Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebrarán en Argentina el próximo domingo servirán como termómetro de cara a los comicios generales del 27 de octubre, en los que más de 30 millones de argentinos estarán habilitados para votar, entre diversos cargos, a un nuevo presidente para el período 2019-2023.
Los argentinos irán el próximo domingo a las urnas para elegir a los candidatos a la Presidencia, de cara a los comicios del 27 octubre, en los cuales el oficialista «Juntos por el Cambio» buscará su segundo mandato consecutivo.
Fuente: http://spanish.xinhuanet.com
Las denominadas «PASO» se desarrollarán en un escenario económico complejo, caracterizado por el repunte de algunos indicadores como las exportaciones y la actividad en diferentes sectores, pero con una inflación que no baja del 2 por ciento mensual, y mucha incertidumbre acerca del panorama financiero.
En este contexto, especialistas abordan los desafíos que tiene la actual administración del presidente Mauricio Macri ante la aspiración de lograr la reelección y, por otra parte, los retos que encarará la opción de gobierno que resulte elegida de cara a los años venideros.
El país mantiene un acuerdo Stand-by de acceso elevado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 56.300 millones de dólares, cuyos pagos deberán comenzar a retornar al organismo a partir del año 2021, a lo que se suma una deuda con el sector privado, que desde el gobierno aseguran que puede rondar el 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Desde las principales fórmulas opositoras, lideradas por el binomio del pre candidato a la presidencia, Alberto Fernández y la ex mandataria, senadora y pre-candidata a la vicepresidencia, Cristina Fernández, aseguran que es necesaria una reformulación de la deuda contraída con el FMI para asegurar un porvenir de estabilidad para el país sudamericano.
Desde el lado de los analistas financieros locales y representantes de firmas del ámbito resuenan propuestas alusivas a bajar aún más el gasto público a través de reformas que consideran «estructurales», estrechamente vinculadas al sistema de jubilaciones, legislación laboral y al sistema impositivo.
El «Head of Strategy» de la firma bursátil IEB, Germán Fermo, sostiene que achicar el gasto público se hace «fundamental», y que de mantenerse el país necesariamente tendría que renovar su deuda soberana en el año 2020.
«El insoslayable desafío de Argentina de cara a diciembre de 2019, es mostrarle al mundo entero que para seguir recibiendo asistencia financiera por un rato más y evitar por lo tanto el caos, deberemos demostrar que para el próximo lustro estamos decididos a reformular nuestra economía y achicar sustancialmente el agobiante gasto público que hoy padecemos», explicó Fermo en una columna publicada en el diario local «El Cronista».
En esa línea, José María Segura, economista jefe de PWC Argentina aseveró que «la atención debe ponerse en el gasto público», al cual considera el «nudo gordiano» de la economía argentina.
«A mayor nivel de gasto, mayor necesidad de financiamiento del mismo y, por ende, mayor presión sobre el sector privado. Dada la productividad de éste, la competitividad (y por ende la sustentabilidad del sector externo) sólo se consigue haciendo que los costos en moneda dura sean consistentes con dicha productividad», precisó Segura.
«Esto puede obtenerse de dos maneras: o se reducen los costos en pesos o se licuan mediante un tipo de cambio más devaluado», aclaró.
Para el experto, si un nuevo gobierno aumentase el gasto público y no aplicara reformas estructurales, dentro de las que destaca la previsional, laboral, impositiva, de mercado de capitales y reducción de costos logísticos, se estaría en una potencial situación de mayor devaluación.
«Promesas de mayor gasto público sin reformas estructurales se correspondería un nivel de tipo de cambio más devaluado, que no es ni más ni menos que menor riqueza relativa en la comparación con otros países», manifestó.
Desde algunos sectores de izquierda en Argentina se cuestionan las propuestas de las fórmulas electorales en el ámbito económico, entre las que figuran, desde el lado opositor, una baja de la tasa de política monetaria para alentar al sector productivo afectado vastamente durante el último año.
«Bajar la tasa de interés sin modificar nada más, sólo deja el camino libre para que los especuladores se vayan al dólar (como activo seguro)», reflejó una columna del diario «La izquierda diario», en la que también se alude a una eventual renegociación de la deuda con el FMI de resultar electo el pre candidato Fernández.
En relación al presente, cuando sólo restan cuatro días para la celebración de las elecciones primarias, los economistas también advierten sobre los escenarios políticos posibles y sus repercusiones en el ámbito económico y financiero.
Adrián Yarde Buller del Grupo SBS, citado por el portal «El Economista», explicó que una eventual y leve diferencia en favor de la fórmula del pre candidato Fernández» sería favorable al gobierno, ya que lo dejaría muy bien parado de cara al resto de la elección».
«La dolarización cedería ayudando a descomprimir las tensiones financieras, mientras la demanda de pesos se recuperaría acentuando la desinflación y dando espacio al Banco Central para relajar su programa monetario», dijo.
Los argentinos irán el próximo domingo a las urnas para elegir a los candidatos a la Presidencia, de cara a los comicios del 27 octubre, en los cuales el oficialista «Juntos por el Cambio» buscará su segundo mandato consecutivo.
El abanico electoral ofrece un total de nueve binomios que se presentaron con el objetivo de ser opción presidencial para el siguiente período.
Argentina cerró el 2018 con una contracción económica de 2,5 por ciento, una inflación acumulada de 47,6 por ciento, una tasa de desocupación de 9,1 por ciento y un índice de pobreza de 32 por ciento, según los últimos datos oficiales.