Hiperinflación el monstruo que come tus ahorros
La hiperinflación es un fenomeno netamente económico que se produce por la pérdida de confianza, y por ende de valor de una moneda nacional, en la historia han existido múltiles ejemplos sobre esto, teniendo como denominador común la depreciación de la moneda, la impresión exacervada de la moneda para compensar gastos y la inoperación de los actores políticos para combatir este fenómeno. De igual manera, se puede observar como el gasto público es uno de los grandes responsables de este fenómeno, pues, su nivel es insostenible en el tiempo, en especial por como estaban formulados.
Las crisis económicas (bien sea por estancamientos o recesión), la emisión de dinero sin control para financiar el gasto público (Dinero inorgánico), las pésimas decisiones políticas, la merma de las reservas económicas, y la especulación de los ciudadanos en los precios de los bienes y servicios. A lo anterior, se le suma la desconfianza del ciudadano y de los capitales extranjeros en la moneda y en el sistema que la respalda, bien sea por la inseguridad jurídica o por las políticas económicas aplicadas para contener dicho fenómeno.
Es acá cuando la Política Monetaria deja mucho que desear en todos los países que son víctimas de esto. Pues, por lo general, los bancos centrales de los países suelen ser entes autónomos, e incluso, privados. Pero, en los modelos en cuestión, son públicos, carecen de autonomía, y, en muchos casos, sus acciones ejecutivas responden a motivaciones eminentemente políticas. Por ende, la desconfianza que surge en inversores locales, extranjeros, y en ciudadanos comunes de esos Estados, hace que, sus políticas no gocen de ningún tipo de respaldo popular y mucho menos legal, debido a que las leyes se modifican a la máxima conveniencia para implemetar nuevas Políticas. En el caso de Venezuela, las leyes no se han modificado, pero si se utilizan los extremos o recobecos de la ley para insertar nuevos modelos dentro de un marco jurídico que no los contempla, por ejemplo, el uso de criptomonedas o de divisas convertible en las transacciones diarias y de bienes muebles e inmuebles.
Además, estos casos, están caracterizados por el excesivo gasto público, sustentado únicamente en la emisión de dinero sin respaldo en reservas o en oro, esto también en conocido como Dinero Inorgánico, y al mismo tiempo, existen políticas cambiarias poco transparentes, que dan pie a legitimación de capitales mal habidos. Esto se suele acompañar de restricciones al crédito bancario a persona naturales, restricciones al ahorro en moneda local, controles de tasas de interes, y otros elementos de carácter económico que generan un absoluto control político del sistema económico nacional, pero que al mismo tiempo crean un desbarajuste. Abriendo espacio, a los mercados paralelos y desregulados de divisas, bienes y servicios.
La principal razón por la que se produce los fenómenos de hiperinflación, es porque un Estado debe sufragar todos los compromisos y obligaciones adquiridas a lo interno y a lo externo, lo que lleva a la impresión masiva de dinero sin respaldo, con el único fin de cumplir con los pagos nominales de sus obligaciones. Ahora bien, ese dinero emitido de forma física o digital contribuye a aumentar la masa monetaria, que, a su vez, reduce el valor de la moneda nacional en circulación. Uno de los grandes errores de la administración, es pensar que emitir dinero en digital no genera inflación, o tiene un impacto menor y también, uno de los errores de la ciudadanía es pensar que los aumentos de salario y la impresión de dinero no va a tener ningún efecto en la economía.
¿Cuáles son las posibles soluciones?
En primer lugar, se debe corregir la política monetaria de dicho Estado ¿Cómo? Eliminando de forma inmediata la mayor cantidad de moneda nominal emitida, lo que hace algunos años se conocía como la destrucción de billetes o reducción de masa monetaria. Esto se utiliza como freno inmediato, sin embargo, no se garantiza su eficacia. La segunda política a aplicar es la reducción del gasto público, o política de austeridad, esto incluye la reducción drástica de la financiación a políticas sociales y del gasto en general en cualquier ámbito de incidencia del Estado, lo que significa, despidos, reducción de la Administración Pública, reducción del gasto oficial, privatización de servcios de prestación pública, etc. La tercera acción es la eliminación de controles de cambiarios y de corralitos financieros. La incentivación del ahorro con tasas atractivas para la banca y para los ciudadanos, que no es más que la liberación de las ataduras a la banca nacional y a la operación de la banca internacional.
De igual manera el Estado debe promover la estabilidad de la moneda local, inyectando divisas convertibles para mantener o disminuir el precio de la principal divisa convertible con relación a la moneda local. Por supuesto, esto se hace desde la eliminación del control cambiario y la regulación de los distintos mercados cambiarios, con indicadores claros y transparentes, emanados desde el banco central. También, es necesario garantizar el uso efectivo y transparente de otras monedas en la economía, pero, siempre, atrayendo a los ciudadanos al uso de la moneda local, con el objetivo de pagar tasas, servicios y bienes prestados por el Estado.
Por otro lado, los ciudadanos también deben poner de su parte, y reducir sustancialmente los fenómenos especulativos, que, son propios de la economía, en cuanto a los costos y en cuanto al valor de la moneda, pero que con relación a los bienes y servicios, terminan distorsionando totalmente el mercado, ya que, conocemos muy bien cual es el efecto de un mercado alterado por la inflación, y no es más el quiebre del sistema.
¿Qué pueden hacer los ciudadanos?
Mientras se experimente un fenómeno como este, los ciudadanos tienen pocas opciones disponibles, una de ella puede ser la compra activos, en particular, bienes muebles e inmuebles, pero, el riesgo de la depreciación de esos activos es un factor a considerar. Por ende, si los ahorros no son suficientes para adquirir un bien de este tipo, los ciudadanos pueden decantarse por la opción número dos, que no es más que la compra de divisas convertibles, metales preciosos o criptoactivos.
Existen aplicaciones digitales como Airtm, Binance, Localbitcoins, Bancumbre, Reserve, Paypal, CashApp y otras, que permiten a los ciudadanos cambiar rápidamente el dinero que poseen en su moneda local a una moneda más estable, como lo es el Dólar o el Euro. Cada aplicación tiene una forma distinta de funcionar, por lo que cada persona debe revisar muy bien los términos y condicionaes.
La hiperinflación es un fenómeno que se alimenta de distintas fuentes, independientemente del segmento del tiempo por el que se esté atravesando, que no necesariamente están relacionadas entre sí. Haciendo que, sea un fenómeno complejo de derrotar. Sin embargo, cuando un Estado decide sanear la economía, puede lograr frenar drásticamente este fenómeno, aplicando las políticas correctas, promoviendo la inversión nacional y extranjera, garantizando la transparencia y conduciendo a sus ciudadanos a ser responsables con todas sus acciones económicas.