El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, culpó, en su cuenta de Twitter, directamente a Irán por el ataque con drones de rebeldes yemeníes que el sábado golpearon la planta de procesamiento de crudo más grande del mundo y un campo petrolífero en Arabia Saudí.
Una imagen satelital de Planet Labs Inc., este sábado 14 de septiembre de 2019, muestra un espeso humo negro saliendo de la planta de procesamiento de petróleo Abqaiq de Saudi Aramco en Buqyaq, Arabia Saudita.
Fuente: https://www.voanoticias.com
“Entre todas las peticiones de desescalada, Irán ha lanzado ahora un ataque sin precedentes contra los suministros energéticos del mundo”, escribió Pompeo. “No hay pruebas de que los ataques llegaran de Yemen”.
Irán, por su parte, negó estar implicado en las acciones bélicas contra el país árabe, reivindicadas por rebeldes hutíes yemeníes, que provocaron la “suspensión temporal de operaciones de producción” en las instalaciones de procesamiento de Abqaiq y el campo petrolífero de Khurais, indicó Riad.
Irak “cumple sus constituciones, que impiden el uso de su territorio para lanzar agresiones contra países vecinos”, indicó en un comunicado la oficina del primer ministro de Irak, Adel Abdul-Mahdi.
Eso supuso paralizar unos 5,7 millones de barriles de crudo, según las autoridades, que prometieron que las reservas del reino compensarían la diferencia. La cantidad afectada equivalía al 5% de la producción diaria en todo el mundo.
Aunque los mercados seguían cerrados el domingo, el ataque podría afectar a los precios de la energía en todo el mundo. También aumentaron las tensiones en la región, en medio de una crisis creciente entre Washington y Teherán por el desmoronamiento del acuerdo nuclear de Irán con varias potencias internacionales.
Estados Unidos, Occidente, sus aliados en el Golfo Pérsico y expertos de Naciones Unidas creen que Irán proporciona armas y drones a los hutíes, una acusación que Teherán rechaza.
Las autoridades estadounidenses indicaron antes que al menos un ataque reciente de dron contra Arabia Saudí se había lanzado desde Irak, donde Irán apoya a milicias chiíes. En las últimas semanas, esas milicias han sido blanco de misteriosos bombardeos, al menos uno atribuido a Israel.
El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores Abbas Mousavi tachó el domingo las declaraciones de Pompeo como “comentarios ciegos y fútiles”.
“Los estadounidenses adoptaron la política de ‘máxima presión’ contra Irán, que, debido a su fracaso, se está convirtiendo en ‘máximas mentiras’”, dijo Mousavi en un comunicado.
Las primeras noticias sobre el ataque del sábado fueron videos difundidos en internet de enormes incendios en la planta de Abqaiq, unos 330 kilómetros (205 millas) al nordeste de la capital saudí, Riad.
En varios videos se oía fuego de ametralladoras junto con la llamada a las primeras oraciones islámicas del día, apuntando a que las fuerzas de seguridad intentaron derribar los drones justo antes del amanecer. Una vez se hizo de día, la televisión estatal saudí emitió un video de su corresponsal local cerca de un control de carretera, con una densa humareda a su espalda.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó por teléfono al príncipe heredero saudí tras el ataque, expresando el apoyo de Washington con la defensa del reino, según la Casa Blanca. El príncipe aseguró a Trump que Arabia Saudí está “dispuesta y capaz de confrontar y gestionar esta agresión terrorista”, según una nota de prensa de la embajada saudí en Washington.
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