Honduras no sale de sus tormentas; prevén activa temporada ciclónica
TEGUCIGALPA
El recuerdo de la tragedia y los desastres por los meteoros Eta y Iota a finales del 2020 aún está vivo. Son miles los hondureños que todavía viven sus efectos; comunidades enteras quedaron destruidas, aisladas, decenas de vidas se perdieron y los daños fueron cuantiosos.
En el norte y occidente hondureño las covachas de tablas de orilla, de plástico o latón, son una especie de monumentos vivos a la miseria que se agravó en el país y que recuerda que son miles las familias que quedaron sin techo.
El desastre aún está a flor de piel y en un año de pandemia por el ataque del coronavirus y las marcas de la naturaleza aún no cicatrizan.
Alrededor de un millón de trabajadores se unieron al ejército de los desempleados y el éxodo hacia el norte del continente es una especie de desagüe para el escape de las hirvientes aguas de la conflictividad social, en las cuales se mezclan, la corrupción, el narcotráfico, la criminalidad organizada en tantas y tan diversas formas del delito, una institucionalidad erosionada y una impunidad visible.
En ese entorno, Honduras es uno de los cinco países más vulnerables del planeta ante los desastres naturales y el 2021 pinta para ser un año donde la actividad ciclónica se recrudezca.
Al inicio del segundo trimestre de este año, el país sufre los efectos del coronavirus despiadadamente. Las últimas semanas han reflejado cifras de muertos y contagiados, superiores a las de los peores momentos del 2020. Sin vacunas, apenas unas 50 mil dosis que se han puesto a personal sanitario gracias a donaciones y otras dos mil 500 que recién llegaron y que son un pequeño lote de los 4.5 millones adquiridas por el gobierno a los rusos y que aún no tienen fecha de arribo.
Entre coronavirus y tormentas
Y mientras los subregistros y datos de funerarias hablan de más de 11 mil muertes, en el entorno, tampoco la naturaleza quiere cejar y darle respiro a esta franja continental.
Para este 2021 se espera una temporada de huracanes en el Atlántico «por encima de lo normal», de acuerdo con un informe de la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos que prevé, ocho huracanes, 17 tormentas con nombre y cuatro huracanes «de gran magnitud».
Con ese pronóstico surge la duda si Honduras está preparada para mitigar los efectos de otro eventual meteoro, luego de la aún mayor vulnerabilidad que dejaron las tormentas de finales de 2020.
Además, cinco meses después de estas tormentas y sus embates, la reconstrucción del país sigue siendo una lejana utopía.
La pobreza que cada vez es más visible
Los expertos prevén que los niveles de pobreza en Honduras, tras las calamidades generadas por las tormentas, son superiores al 70%.
Los meteoros dejaron cerca de un centenar de muertos, una decena de desaparecidos, 3.4 millones de afectados. Unas 35 mil viviendas dañadas y una gran parte de ellas totalmente destruidas. Los datos oficiales también registraron 37 puentes dañados en su totalidad y 53 con daños severos, mientras una 242 carretera del país fueron dañadas de forma aguda y las escuelas rozan las 600 con daños profundos.
El Consejo Consultivo nombrado para evaluar y marcar rutas ante los desastres, señaló en su informe final que Honduras tiene que recorrer un “largo camino” en el proceso de reconstrucción del país ante los daños dejados por las tormentas.
Igualmente, el órgano, expresó en su informe la preocupación por la construcción de obras que están pendientes de su finalización como proyectos que exigen no sean vulnerables ante el cambio climático.
El Consejo Consultivo se formó el 24 de noviembre de 2020 por un grupo de profesionales para iniciar el proceso de la hoja de ruta del Plan de Reconstrucción Nacional ante los daños por Eta e Iota.
El país que tiene en el café y el banano sus principales cultivos de exportación, también muestras ostensibles daños y el ingreso promedio que dejan anualmente en concepto de divisas y que ronda por 1.5 millones de dólares, entre ambos, podría ser menguado significativamente, estiman los conocedores.
Únicamente las remesas enviadas por los migrantes, la mayoría desde los Estados Unidos, marcan datos alentadores, en el primer trimestre de 2021 se registraron mil 570 millones de dólares, mientras que en igual periodo del año anterior fueron 1217 millones de dólares.
En 2020 las remesas registraron los cinco mil 737 millones de dólares, poco más del 20% del PIB.
Los pronósticos climáticos
Los investigadores de la universidad Estatal de Colorado predicen una temporada de huracanes en el Atlántico, superior y prevén la ausencia del fenómeno El Niño, como un factor significativo.
