. En primer lugar, Estados Unidos se salió (del acuerdo) y por ello debería eliminar sus sanciones primero, antes de que Irán cumpla sus obligaciones».
El negociador iraní, Abas Araqchí, ha asegurado que durante esta nueva ronda de conversaciones ha habido avances y que «el grupo de trabajo nuclear y el del levantamiento de sanciones comenzarán hoy con la redacción (de un borrador para el acuerdo)», según recoge la agencia EFE.
Las próximas semanas se presentan decisivas para todas las partes, el tiempo juega en contra, y alargar mucho estas negociaciones puede provocar un hastío que no beneficiaría en absoluto la vuelta al pacto nuclear. Tanto Irán como Estados Unidos esperan que sea el otro el que dé el primer paso, y este es el principal obstáculo para retomar un pacto que implica una confianza mutua entre ambos países que quedó completamente rota en 2018.