El presidente Donald Trump ha dado una fuerte advertencia a Irán, amenazando con su destrucción si ataca a Estados Unidos o sus intereses.
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Sus comentarios llegan en medio de fuerte retórica acusatoria entre ambos países. El aumento de las tensiones con Irán comenzó a gestarse hace un año cuando Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear de seis naciones con Irán, que buscó limitar su programa de enriquecimiento de uranio a cambio del fin de las sanciones y el alivio económico.
«Si Irán quiere pelear, ese será el fin oficial de Irán», tuiteó Trump el domingo. «¡Nunca vuelvas a amenazar a Estados Unidos!».
Apenas tres días antes, Trump parecía haberse retirado de su postura aparentemente agresiva contra Irán, diciendo que estaría dispuesto a hablar con Teherán.
Cuando un periodista de la Casa Blanca le preguntó si Estados Unidos iba a la guerra con Irán, Trump respondió: «Espero que no».
Pero no ha habido una aparente disminución en las tensiones entre Estados Unidos, sus aliados regionales e Irán.
El Departamento de Estado dijo que un «cohete de baja calidad» cayó dentro de la zona verde en Bagdad, a menos de una milla de la embajada de Estados Unidos el domingo. No se reportaron heridas o daños.
El portavoz del Comando Central de EE.UU., capitán Bill Urban, dijo que el Pentágono estaba al tanto de una explosión en el exterior de la embajada y agregó: «No hubo víctimas de la coalición ni de los Estados Unidos, y las Fuerzas de Seguridad iraquíes están investigando el incidente».
Un portavoz del Departamento de Estado dice que Estados Unidos no tolerará tales ataques y que responsabilizará a Irán «si los ataques son llevados a cabo por sus fuerzas de la milicia proxy».
Arabia Saudí está culpando a los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen por un ataque con un avión no tripulado en dos estaciones de bombeo de petróleo sauditas la semana pasada.
Estados Unidos también sospecha que Irán estuvo detrás del sabotaje de cuatro petroleros frente a las costas de los Emiratos Árabes Unidos la semana pasada. Dos de los petroleros dañados eran saudíes.
Los saudíes también dicen que no tolerarán la agresión iraní.
«El reino de Arabia Saudí no quiere la guerra en la región y no lucha por eso», dijo el domingo el ministro de asuntos exteriores, Adel al-Jubeir. «Pero al mismo tiempo, si el otro lado elige la guerra, el reino luchará contra esta fuerza de voluntad y determinación y se defenderá a sí mismo, a sus ciudadanos y sus intereses».
El rey saudí Salman convocó a cumbres de emergencia con líderes del Golfo y árabes el 30 de mayo para discutir lo que la agencia oficial de noticias del reino describe como «las agresiones y sus consecuencias».
Una agencia de noticias iraní cita al jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, diciendo que el país no quiere la guerra, pero «no le tiene miedo».
Una declaración de la Quinta Flota de la Marina de Estados Unidos habló el domingo sobre el aumento de las patrullas marítimas y los ejercicios en el Mar Arábigo que ponen de relieve la «letalidad y agilidad para responder a la amenaza».
El Pentágono ya ha enviado bombarderos a la región.
Trump, en una entrevista con Fox News grabada la semana pasada y transmitida el domingo, dijo que no «quiere pelear», pero que cuando se trata de Irán «no se puede permitir que tengan armas nucleares».
Las nuevas sanciones de los Estados Unidos han dejado a la economía iraní destrozada e Irán se queja de que aún no ha visto el beneficio económico prometido de los países que aún forman parte del acuerdo nuclear: Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia.
El presidente iraní, Hassan Rouhani, anunció hace dos semanas que se retiraba de parte del acuerdo nuclear y que reiniciaría el enriquecimiento de uranio si no existían beneficios económicos a principios de julio.