En un reporte especializado de Faxinfo, el investigador del Departamento de Ciencias Atmosféricas, Philip Klotzbach, este año se podrían ver al menos 17 tormentas nombradas, de las cuales al menos ocho podrían convertirse en huracanes y de ellos cuatro serían de gran categoría (mayor de categoría tres).
Una de las razones por la cual el pronóstico para esta temporada de huracanes está por encima del promedio es que las aguas más cálidas y la ausencia del fenómeno de El Niño.
Como parte del pronóstico, Klotzbach informó que se prevé unos 80 días de actividad de tormentas nombradas, 35 días de actividad ciclónica y de estos nueve días de actividad de huracanes de gran categoría. Esto también va por encima del promedio establecido, de acuerdo con expertos.
Durante las últimas nueve temporadas de huracanes en el Atlántico se formaron siete tormentas tropicales entre el 15 de mayo y la fecha oficial de inicio del 1 de junio.
En la trayectoria de los huracanes
Según el hidrólogo del Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (Ihcit), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), José Max Ayala, la próxima temporada ciclónica no está tan proyectada como la anterior cuando se habían pronosticado 30 tormentas y para este año se vaticinan 17, de las cuales entre tres y cuatro podrían alcanzar categoría tres, cuatro o cinco.
“Tenemos que estar conscientes que no necesariamente van a pasar por Honduras” dijo al tiempo que recordó que los pronósticos que hace la Universidad de Colorado y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés), son base de las proyecciones en la región.
Se pronostican 17 tormentas con nombre y cuatro huracanes arriba de la categoría tres, es una proyección arriba de lo normal, no es igual a la temporada del año pasado, pero si está por encima del promedio registrado entre 1981 a 2020, explicó.
Ayala destacó que todavía no está claro si este año prevalecerá una condición de El Niño o una condición La Niña. Agregó que de acuerdo a los estudios de la Universidad de Colorado se aplican aproximadamente cinco escenarios y en la mayoría de los ellos con mayor probabilidad, con mayor fuerza, se prevé que habrá una condición neutra, lo que quiere decir que habrá una actividad ciclónica, pero también hay otro fenómeno en el Atlántico que va a estar activo, manifestó.
Preparación complicada
Para este experto, los escenarios indican que Honduras debe prepararse ante los embates naturales previstos para la temporada ciclónica. Especialmente porque la infraestructura del país quedó aún más dañada tras el paso de los últimos meteoros.
Hizo énfasis en la necesidad de fortalecer las estructuras hidráulicas, muchas de las cuales quedaron debilitadas, los bordos de contención en el Valle de Sula y los puentes maltrechos por todo el país.
Sistemas de alerta
Reiteró la importancia de que la población conozca sus sistemas de alerta comunitarios, que sepan cuándo tienen que evacuar mediante comunicaciones claras y directas de parte de los órganos encargados como Copeco, los Codem y los Codeles.
Pero la pobreza ha llevado a los damnificados a retornar a los lugares vulnerables, a las orillas de los ríos o a zonas de deslaves. No hay oportunidades para habitar con dignidad y ellos siguen subsistiendo apenas con lo que encuentran, la exclusión les ha amilanado.
Pronóstico superior a la media
Por su lado, el ingeniero Josué Mejía, coordinador de la unidad de meteorología del Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (Ihcit), explicó que la temporada ciclónica para 2021 para el Atlántico comienza oficialmente el 1 de junio y termina el 30 de noviembre y en los últimos años.
Refirió que para sacar un promedio sobre la frecuencia de los huracanes o de ciclones en el Atlántico se hizo un análisis de 1981 a 2010 y el promedio era de 12 ciclones de los cuales siete podrían convertirse en huracanes, sin embargo, se hizo una actualización y ahora el promedio se saca a partir de 1991 hacia 2020 y el promedio de huracanes que se espera en una temporada regular subió a 14 tormentas tropicales, de las cuales, siete pueden convertirse en huracanes y tres o cuatro de ellos pueden alcanzar categoría mayor, tres, cuatro o cinco en la escala Saffir Simpson.
En ese sentido, para la temporada 2021, el pronóstico que se hace en la Universidad de Colorado indica que esa cantidad de ciclones (17), es superior a la media que son 14 actualmente, lo que se debe al calentamiento que sufre el planeta. Hay una variación de la temperatura anual en el planeta y eso influye directamente en la cantidad de tormentas, explicó Mejía.
Acotó que la cantidad de ciclones tropicales este año va a ser menor a la registrada en 2020, porque no está tan cálido como el año pasado, pero si andará por encima de la media y eso preocupa porque se está saliendo de una época del fenómeno de La Niña y en mayo se entrará a un período neutro que se estima se va a mantener por el resto del año.