Mujer intentó introducir dinero a la cárcel de máxima seguridad «El Pozo»
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (HONDURAS) En un intento fallido de introducir dinero y unas notas, una fémina trató de burlar los mecanismos de inspección personal, sin imaginar que lo que transportaba al interior de su vagina seria detectado y decomisado por las autoridades del Centro Penitenciario “Pozo I”, en Ilama, Santa Bárbara.
La mujer fue identificada como Reina Esperanza Gonzales Franco de 40 años de edad, quien fue requerida en la cárcel de máxima seguridad en el momento en que le realizaban la inspección personal. El personal encargado de la revisión descubrió al interior de la parte íntima de la dama un paquete conteniendo 17 billetes de 500 lempiras, sumando en total 8,500 lempiras.
Asimismo, en el paquete se le encontraron tres papeles pequeños con peticiones que hacían a otros compañeros de la misma estructura criminal, supuestamente fichados por las autoridades como de pandilla 18 recluidos en otras celdas.
Por lo tanto, las autoridades penitenciarias informaron que la detenida llegó al centro penal para visitar a un privado de libertad identificado como Michael Ramón Rodas Caballero y al realizar el hallazgo, la mujer, el dinero y las notas fueron puestas a la orden de las autoridades competentes.
Al mismo tiempo se procedió a cancelarle el carné de visita de manera definitiva.
Nuevo sistema penitenciario evita incidentes
Las autoridades del INP recordaron que el nuevo sistema penitenciario atraviesa una transformación total, que va desde los estrictos controles de seguridad y revisiones personales, para evitar el ingreso de artículos prohibidos.
A lo anterior se suma el monitoreo permanente a través de al menos 400 cámaras de seguridad instaladas y la vigilancia que realizan los agentes penitenciarios y de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
Perdieron el control del centro penal
Actualmente unos 2,900 supuestos integrantes de maras y pandillas guardan prisión en las cárceles de máxima seguridad. No cuentan con las libertades que tenían antes de recorrer el establecimiento carcelario, dar órdenes a sus compañeros de organización o enviar mensajes al exterior del presidio.
Con los traslados a estos centros penales, perdieron el control que tenían cuando estaban en las cárceles donde existía el autogobierno, es decir, donde ellos mandaban.
Para retornar al autogobierno han pedido el apoyo de custodios penitenciarios, los cuales han sido descubiertos y es así que en 2017, 24 fueron procesados judicialmente, diez guardan prisión en distintas cárceles, ocho cumplen medidas sustitutivas y otros están en juicio.