Lunes negro para la economía argentina tras la victoria del peronista Alberto Fernández
Temor a largos meses de vacío de poder por la pérdida de autoridad de Mauricio Macri
La pizarra de una casa de cambio de divisas en Buenos Aires muestra la cotización del dólar. FOTO/VIDEO: EFE
Fuente: https://elpais.com / Enric González
Los mercados financieros reaccionaron con pánico tras la amplia victoria del peronista Alberto Fernández en las primarias. Y la economía argentina bordeó el colapso. El peso se devaluó un 25% frente al dólar, pese a una subida de los tipos de interés hasta el 74%, y los valores bursátiles cayeron hasta un 60% (la sesión cerró con una caída del 37,9%).
Fue un lunes negro. Lo peor, sin embargo, es la perspectiva para los próximos meses. El presidente Mauricio Macri perdió su autoridad tras la apabullante derrota, pero Fernández solo ganó una elección virtual que deberá revalidar el 27 de octubre. El traspaso de poderes se realizará, en principio, el 10 de diciembre. Es mucho tiempo sin un gobierno creíble. Demasiado para un país expuesto a todos los riesgos.
Desde las oficinas de Alberto Fernández, al que se considera ya como próximo presidente, se intentó lanzar un mensaje tranquilizador. Matías Kulfas, el economista que asesora a Fernández, aseguró que el nuevo gobierno tenía una “absoluta voluntad” de cumplir con los pagos de la deuda externa y no recurriría de nuevo a mecanismos de control cambiario como el “cepo” establecido en 2011 por Cristina Fernández de Kirchner. Kulfas añadió que habían mantenido encuentros con funcionarios del Fondo Monetario Internacional para expresarles su deseo de devolver el gigantesco crédito de 57.000 millones de dólares concedido en septiembre de 2018, pero renegociando las condiciones.
El economista atribuyó la responsabilidad de la nueva hecatombe en los mercados a la política económica de Macri. Algo parecido señaló el propio Alberto Fernández tras conocerse la amplitud de su victoria, cuando dijo que los inversores reaccionarían mal porque se sentirían “estafados”. El pasado viernes, un sondeo difundido por el Gobierno hizo creer en medios financieros que Macri empataría las primarias y ganaría con cierta holgura en octubre. La reacción fue de euforia, con subidas de todos los indicadores. La realidad resultó muy distinta. Fernández se llevó el 47% de los votos y Macri, el 32%. Las esperanzas de reelección de Macri se desvanecieron.
POLÉMICA POR EL RECUENTO DE VOTOS
MAR CENTENERA
Los resultados oficiales de las elecciones primarias debían conocerse a partir de las nueve de la noche, tres horas después del cierre de urnas. Pero las pantallas permanecieron en blanco durante casi una hora y media más. En ese tiempo, los datos extraoficiales que comenzaron a correr de boca en boca hablaban de una diferencia de más de diez puntos del peronista Frente de Todos respecto a Juntos por el Cambio, la coalición liderada por el presidente Mauricio Macri. La oposición, muy crítica con el nuevo sistema de recuento de la empresa venezolana Smartmatic, denunció manipulación de los datos y amenazó con publicar resultados propios.
Detrás del retraso hubo fallos en el sistema de transmisión digital de los telegramas que contenían la información de los colegios electorales. Algunos apoderados denunciaron que no podían ver las pantallas donde debían cargarse los datos que llegaban. El Gobierno se mantuvo en silencio, lo que aumentó los nervios y las críticas opositoras. La justicia había ordenado que sólo se difundiesen los datos cuando estuviese cargado al menos el 10% de los cuatro principales distritos electorales del país: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y la capital. Pero no hizo falta.
Cuando a las 10.25 difundieron los primeros resultados, ya estaba escrutado más del 40% y marcaba una tendencia irreversible a favor del peronismo. Desde entonces, el escrutinio avanzó con celeridad aunque la página web se caía esporádicamente. Pasada la medianoche se había llegado al 90%. Fernández superaba por casi 15 puntos al actual presidente y candidato a la reelección