Cero Tatuajes para miembros de las Fuerzas Armadas de Honduras
HONDURAS. Las autoridades de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.) mediante un comunicado indican la prohibición de tatuajes a sus efectivos. Los elementos militares que llevan tatuajes en su cuerpo deberán borrarlos, según detalla el reporte impreso.
Según el documento, el jefe del Estado Mayor Conjunto, General de División, don Rene Orlando Ponce Fonseca, dio la orden en mención. De esta manera el personal de oficiales, sub-oficiales, auxiliares y personal por contrato bajo su mando que porte tatuajes en su cuerpo tiene un plazo de 60 días para eliminarlos, de acuerdo al calendario establecido.
Finalmente, el informe añade que cada director, jefe de organismo dependiente y comandante de unidad es responsable por el fiel cumplimiento de las órdenes brindadas.
no se sabe con exactitud, ya que se cree que este arte era conocido por numerosas culturas alrededor del mundo, pero practicado de forma diferente. Se apunta a los hombres euroasiáticos del periodo Neolítico como los primeros «tatuadores», hace más 5 mil años, a juzgar por los restos encontrados a finales del siglo XX, en Siberia y el delta del Danubio.
A partir de entonces, se sabe que en Egipto, lugar del que provienen los pigmentos de henna (que se convertiría también en un fenómeno en el sur de la India), las mujeres eran tatuadas para representar su estatus social y muchos momias eran marcadas.
Al mismo tiempo, la cultura celta y germánica utilizaban el arte del tatuaje con fines bélicos; los japoneses tatuaban figuritas de barro que acompañaban a los difuntos en su camino al paraíso, y los aztecas tatuaban especialmente a los niños con tal de rendir tributo a dioses como Quauhtli.
El tatuaje era practicado por numerosas culturas que, posteriormente, en su mayoría, pasarían a ser lugares a conquistar y saquear por las potencias europeas. Pero no nos adelantemos…
Muerte y resurrección del tatuaje
Como sucede con otras muchas formas de expresión, el catolicismo y la férrea mentalidad de la Edad Media llegó a prohibir los tatuajes, concebidos como una mutilación al cuerpo heredado por Dios. Esta condena fue seguida también durante el período de colonización que precederían a este oscuro tramo, en el siglo XV.
Al llegar a las islas de la Polinesia o el Nuevo Mundo, los colonizadores europeos fueron exterminando este arte de las pieles nativas, si bien, en 1771, el explorador Thomas Cook exportó el arte a la alta sociedad occidental, simbolizando un nuevo movimiento en el mundo del tatuaje.
Los marineros fomentaron la cultura del tatuaje extraída de exóticas tierras como Gabón y Nueva Guinea, cuyas tribus practicaban el tatuaje, o la islas polinesias de Samoa o Tahití donde posiblemente encontramos la influencia más directa de los tatuajes actuales. De hecho, la palabra tatuar procede del vocablo tatau, el cual significa «marcar algo». Se cree que los polinesios o maoríes lucían tatuajes con fines ceremoniosos, religiosos y bélicos, si bien estos también exportarían su arte hasta los actuales Estados Unidos antes de la colonización.
A partir de entonces comenzó a existir una concepción diferente del tatuaje en Occidente. El primer tatuador oficial conocido en Occidente fue Martin Hilderbrandt, el tatuador oficial de los bandos de la Guerra Civil Americana. A partir de entonces los tatuajes eran lucidos por bohemios de los bajos fondos y artistas circenses, permaneciendo dormido para el gran público hasta los años 70.
A partir de esta década, impulsado por el movimiento hippy y una particular revolución de la libertad de expresión, el tatuaje volvió a aparecer en Occidente hasta convertirse en el fenómeno que sigue siendo hoy día.
Los orígenes e historia del tatuaje se remontan incluso 12 mil años atrás, aunque los primeros restos daten de hace 5 mil años. Un arte practicado por diferentes culturas, castigado durante ciertos períodos (casualmente de fuerte religiosidad) y rescatado de tierras exóticas hasta prevalecer en pleno siglo XXI. Y es que el tatuaje actual es el perfecto resultado de su propia historia.
Estocolmo es el lugar con mayor proporción de tatuados del mundo. Los Estocolmenses de entre 18 y 49 años son la gente más tatuada, eso significa que el 33% de la población tienen algún tatuaje, lo cual es un porcentaje bastante elevado.
La «moda» del tatuaje parece que está viviendo una especie de renacimiento, sobretodo en el norte de Europa, ya que la segunda ciudad del mundo con el porcentaje más alto de tatuajes es Copenhagen, la capital de Dinamarca.
En Estados Unidos se habla de unos 45.000.000 de personas tatuadas! …. 45 millones! es casi como decir que toda España está tatuada!
Cuesta creer que las personas se hicieron esos tatuajes por simple gusto y por sentirse originales y únicos, tras de eso hay una gran industria de manipulación mental subliminal…. copiar e imitar.
Podemos ver a muchos jóvenes haciéndose cierta clase de tatuajes porque su estrella favorita tiene uno igual, hablamos de personas copiando a todo tipo de estrellas, sea del mundo musical, del cine, de la televisión, del modelaje, del deporte, etc…..
La mayoría copian los tatuajes de personajes ligados al satanismo, prostitución, drogas, terrorismo o pornografía sin darse ni cuenta de lo que están copiando ni haciendo.
Fuente: Artículos de Prensa y en http://www.expresionculturarte.com/t1828p8-los-tatuajes-y-su-conexion-satanica