Estas cifras pueden no proyectar la gravedad de la situación, pero basta con saber que cinco mil venezolanos abandonan el país todos los días para encontrar refugio en alguna de las naciones vecinas. De continuar con este ritmo, el éxodo migrante en América del Sur alcanzaría tintes históricos y alarmantes en 2019.

Actualmente, un millón de venezolanos residen en Colombia, un incremento poblacional que no puede ser menospreciado. Asimismo, otros 500 mil llegaron a Perú, 222 mil viven en Ecuador, 130 mil en Argentina y 85 mil en Brasil.

A pesar de la buena voluntad que muestran algunas naciones de América del Sur, en especial Colombia, los gobiernos comienzan a adoptar medidas cada vez más estrictas para limitar el ingreso de los ciudadanos venezolanos. Esto resulta entendible, aseguran los especialistas, porque también son naciones que enfrentan problema en sus programas de asistencia, educativos o de bienestar social.

Un poco más arriba en el mapa aparece el fenómeno migratorio de las caravanas, integradas principalmente por personas originarias de El Salvador, Honduras y Guatemala. La principal causa que motiva a este éxodo migrantees la brutal violencia que azota sus comunidades, así como la pobreza y el desempleo.

México está envuelto en esta trama, como quedó exhibido en los meses recientes con toda la polémica de la caravana asentada en Tijuana, Baja California. El territorio azteca para el límite para los centroamericanos, debido a que el gobierno de Donald Trump no ha dado mayor muestra de flexibilidad.