Fuente: https://www.lavanguardia.com / Eric Angelats Canals
A dos horas de vuelo desde la costa Este estadounidense, dirección hacia poniente, existe una línea no trazada que cruza el territorio de norte a sur.
Esta línea la componen una serie de ciudades del Midwest que comparten una característica común: sus enclaves son encrucijadas, tanto por su ubicación geográfica como por lo que representaron a finales del siglo XVIII e inicios del XIX.
Chicago, Saint Louis, Memphis… todas ellas crecieron a partir del encuentro de las grandes rutas hacia el oeste y un río de caudal abundante que proveía agua fresca, alimento y transporte fluvial.
Nashville, a orillas del rio Cumberland. (Eric Angelats Canals / www.north-41.com)
Un nuevo mundo
El salvaje oeste
Los nuevos estados recién incorporados a la Unión – Kentucky, Tennessee, Illinois o Alabama entre otros – ilustraban la bisagra entre el antiguo mundo de las trece colonias y el salvaje oeste, lleno de promesas de prosperidad, pero también de peligros desconocidos.
Nashville, ubicada en una de las rutas hacia el oeste y a orillas del río Cumberland, era una de estas ciudades que componían la frontera imaginaria. Un límite que trascendía el trámite meramente físico de cruzar el río para seguir el camino, planteando a los colonos una barrera mucho más difícil de superar: debían tomar la decisión de establecerse en la ciudad o de seguir avanzando hacia lo inexplorado.
Broadway, al atardecer – Nashville. (Eric Angelats Canals / www.north-41.com)
Junto con las pocas pertenencias que podían cargar, la esperanza de un futuro mejor y los temores y dudas propias de una empresa de tal envergadura, los colonos que llegaron a Nashville trajeron consigo una mercancía muy preciada: la cultura popular, herencia de los antepasados británicos e irlandeses.
Entre la tradición importada se hallaban la música y los instrumentos del viejo continente, canciones que pronto se vieron influenciadas por el carácter de la nueva vida en América, por su clase obrera, por los aventureros que se encaminaban hacia poniente en búsqueda de un mejor porvenir y por canciones de cowboys.