La Cancillería de El Salvador estará en la encrucijada ante sus aliados, Daniel Ortega de Nicaragua y Nicolás Maduro de Venezuela, y la Organización de Estados Americanos (OEA), debido a que desde el 1 de enero de 2019 presidirá el Consejo Permanente de esa instancia.

El Gobierno de Sánchez Cerén siempre ha respaldado a Daniel Ortega y a Nicolás Maduro, aliados ideológicos, pero el 10 de enero deberá convocar al resto de países miembros para ver la solicitud de Estados Unidos que ha pedido desconocer a Maduro, algo que podría dilatar para no afectar a su aliado.

El embajador de EE.UU. ante la OEA, Carlos Trujillo, pediría la convocatoria de un Consejo Permanente para el 10 de enero con el propósito de debatir desde una “perspectiva regional” sobre los desafíos humanitarios en Venezuela y el escenario que se abre con la renovación del mandato de Maduro, quien está en el poder desde el 2013. Esta iniciativa es similar a la que hizo anteriormente los países que conforman el Grupo de Lima que considera rota la democracia en Venezuela.

El director de Human Right Watch pidió a países de la OEA reunirse de urgencia para respaldar informe que encontró torturas y crímenes de lesa humanidad.

Ese mismo día (10 de enero) Maduro asumirá por un período de seis años más en el poder.

También la OEA inició ayer un proceso para aplicar la Carta Democrática a Nicaragua por todos los casos de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Daniel Ortega, algo que el Gobierno de El Salvador y el mismo FMLN ha mostrado su apoyo.

La Cancillería salvadoreña es probable siga con su posición ante sus dos aliados y retrase las convocatorias.