En América Central, la proporción de empresas propiedad de mujeres aumentó casi 60 por ciento (de 13,9 a 24,5 por ciento) entre 1991 y 2018, reveló un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Fuente: https://elpais.bo
Los factores que impulsan a muchas mujeres a establecer su propia empresa son las precarias condiciones económicas, la falta de perspectivas de desarrollo profesional en las empresas y la ausencia de oportunidades de empleos bien remunerados.
El informe, Las mujeres en la gestión empresarial en América Central, publicado por la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT (ACT/EMP), señala que el grado de éxito de las mujeres como propietarias de empresas y como empleadoras puede ser determinado por el tamaño de la empresa, los sectores económicos en los que operan, su nivel de educación y su experiencia profesional.
Los estudios de caso también muestran que las mujeres emprendedoras tenían un nivel de educación más alto que los hombres en Costa Rica, México (Chihuahua) y Panamá, y tenían niveles similares en El Salvador.
No obstante, en los cuatro casos, el nivel de beneficios medios de las empresas dirigidas por mujeres era menor que aquellas dirigidas por hombres.
Por ejemplo, en Panamá los beneficios medios mensuales de los trabajadores por cuenta propia y de los empleadores*son superiores en 78 por ciento y 40 por ciento, respectivamente, a los de las mujeres.
La diferencia en los beneficios entre los emprendedores hombres y mujeres es más aguda a medida que se asciende en la distribución de los ingresos.
Entre los que se encuentran en el nivel de ingresos 10 por ciento superior (percentiles 90-100), las mujeres ganan en promedio 663 dólares menos que los hombres.
El estudio de caso de Costa Rica constató que mientras más experiencia adquieren las mujeres en la administración de una empresa, mejores resultados obtienen.
Los datos muestra que, si bien en el caso de las empresas emergentes (hasta nueve años de funcionamiento) son más rentables cuando están dirigidas por hombres, este no es el caso de las empresas asentadas administradas por mujeres con un mayor nivel de instrucción.
Estas empresas pueden ser tan o más rentables que las dirigidas por los hombres.
“Mejorar el acceso de las mujeres a la financiación o un costo de capital asequible gracias al desarrollo de servicios bancarios dirigidos a las mujeres es un paso decisivo para apoyar sus iniciativas y permitirles ser más exitosas cuando sus empresas crecen”, declaró Deborah France-Massin, directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT.
El informe pone de manifiesto la necesidad de políticas integrales dirigidas a incentivar la iniciativa empresarial de las mujeres, basadas en oportunidades para que las empresas sean exitosas, en vez que en una estrategia básica de supervivencia.
Mejorar la calidad, la cobertura y el acceso a la educación, así como el desarrollo de competencias podría aumentar de manera significativa la probabilidad de que las mujeres sean empleadoras exitosas.
El informe define “empleadores” a los trabajadores que trabajan por su cuenta y han contratado a uno o más empleados. Mientras, los “trabajadores por cuenta propia” también tienen un empleo definido como independiente pero no tienen ningún empleado que trabaje para ellos.
Hace falta mujeres emprendedoras en América Latina
Capital, contactos y conciliación. Son los muchos obstáculos que se encuentra cualquier persona a la hora de emprender un negocio. En América Latina y el Caribe solo el 1% de las mujeres emprendedoras tienen acceso a inversores ángeles, capital semilla y fondos de capital de riesgo, las tres fuentes de financiación que pueden permitir que una idea empresarial se convierta en realidad. En contraste un 7% de hombres consiguen este tipo de capital.
Las mujeres tienden a financiar sus start-up con recursos personales y de familiares y amigos, mientras que los hombres suelen acceder a fuentes más diversas. Además, ellos por lo general se dedican a tiempo completo a construir las redes de contactos necesarias para sacar adelante su proyecto, mientras que ellas ven mermado el tiempo para su negocio por el cuidado de la familia y las tareas del hogar.
Para toda persona que quiere emprender es importante establecer estas conexiones, pero es crucial para las mujeres contar con mentores, especialmente empresarias con experiencia, que valoren la idea y apuesten por el éxito de la misma. Es decir, mentoras que inviertan tiempo, esfuerzo y reputación personal en hacer crecer la idea.
Las emprendedoras tienen cada vez un papel más importante en la transición de una economía en desarrollo a otra basada en la innovación y el conocimiento, donde las nuevas ideas y las tecnologías son susceptibles de convertirse en soluciones económicas y sociales. Son más propensas que los hombres a crear empresas sociales en vez de otras con fines estrictamente económicos y están más dispuestas a formar compañías con consideraciones medioambientales, según una investigación sobre mujeres emprendedoras realizada por investigadoras de la Universidad de Alberta, en Canadá.
Las emprendedoras tienen cada vez un papel más importante en la transición de una economía en desarrollo a otra basada en la innovación y el conocimiento
El aumento del número de mujeres en posiciones de liderazgo está relacionado con el incremento del retorno financiero de los negocios. Un estudio realizado por la firma de capital de riesgo First Round, de Silicon Valley muestra que las inversiones en start-up que cuentan con al menos una mujer en el equipo fundador tuvieron un rendimiento un 63% superior a las lideradas solo por hombres.
Aunque las empresas con mujeres en sus equipos, generan más réditos, sus negocios tienden a fracasar hasta el punto de que esta región tiene la segunda mayor tasa del mundo de quiebra de empresas cuya propietaria es una mujer, según un estudio reciente.
Si queremos cambiar las estadísticas es necesario aumentar y diversificar el acceso femenino a las fuentes de financiación, promoviendo no únicamente la búsqueda de capital financiero, sino de capital inteligente, y una mayor confianza en mentores, en inversores privados y en redes empresariales. Las emprendedoras deben, asimismo, exponerse más a entornos académicos y experiencias internacionales que podrían marcar la diferencia en la tasa de crecimiento de sus negocios y en su capacidad para crear conexiones de calidad.
Tanto el sector público como el privado han de favorecer la conciliación entre la vida familiar y profesional. Según WeGrow, un informe basado en más de 400 entrevistas a emprendedores de nueve países de América Latina que buscaban conocer los perfiles, desafíos y necesidades de las emprendedoras de alto crecimiento (aquellas cuyos negocios experimentaron tasas de crecimiento superiores al 20% en los últimos tres años), el 80% tienen hijos y el equilibrio entre la vida familiar y profesional es su principal desafío a la hora de hacer crecer sus negocios.
Para impulsar el emprendimiento femenino de alto crecimiento el laboratorio de innovación BID Lab liderará el próximo mes Foromic, un foro anual que brinda un espacio de discusión de soluciones disruptivas basadas en modelos digitales y nuevos modelos de negocio que tienen el potencial de mejorar vidas para todos y donde estaremos compartiendo herramientas para promocionar la innovación financiera y el liderazgo de las mujeres. Aumentar la visibilidad en etapa temprana de las mujeres que invierten en tecnología en América Latina es fundamental no solo para facilitar el establecimiento de redes de contacto, sino para favorecer la creación de modelos de éxito a seguir. BID Lab publica desde 2016 junto con la Asociación Latinoamericana de Capital Privado (LAVCA) un listado cada vez más amplio de inversoras en la región. En la promoción de ejemplos de mujeres empresarias exitosas los gobiernos, las organizaciones de apoyo y los medios de comunicación desempeñan un papel crucial.