Miles de personas se congregaron para recibir al presidente estadounidense en un mitin
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, llegan con el primer ministro de India, Narendra Modi, para un mitin titulado «Namaste Trump». (AP)
Fuente: https://www.elnuevodia.com
India recurrió a la pompa para ofrecer una colorida y alegre bienvenida al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que el lunes comenzó una vertiginosa visita de 36 horas más centrada en el espectáculo que en la política, y que incluirá un gran mitin para reafirmar los lazos bilaterales además de ofrecer una imagen de prestigio exterior para un presidente que aspira a la reelección este año.
Más de 100,000 personas llenaron el estadio de cricket más grande del mundo, ofreciendo a Trump el público más numeroso para un mitin en su carrera política, en el acto estrella de una jornada con tres actos de potencial propagandístico: una visita a la antigua casa del líder de independencia de India Mohandas Gandhi, el mitin y un viaje al conocido Taj Mahal.
Casi todos los que esperaban en el estadio recién construido en Ahmedabad, en el oeste del país, llevaban una gorra blanca con el nombre del acto, «Namaste, Trump», o «Bienvenido, Trump». La gente vitoreó cuando se anunció a Trump y al primer ministro indio, Narendra Modi.
Trump inició su discurso declarando que había viajado 8,000 millas para llevar el mensaje de que «Estados Unidos ama a India, Estados Unidos respeta a India y Estados Unidos siempre será fiel y amigo fiel del pueblo indio».
El acto incluía soldados de uniforme, una selección musical que combinaba éxitos de Bollywood y temas habituales en los actos de campaña de Trump, incluido un tema de Elton John que pareció desconcertar a la mayoría de los asistentes. Trump disfrutó de la jubilosa recepción que no ha encontrado en muchos viajes extranjeros, algunos de los cuales incluyeron enormes protestas y gélidos estrechones de manos de líderes mundiales. En su lugar, en India recibió un cálido abrazo -literalmente- del primer ministro Narendra Modi, con el que comparte aspectos ideológicos y que suele dar abrazos.
La cálida ciudad de Ahmedabad vibró con la llegada de Trump. Las calles se llenaron de gente que intentaba ver un momento al presidente de Estados Unidos. En su ruta esperaban calles recién limpiadas, flores y cientos de carteles con la imagen del mandatario y su esposa, Melania Trump.
Su primera parada fue la casa de Gandhi, donde Trump se colocó un chal de oración y se descalzó, ofreciendo la imagen contradictoria de un presidente que tiende a lo grandilocuente caminando en silencio por el humilde asram. Allí vio el telar utilizado por el famoso pacifista y esculturas de monos representando el mantra de Gandhi de «No ver el mal, no escuchar el mal, no decir el mal», antes de salir hacia el estadio de cricket.
La comitiva de Trump circuló entre vítores de un grupo de seguidores de Modi y trabajadores cuidadosamente seleccionados entre su partido Bharatiya Janata, que pasarían horas de pie junto al arreglado tramo de 14 millas para ofrecer una gran bienvenida al mandatario en su ruta hacia al recién construido estadio. Decenas de miles de policías se ocupaban de la seguridad y se había levantado un muro ante una barriada, al parecer para ocultarla de la vista de visitantes presidenciales.
El estadio estaba lleno de gente, muchos con máscaras de Trump y Modi, que esperaron sentados en una calurosa jornada escuchando música india tradicional y popular antes de la llegada de los mandatarios. El mitin «Namaste Trump», era en cierto modo una continuación del acto «Howdi Modi» que ofrecieron Modi y Trump en Houston el año pasado ante 50,000 personas.
Trump elogió a Modi y a la democracia que dirige y señaló a sus esfuerzos por sacar a la gente de la pobreza extrema diciendo que «India da esperanza a toda la humanidad».
«Su país marcha muy bien, estamos muy, muy orgullosos de India», dijo. «La historia de la nación india es una historia de impresionantes progresos».
Las visitas de Trump suelen incluir pocas visitas turísticas, aunque en esta ocasión el presidente y la primera dama acudirán al Taj Mahal.
Las imágenes de presidentes estadounidenses homenajeados en el extranjero contrastan con las de sus rivales en el partido opositor haciendo campaña en las primarias y chocando en debates. En particular, este viaje reflejaba una estrategia de campaña de Trump de mostrarle en su rol presidencial durante viajes breves y cuidadosamente planificados que contraprogramaran las primarias demócratas y ofrecieran imágenes para su propaganda electoral. Sus asesores también creían que la visita podría ayudar al presidente a atraer a decenas de miles de votantes indio-estadounidenses antes de las elecciones de noviembre.
La visita llegaba también en un momento crucial para Modi, también populista y que ha gobernado durante un brusco declive económico, sin cumplir sus promesas electorales sobre creación de empleo. Cuando Trump aterrizara en Delhi el lunes por la noche, encontraría una capital bulliciosa y colorida, pero salpicada de proyectos de construcción a medias debido a la falta de financiamiento.
El presidente concluía el martes su rápida visita a India con una jornada en la capital, completa con una cena de gala con Modi y reuniones sobre las estancadas negociaciones comerciales entre los dos países.