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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó este domingo por la noche que, espera que el comportamiento del COVID-19 muestre una «estabilización» en algunos de los puntos críticos de la nación en los próximos días y reveló que su administración compró 29 millones de píldoras de hidroxicloroquina.
Durante la sesión informativa diaria del grupo de trabajo sobre coronavirus en la Casa Blanca, el presidente también dijo que EE.UU. aún no está cerca de tener una vacuna contra la COVID-19.
Nueva York, el estado más afectado, informó el domingo que, por primera vez en una semana, las muertes habían disminuido ligeramente desde el día anterior, pero aún había casi 600 nuevas muertes y más de 7.300 nuevos casos.
«Tenemos muchas esperanzas de que, durante la próxima semana, aunque veremos un número creciente de casos de personas que pierdan la vida por esta enfermedad. También esperamos una estabilización de los casos en estas grandes áreas metropolitanas donde comenzó hace varias semanas el brote», afirmó el mandatario.
Prueba
El mandatario además reveló que su administración ha comprado 29 millones de píldoras de hidroxicloroquina. “¿No hay nada que perder?”, aseveró Trump sobre la substancia antimalárica que ha sido usada por otros países como tratamiento para el coronavirus.
Trump justificó la compra en el “sentido común” y entiende que hay “fuertes indicios” de que el medicamento es efectivo.
“No tenemos tiempo para pasarnos cinco años investigando, la gente se está muriendo así que, si la hidroxicloroquina funciona, es excelente. Conocemos que es efectivo para la malaria, para el lupus, y sabemos que no mata a la gente, no tenemos nada que perder. Hay buenos indicios, hay que darle una oportunidad”, declaró Trump.
El presidente afirmó que lo único que busca es “salvar vidas” y por eso ordenó la compra de esa “enorme cantidad” para distribuirla en todo el país. “podría no funcionar, pero quizás sí y salve muchas vidas”, insistió.
Los expertos médicos de la Casa Blanca han pronosticado que entre 100,000 y 240,000 estadounidenses podrían morir en la pandemia, incluso si se siguen las órdenes de quedarse en casa.